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Enfardadora manual

32 bytes añadidos, 08:28 21 jun 2018
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Cuando se llenaba completamente el cajón de hierba y el situado dentro no podía compactarla más, se bajaba de la enfardadora y entre dos personas, una de cada lado, basculaban la tapa hasta que cayese sobre la parte superior del hueco. Después la enfardadora contaba con dos palancas con una especie de mecanismo de cremallera que empujaban dicha tapa hacia abajo comprimiendo aún más la hierba contenida en el hueco. Dos personas al menos presionaban hacia abajo las palancas aplicando toda su fuerza. Con cada impulso bajaban un diente metálico que pasaba de uno de los huecos de la cremallera al siguiente más bajo e impedía que volviese a ascender.
Una vez descendidas las palancas y prensada la hierba al máximo había que coser el fardo. En tiempos pasados se utilizaba para ello alambre, ya que no había cuerda. Para pasar el alam-  alambre de un lado al otro del cajón se contaba con una varilla metálica que recibía el nombre de ''aguja''. Una persona manejaba la ''aguja ''en un lado del cajón y hacía pasar los dos extremos del alambre hasta el lado opuesto donde el otro operario los anudaba.
Una vez cosido el fardo el frente de la enfardadora contaba con una puerta que se podía abrir. La puerta permanecía en su sitio mediante unos dispositivos metálicos que hacían tope; se golpeaban con el martillo y al liberarlos la puerta salía disparada. Después un par de personas, utilizando unos hierros con forma de garfios tiraban del fardo hacia fuera para extraerlo. Una vez sacado el fardo se colocaba la puerta en su sitio y se levantaba la tapa basculándola hacia uno de los lados para así poder reiniciar la tarea. El fardo que se obtenía con esta enfardadora era de dimensiones mayores que los que se conocieron después con las movidas por tractores, pesaba entre 40 y 44 kilos.
bre de un lado al otro del cajón se contaba con una varilla metálica que recibía el nombre de ''aguja''. Una persona manejaba la ''aguja ''en un lado del cajón y hacía pasar los dos extremos del alambre hasta el lado opuesto donde el otro operario los anudaba. Una vez cosido el fardo el frente de la enfardadora contaba con una puerta que se podía abrir. La puerta permanecía en su sitio mediante unos dispositivos metálicos que hacían tope; se golpeaban con el martillo y al liberarlos la puerta salía disparada. Después un par de personas, utilizando unos hierros con forma de garfios tiraban del fardo hacia fuera para extraerlo. Una vez sacado el fardo se colocaba la puerta en su sitio y se levantaba la tapa basculándola hacia uno de los lados para así poder reiniciar la tarea. El fardo que se obtenía con esta enfardadora era de dimensiones mayores que los que se conocieron después con las movidas por tractores, pesaba entre 40 y 44 kilos[[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
Con posterioridad apareció otro tipo de enfardadora más liviana que la anterior y que a diferencia de ella se disponía horizontalmente.
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