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Maquinas en sociedad y de propiedad colectiva

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En Ribera Alta (A), hoy día, concretamente en Lasierra, cinco o seis labradores comparten la propiedad de una cosechadora de cereal cuyo valor oscilará en torno a los 120 000 euros. Dichos agricultores constituyeron una CUMA (Comunidad de Usuarios de Maquinaria Agrícola) para poder adquirir la máquina beneficiándose de las ayudas económicas que para estos casos otorga el Gobierno Vasco junto con la Diputación Foral de Álava. También se ayudan mutuamente en la época de la cosecha.
[[ImageFile:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image021.gifFIGURA.png|thumb|left|top|{| style="border-spacing:0;width:15.505cm;" |- style="border:none;padding:0cm;" || Fig. 385. Exposición de maquinaria en Urkiola (B), años 1970. |- |}RTENOTITLE_FIGURA]] Actualmente muchos labradores consideran que no es rentable adquirir una máquina cosechadora y cuando les llega el momento de la recolección, contratan un maquinista que se desplaza hasta la zona con su cosechadora. Entre todos ellos le abonan el alojamiento y la manutención. Aparte, cada uno le paga las fanegas que le haya cosechado, hoy día a 1200 euros por fanega más el gasoil consumido. También en estos casos, los labradores que han contratado al maquinista, se ayudan entre sí para agilizar la labor y acabar lo antes posible, debido a que una tormenta puede arruinar la cosecha y a que al maquinista hay que pagarle la manutención y el alojamiento. Todavía quedan labradores que tienen su propia máquina cosechadora y realizan la labor sin la ayuda de terceros.
Hay una sociedad formada por varios productores de alubia pinta alavesa. Se trata de 12 productores de Ribera Alta (A) que hace pocos años constituyeron una SAT (Sociedad Agraria de Transformación). Las instalaciones donde realizan el proceso de selección y envasado del producto se encuentran en el pueblo de Anúcita. La semilla que utilizan la seleccionan en Arkaute y una vez sembrada, la propia sociedad controla todo el proceso de trazabilidad del producto. Para dichos productores la alubia constituye un tipo de agricultura alternativa a la tradicional que siguen realizando. Muchos de ellos compatibilizan la producción de alubia con la agricultura tradicional y con el trabajo en una empresa.
En Amorebieta-Etxano (B) en ocasiones dos vecinos se ponían de acuerdo para comprar una máquina desgranadora de trigo, una segadora o un arado grande, ''golda neusixe''. Pero lo que en principio podía ser bueno, terminaba con frecuencia en discusión y distanciamiento entre los socios. Hacia 1960 varios propietarios de Boroa, Etxano y alguno del núcleo urbano adquirieron en sociedad una trilladora. Luego como consecuencia de la disminución de la siembra de trigo y maíz en sus tierras, la solían alquilar a personas de territorios limítrofes hasta que la vendieron.
En Telleriarte (G) quienes pueden tienen su propio tractor, pero se conocen casos de tractores adquiridos a medias entre dos labradores. La trilladora de Brinkola se compró en sociedad y la alquilaban a los caseríos de Telleriarte. En Beasain, Berastegi, Elgoibar y Hondarribia (G) no se han conocido molinos ni máquinas adquiridas en sociedad entre varios caseríos. En Berastegi hay máquinas segadoras y empaquetadoras de hierba de propiedad particular que se alquilan pagando equis euros por metro cuadrado de corte de hierba y por el empaquetado de un fardo de hierba. Lo mismo sucede con la recogida del heno en rollos cilíndricos y después envueltos en plástico. En Hondarribia se han dado casos de asociaciones de vecinos cuando han necesitado ponerse de acuerdo para explotar un manantial y hacer el correspondiente depósito de agua, o en los casos de ganar tierras al río.
En HondarribiaBeasain, hoy díaBerastegi, gracias a Elgoibar y Hondarribia (G) no se han conocido molinos ni máquinas adquiridas en sociedad entre varios caseríos. En Berastegi hay máquinas segadoras y empaquetadoras de hierba de propiedad particular que se alquilan pagando equis euros por metro cuadrado de corte de hierba y por el empaquetado de un fardo de hierba. Lo mismo sucede con la sociedadrecogida del heno en rollos cilíndricos y después envueltos en plástico. En Hondarribia se han dado casos de asociaciones de vecinos cuando han necesitado ponerse de acuerdo para explotar un manantial y hacer el correspondiente depósito de agua, o en los casos de ganar tierras al río.
En Hondarribia, hoy día, gracias a la sociedad Behemendi, entre trece municipios han adquirido determinados instrumentos de labranza, elementos para hacer bolas de paja y similares. El casero pone el tractor y se le presta el apero que necesite, pero señalan los informantes que a veces surgen problemas para ponerse de acuerdo en el uso porque varios los solicitan en la misma jornada.
En Cárcar (N) en el año 1912 se fundó la Caja Rural que funcionaba como una cooperativa de préstamo para los agricultores. Este hecho permitió que un número cada vez mayor de labradores pudiera adquirir abonos. Como contrapartida a la Caja Rural en la que los socios eran agricultores con bastante tierra, en 1920 se creó el Centro Obrero.
En Viana (N), los labradores han sido muy independientes, no han existido propiedades colectivas de molinos, ni de trujales. El labrador siempre ha querido tener su propia maquinaria agrícola, tan solo se conoce alguna trilladora propiedad de dos o más familias.
Desde 1938 funcionó la Caja Rural-Cooperativa Agrícola con la finalidad de conceder créditos en metálico a los asociados y estimular el ahorro. En la primera mitad del siglo XX se fundaron la cooperativa de vino Santa María Magdalena y el trujal de aceite San Isidro[[#ftn2|[2]]]. Este tiene como objetivos elaborar aceite con la oliva de sus asociados y venderlo juntamente con sus subproductos, construir la almazara y adquirir enseres y maquinaria, fomentar el cultivo del olivo, adquirir abonos, plantas y aperos de labranza, crear o fomentar las formas de crédito y procurar el mejoramiento social y económico de los cooperadores.    [[#ftnref2|[2]]] <ref> ''Estatutos del Trujal Cooperativo San Isidro de Viana (Navarra)''. Pamplona: 1947. Consta de seis capítulos y de 69 artículos. El trujal se constituyó al amparo de la Ley de Cooperación de 2 de enero de 1942 como Bodega Cooperativa del Campo con el nombre de Trujal Cooperativo San Isidro de Viana (Navarra) con el lema: “Unos por otros y Dios por todos”.</ref>. Este tiene como objetivos elaborar aceite con la oliva de sus asociados y venderlo juntamente con sus subproductos, construir la almazara y adquirir enseres y maquinaria, fomentar el cultivo del olivo, adquirir abonos, plantas y aperos de labranza, crear o fomentar las formas de crédito y procurar el mejoramiento social y económico de los cooperadores.
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