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Pero la sucesión de los cultivos no puede ser indiscriminada, sino que tiene que seguir el siguiente orden:
{|class="wikitable"
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| '''Primer año'''
| '''Segundo año'''
|-|
|Trigo
Cebada
|}
Sobre el cultivo de las habas hay que tener en cuenta que si después de cultivar habas se colocan nabos, unas veces salen estos y otras no. Las habas se deben cultivar de cuatro en cuatro años, pero lo ideal es de seis en seis. En febrero se cultivan las habillas, que son más pequeñas.
En los huertos el cultivo rotativo puede hacerse en dos ''correas ''o líneas, poniendo en un lado patatas y en el otro hortalizas, e intercambiando los cultivos según parecer del agricultor. Se utilizan las leguminosas, en particular la veza, para ''engordar ''el suelo.
En las piezas, aunque se sigue el sistema de ''correas'', por ejemplo de habas/forraje, trigo/cebada o cebada/avena, modernamente se prefiere dedicar la pieza a un solo cultivo pero ir sustituyéndolo por otro cada año. Así se intercalan incluso variedades de un mismo tipo de cereal: la cebada ''guiñón'', la cebada ''pané ''(de ciclo largo) y la cebada ''cervecera ''(llamada de ''dos carre rascarreras'', de ciclo corto). Esto no pasa con el trigo, que ''cansa ''enormemente la tierra: para el tercer año de permanencia ya ha salido la ballueca, hierba mala que perjudica mucho la producción. La ballueca o avena loca es muy difícil de matar por lo que entonces conviene rotar de cultivo e intercalar después del trigo, cebada, cebada de otra clase, otra vez trigo, y así sucesivamente, cambiando de abonos. Dicen que el espárrago ''engorda ''mucho la tierra y que las viñas que se roturan son muy ricas, estando especialmente indicadas para el cultivo de trigo.
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En la vertiente atlántica donde las condiciones climáticas y la mayor disponibilidad de abonos de origen animal han permitido la siembra continua de un terreno sin recurrir al barbecho, ha sido también muy habitual la rotación de cultivos.
En Amorebieta (B) los cultivos eran rotatorios. Por ejemplo, en la huerta donde se sembraba el nabo después se labraba y se sembraba el maíz y la alubia. Donde había crecido maíz, luego se ponía trigo. El maíz se sembraba a finales de abril, solían decir: ''“San Jordi goixegi, san Markos, ereinje balegoz” ''(San Jorge es demasiado pronto, san Marcos, si estuviera ya sembrado) para indicar la fecha excesivamente temprana y la fecha tope para la que debía de estar sembrado. Se recogía en octubre, ''“Santa Teresa ez-''''keroezkero, etxure txarra deuko artoak soloan” ''(A partir de santa Teresa, el maíz tiene mal aspecto en el campo). En esa misma huerta se sembraba en noviembre el trigo. No se rotaba en la huerta donde se sembraba la remolacha, cuyo cultivo tenía lugar hacia el 1 de mayo. [[File:8.47 Maizal. Carranza (B) 2016.JPG|center|600px|Maizal. Carranza (B), 2016. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Abadiño (B) para aprovechar al máximo los nutrientes de la tierra es imprescindible la rotación de los cultivos o bien dejar la tierra sin cultivar para que se recupere.
El orden de la rotación puede ser cualquiera de estos:
:Patata-nabo-patata, remolacha o maíz. :Maíz-trigo-nabo. :Maíz-''allorba''. :Maíz-haba.
En la huerta también se deben rotar los cultivos.
En Elgoibar (G) en la pieza que se sembraba el maíz y la alubia en la primavera, para el siguiente año se cultivaba trigo, que se recogía por julio, y luego se sembraba el nabo en agosto y se comenzaba a recoger a partir de diciembre.
En Gatzaga (G) igualmente el cultivo del maíz se iba alternando con el del trigo y en el lapso que mediaba entre ambos se sembraba nabo. Así un ciclo agrícola sería el siguiente: el trigo se sembraba en noviembre y se cosechaba en julio, el nabo de sembraba en agosto y se recogía entre febrero y abril, después se ponía el maíz, entre marzo y abril, y se recogía en octubre, quedando la tierra libre para comenzar de nuevo con el trigo<supref>1Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de Pedro M.ª ARANEGUI. ''Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX''. San Sebastián: 1986.</supref>.
En Donoztiri (BN) después que se recogía el trigo, se sembraban en el mismo sitio el nabo y el trébol. Tras el nabo se sembraba el maíz. Y en el otoño, después de la recolección del maíz, el trigo.
En Uhartehiri (BN) en primavera se sembraba el maíz, ''artoa'', y las judías, ''illarrak'', y se recogían en otoño. Inmediatamente después se preparaba la tierra para la siembra del trigo, ''ogia'', y de las habas, ''babak''. Tras la cosecha del trigo y de las habas se sembraban los nabos, ''arbiak'', por agosto.
En Donazaharre (BN) el campo de trigo, ''ogilanda'', y el campo de maíz, ''arto-landa'', se cultivaban alternando: un año maíz en uno y trigo en el otro y después se cambiaba; el nabo actuaba de puente. El calendario era este: Para el 11 de noviembre el trigo ya estaba sembrado. A principios de julio se transportaba a casa y la trilladora llegaba hacia el 14 de julio. En agosto se sembraba el nabo y el trébol encarnado en los campos donde se había cosechado el trigo, el primero para las vacas y el segundo para las ovejas. El nabo se terminaba de recoger a finales de febrero. Después se extendía el estiércol y se araban las tierras. El maíz se sembraba el 20 de mayo y se recogía para el 20 de octubre más o menos.
En Liginaga (Z) el maíz se sembraba en primavera. Cuando, en otoño, se recogía se ponía el trigo. En verano, cuando el trigo había sido cosechado, se cultivaba el nabo o el trébol. Detrás del nabo se sembraba el maíz y así sucesivamente.
En Sara (L) en las piezas de labrantío denominadas ''landak ''(no en todas, sino en aquellas que en invierno habían estado ocupadas por el nabo), se sembraba el maíz, ''artoa'', durante la primavera. En aquellas donde se había recolectado el trigo se sembraba a continuación, por agosto, el nabo, ''arbia'', que en invierno había de servir de alimento a las vacas. El trigo, ''ogia'', se sembraba durante el otoño en las tierras en que se acaba de recoger la cosecha de maíz; junta- mente juntamente con el trigo se echaba la simiente de hierba en líneas muy espaciadas. En algunas casas (pocas) dejaban en barbecho durante el invierno las tierras donde se había recolectado el maíz, para cargarlas de nuevo con el mismo cereal en la primavera siguiente. Otros las tenían ocupadas con nabo o con trébol encarnado que por agosto, al acollar, ''murrutu'', el maíz, habían sembrado.
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En ocasiones se distribuían las tierras en dos zonas de tal modo que se iban alternando los cultivos de un año para otro.
La hierba, dependiendo de la clase, servía para un año o más. Así, ''pagatxa, txillara ''y ''ailurba ''se sembraban para un año y al siguiente rotaban. La alfalfa se tenía tres o cuatro años en la misma tierra. Los terrenos se cultivaban todos los años, es decir, la tierra no descansaba nunca.
<div align="center"><nowiki>* * *</nowiki></div> Esta distribución de los cultivos en las distintas tierras de labor de una población se realizaba a veces de una manera coordinada, esto es, dividían la superficie en dos términos y en cada uno de ellos todos los vecinos que poseyesen tierra sembraban el mismo cultivo o al menos que se asemejasen desde el punto de vista de los períodos de siembra y de cosecha. Al año siguiente invertían los cultivos. Esta armonización permitía, por ejemplo, que una vez realizada la cosecha pudiese entrar el ganado a pastar sin causar problemas, que sí ocurrirían si quedasen parcelas sembradas.
En Apodaka (A) las siembras en los campos se rotaban agrupando los cultivos en dos clases: ''tardío ''y ''temprano''. ''Temprano ''es el cereal y se llama así porque se cosecha antes, en julio y agosto. El ''tardío ''lo constituyen las patatas, habas, remolacha, alubia, garbanzo, lentejas, maíz, etc. Cada año se rotaban ambas clases, en un término tocaba ''temprano ''y en otro ''tardío''. Esto tenía la ventaja añadida de que cuando se levantaba la veda al ganado podía pastar sin peligro por las rastrojeras.
En Pipaón (A) un año se sembraba por ejemplo cereal y al siguiente patata o remolacha. Se decía ''temprano ''a los cereales y el ''tardío ''a los tubérculos. Así el ganado podía pastar en los rastrojos sin invadir otros sembrados.
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La siembra acordada entre vecinos del mismo tipo de cultivo presentó en tiempos pasados ventajas adicionales más allá del aprovechamiento de los rastrojos por parte del ganado. Y es que antes de la concentración parcelaria era frecuente en muchas poblaciones que las tierras de labor presentasen superficies pequeñas y formasen complejos mosaicos que obligaban a unos vecinos a pasar sobre las propiedades de otros para acceder a las suyas. Esto ocurría en zonas del territorio estudiado donde el minifundio era importante, consecuencia de un sistema hereditario en el que se repartía la tierra entre los hijos.
En Urdiain (N) los cultivos se desglosaban en dos grandes grupos que se iban alternando cada año. En el grupo de los cereales se incluían el trigo, la avena, la cebada, la alholva y en otro tiempo el lino. Se reservaban para el segundo bloque los forrajes, el maíz, la patata y también la remolacha.
Entre los vecinos se respetaba rigurosamente la mano. Ir ''contramano ''suponía trastocar elorden el orden de algún cultivo en el término destinado al grupo opuesto. En un sistema de minifundio en que prácticamente todas las fincas dependían de otras para sus accesos y explotaciones, ir a destiempo suponía grandes perjuicios para los propietarios afectados por caminos de temporada. El hecho de sembrar por ejemplo maíz a contrapelo suponía pasar por encima de trigales ya avanzados en su crecimiento.
Para delimitar las zonas de cada mano los pueblos tenían sus líneas convencionales. Así en Urdiain el camino que a partir del pueblo dividía su término municipal en dirección sur a norte le servía de línea divisoria. Eran por tanto los bloques este y oeste, uno para cada mano.
Verano. La recolección del trigo era más bien tardía en Urdiain, ya que empezaban a segar a primeros de agosto. A mediados de agosto se sembraba el nabo. Abonaban bien la tierra con estiércol. Las mejores fechas para la siembra del nabo se consideraban los días inmediatamente anteriores y posteriores a la Virgen de Agosto, pero en realidad esto dependía del tempero y más concretamente de las escasas lluvias de esta época del año. El nabo era fundamental en la economía de la región por tratarse de un elemento básico para su ganadería.
Primavera del segundo año. Las tierras destinadas al nabo quedaban prácticamente desocupadas para el mes de abril. Era la época en que se procedía de nuevo a roturarlas de cara a la siembra del maíz. Las fechas ideales para esto eran las más próximas al quince de mayo, festividad de san Isidro. Podía ser también la patata, remolacha o cualquier otro producto integrado en el grupo<supref>2José M.ª. SATRÚSTEGUI. “Estudio etnográfico de Urdiáin” in ''Príncipe de Viana'', XXVIII (1967) pp. 98-99.</supref>.
<supdiv align="center">2</supnowiki> José Mª. SATRÚSTEGUI. “Estudio etnográfico de Urdiáin” in ''Príncipe de Viana'', XXVIII (1967) pp. 98-99. * * *</nowiki></div>
En los ciclos de rotación de cultivos fue costumbre dejar algunos terrenos a barbecho, es decir, labrados pero no cultivados para que de este modo ''descansasen ''y tuviesen tiempo de recuperar parte de la fertilidad perdida.
La costumbre ha sido sembrar un año la mitad de las tierras que pertenezcan a una explotación agraria y dejar la otra mitad en barbecho. Esta costumbre de siembra y barbecho era conocida con la expresión de ''año y vez''. Antes, al trabajar las fincas con ganado, era más frecuente el que se dejasen en barbecho una vez cada dos años. Pero a raíz de la llegada de los tractores se inició la práctica de sembrarlas todos los años sin dejarlas descansar. Hoy, con el plan de ayudas al campo y las subvenciones, se ha vuelto a dejar ''yecas ''o en barbecho hasta un 15 % de las fincas agrícolas de cada explotación agraria.
Las tierras de barbecho se labraban en primavera, durante los meses de marzo y abril, y se dejaban sin sembrar. Esta labor de labra y reposo de la tierra se llama ''barbechado''. Si para el mes de junio la finca echaba hierba se ''doblaba'', es decir, se le daba una segunda labra. Lo nor-mal normal era dejar el barbecho hasta después de la trilla. En septiembre se ''rastreaba ''con el fin de destruir los ''tormones ''de tierra que hubiera.
La labor de ''rastreo ''se hacía con caballería y rastra. Era preciso realizarla en seco para que se desterronase bien la tierra de cara a la siembra. Los ''tormones ''se desmenuzaban, bien con la rastra (lo mayor) o bien manualmente con mazos de madera. Hoy se hace con aperos que se enganchan al tractor tales como la rastra y el rulo. Con estos instrumentos o aperos la tierra queda muy bien ''destormonada ''o desterronada.
En la actualidad las tierras no se dejan descansar, ya que existen múltiples tipos de abonos especiales para cada tipo de tierra y para cada producto.
En Iruña de Oca (A) los cultivos se rotaban de un año para otro, normalmente en ciclos de tres años. Por ejemplo si en una finca se ha sem-brado sembrado trigo, al año siguiente se pone cebada y al otro, ''tardío ''(patata, remolacha). Si una finca se deja en barbecho, al año siguiente se pone patata y al otro, trigo. Y si se pone remolacha, al otro trigo también. En los últimos años el cereal se siembra sobre cereal, solo se rota con remolacha y patata. Algunas fincas se dejan en barbecho, es decir, se labran pero no se siembran, de esta forma la tierra se orea y descansa. Hoy en día, siguiendo los mandatos de la Unión Europea, se dejan tierras en barbecho por el exceso de explotación.
En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) algunas fincas cuyas tierras estaban ''cansadas ''las dejaban en barbecho, es decir, las maquinaban pero sin sembrarlas; así la tierra ''descansaba ''y se aireaba. Esto se realizaba sobre todo en tierras delgadas.
La rotación de cultivos tenía como finalidad no sembrar o plantar el mismo cultivo en la misma extensión de terreno con objeto de que no se empobreciera. Contaba mucho la experiencia del propio agricultor y el conocimiento de la tierra; cada uno sabía cuál era la mejor para determinado cultivo. Se decía que en la huerta “es bueno cambiar, a poder ser todos los años”. Así, por ejemplo, si un año se dedicaba un ''corro ''a patatas y otro a verdura, al año siguiente se intercambiaban estos cultivos. La experiencia también aconsejaba que no se plantasen los pimientos en la misma tierra dos o tres años seguidos, pues las plantas se perdían. Las patatas aguantaban más, pues se podían plantar en el mismo lugar tres o cuatro años. Dicen igualmente que después de la cosecha de ajos, recogidos por san Fermín, se criaban unas buenas alubias.
En Elorz (N) los cereales se han cultivado alternando, o sea, dejando el terreno baldío unañoun año, a no ser en tierras de fácil cultivo en que sembraban habas o cebada.
En Muez y Ugar (N) las labores agrícolas en ambos valles cambiaron de forma radical tras la mecanización del campo y la concentración parcelaria. Antes de ambos hechos, la siembra en los campos comenzaba a mitad de septiembre y para productos como el haba seca a mediados de julio. Hay que tener en cuenta que se practicaba tanto el barbecho como la rotación de cultivos, ya que esto último era esencial para poder abastecer de forraje a los animales de tiro y cría en casa durante todo el año.
En el Valle de Arce (N) la rotación de cultivos se hacía antes de la siguiente forma:
:Primer año: trigo :Segundo año: avena :Tercer año: descansar ''lieco'' :Cuarto año: descansar ''lieco'' :Quinto año: trigo Actualmente la rotación es como sigue: Primer año: patata
:Primer año: patata:Segundo año: forraje:Tercer año: patata<supref>3Fermin LEIZAOLA. “Agricultura” in ''Euskaldunak – Euskal Etnia''. Tomo II. Donostia, 1979, p. 279.</supref>
En Cárcar (N) hasta los años sesenta se solía sembrar ''año y vez'', ya que el dinero para los abonos escaseaba. Era el mes de agosto cuando se empezaba a maquinar los rastrojos y a laborear los barbechos. Cuando los tractores y abonos se introdujeron en la agricultura se dejó de alternar y se empezó a sembrar todos los años. A principios de los setenta se inició la quema de los rastrojos.