Cambios

Saltar a: navegación, buscar

Crecimiento de las poblaciones actuales

10 bytes añadidos, 12:02 7 feb 2018
sin resumen de edición
Tanto las características externas como la distribución en las casas de los núcleos urbanos es bastante similar. Están construidas con cemento, hormigón y hormigón armado, y revestidas de ladrillo caravista o revocado. La cubierta ordinariamente es de teja, puede ser también de pizarra y hoy día se aisla con productos impermeables. Hay casas de todos los estilos, grandes o pequeñas, dependiendo de la capacidad adquisitiva de los propietarios. En los núcleos de población importantes las casas cuentan con cuatro o cinco plantas altas dedicadas a viviendas. En los núcleos pequeños son más bajas y tienen dos o tres alturas.
En estas aglomeraciones de viviendas, la casa pierde incluso su nombre común; bloques, pisos, apartamentos, son las denominaciones que se emplean para designar la vivienda y su ubicación <ref>MANTEROLA, “Etxea”, cit., pp. 544-545.</ref>.
74 MANTEROLA, “Etxea”, cit., pp. 544-545.En Beasain (G), en el medio urbano, excepto los caseríos que han quedado absorbidos por la gran ampliación del mismo, las casas son de tipo bloque o levantadas en manzana, una junto a otra. A partir de finales de los años cincuenta del siglo XX comenzó lentamente la construcción moderna de casas de nueva planta que fue acelerándose progresivamente hasta alcanzar su punto culminante a mediados de los setenta, periodo en el que se duplicó el número de habitantes de la villa. Por ello, a finales de los años ochenta, más del 60% de los edificios de viviendas del área urbana eran de reciente construcción sin que se hubiese mantenido ninguna homogeneidad. [[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
En Astigarraga (G), en zona urbana, con carácter general se ha consignado el dato de que se conservan las casas antiguas de planta rectangular y pocas alturas. Cuando se derriban, se construyen bloques de viviendas mayores. También en los nuevos solares se construyen viviendas de estas características. Las casas más antiguas son más uniformes guardando similares proporciones en fachadas e interiores, con cubiertas a dos aguas, tres alturas, color blanco o piedra, ladrillo o madera vista y su nombre en la fachada. Las casas de moderna construcción se ajustan a modelos muy extendidos y uniformizados entre los que últimamente destacan las villas unifamiliares y los chalets adosados, edificaciones que comienzan a ser mayoría en el área urbana.
En la citada población de Durango (B) la estructura de villa descrita antes se mantuvo con un crecimiento escaso hasta finales de la década de los cincuenta del siglo XX en que el crecimiento urbanístico desbordó los límites originales. Debido a la condición de centro industrial, comercial y administrativo, fue recibiendo sucesivas migraciones de su propio entorno y de otras regiones del Estado. En la época anterior a 1936, esa inmigración era reducida y provenía de regiones próximas a Bizkaia como La Rioja, Burgos, Cantabria o Galicia. A partir de finales de los años cincuenta se convierte en masiva y llega tanto del entorno rural aledaño como de regiones alejadas: Palencia, León, Extremadura y Andalucía. A raíz de esta avalancha se crean los barrios de San Fausto, Esteban Bilbao y Juan de Iciar con edificaciones de casas para obreros. En los años setenta el desarrollo urbanístico se extiende a las huertas de Landako cercanas al río Ibaizabal que proveían de frutas y hortalizas a la Villa, a los palacios y chalets ajardinados, situados en las calles de Fray Juan de Zumarraga, Mikeldi y a las antiguas casas de Magdalena. Ocupadas las primeras y demolidos los segundos dan paso a la construcción de grandes bloques de viviendas en nuevas calles y barrios. También se crean nuevas viviendas en Tabira y en las proximidades del cementerio (en este caso chalets y pisos adosados). A principios del siglo XXI la nueva inmigración proviene del extranjero: de países africanos, sobre todo magrebíes, y sudamericanos.
[[ImageFile:Irudia18FIGURA.png|topRTENOTITLE_FIGURA]]
Fig. 25. Chalets adosados en Kortezubi (B), 2011.Este proceso de concentración en ciudades tiene un carácter global y al día de hoy se muestra imparable. En el territorio que nos ocupa tuvo una notable influencia en la población rural, como ya se ha visto en los apartados anteriores. Retiró los excedentes demográficos de los pueblos, que hallaron un nuevo modo de vida en el entorno de las áreas industriales, facilitó el acceso de los inquilinos a las casas y tierras que ocupaban y, paradójicamente, contribuyó al bienestar de quienes permanecieron en las zonas rurales debido a la creciente demanda de alimentos por parte de las poblaciones urbanas cada vez mayores y con mayor poder adquisitivo, sobre todo de productos ganaderos como leche, carne y huevos.
La concentración de la población en las ciudades permitió por lo tanto fijar la población rural en las áreas más cercanas a las mismas, sin embargo los pueblos más alejados fueron perdiendo progresivamente parte de sus vecinos. Esta concentración no se ha producido además sólo en las ciudades sino también en los cascos urbanos de los distintos municipios de tal modo que comparando el porcentaje de moradores de los barrios y de cada casco urbano, los primeros se han reducido en beneficio del segundo.
En la ya mencionada localidad guipuzcoana de Beasain el mayor porcentaje de caseríos que seguían habitados a finales de la década de los setenta eran los situados en torno al núcleo, y ello debido a que estaban más próximos a las industrias por lo que podían simultanear las labores del caserío con el trabajo fuera de él. En los barrios, sin embargo, sobre todo en los más alejados, el abandono de los caseríos ha crecido en los últimos años de forma vertiginosa.
A medida que el modelo productivo fue modificándose en las dos décadas finales del siglo XX y surgieron nuevos valores relativos al bienestar, también varió la tendencia a vivir en urbes concentradas. Esto ha provocado que las áreas urbanas se hayan extendido hasta el punto de unirse municipios colindantes: dos ejemplos paradigmáticos lo constituyen ambas márgenes del Nervión y el eje Donostia-Irun. Se observa asimismo una preferencia por construir en la costa llegando a producirse desplazamientos de población más allá de loslímites los límites provinciales donde dichas personas realizan sus actividades diarias. Las vías de comunicación importantes favorecen también que a lo largo de ellas se extiendan las poblaciones. Los aspectos económicos de la vivienda no son ajenos a estos movimientos.
En décadas recientes se ha producido además un creciente fenómeno de urbanización que se ha agudizado con la entrada del nuevo milenio. Se trata de un urbanismo que excede los límites de la ciudad y se extiende a áreas, a veces distantes, que habían pertenecido al ámbito rural. Es un movimiento que tiene un carácter en cierto modo centrífugo, opuesto al progresivo agrupamiento de la población que se produjo a finales del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX.
127 728
ediciones