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El sonido de los cencerros

410 bytes añadidos, 07:35 4 jul 2018
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Una de las tareas artesanales de los pastores es precisamente la colocación de nuevos badajos a los cencerros adquiridos en el comercio. Esta labor de la que se habla en otro capítulo de esta obra está orientada a obtener un sonido adecuado de la esquila.
Cada pastor distingue el sonido de los cencerros que llevan los animales de su rebaño. Barandiaran señalaba a este respecto que «es de admirar la exactitud con que el oído del pastor sabe distinguir dos sonidos que para un profano parecen enteramente iguales»[[#ftn41|[41]]]<ref>Idem, «Los monumentos prehistóricos. Creencias y cultos megalíticos» cit., p. 42.</ref>.
En Bernagoitia-Aramotz (B) señalan que el sonido de todos los cencerros es similar pero siempre distinto. Por ello antes de comprarlos los eligen haciéndolos sonar[[#ftn42|[42]]]<ref>Un informante de esta localidad relata que en el año 1980 acudió, acompañado de otro pastor, al pueblo navarro de Goizueta a proveerse de cencerros. Como no podían apreciar bien los sonidos en el pueblo, subieron a un monte próximo. Tardaron cuatro horas en seleccionar 100 cencerros y por cada uno pagaron la cantidad de 5.000 pesetas. La mitad era compra de encargo y para elegir de entre los 50 con los que se quedaron ellos dos invirtieron muchas mañanas probándolos uno por uno. Una vez finalizada la prueba hicieron dos montones que se adjudicaron entre ellos por sorteo.</ref>. Los moradores de cada casa identifican de lejos su rebaño por el sonido que emiten los cencerros (Nabarniz-B).
Para lograr que todas las esquilas de un rebaño emitan similar sonido recurren a cerrar o abrir la chapa de la boca y a acortar o alargar la longitud del badajo (Berganzo-A).
[[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image102.gif.png|thumb|left|top|{| style="border-spacing:0;width:15.505cm;" |- style="border:none;padding:0cm;" || Fig. 139. Venta de cencerros en la feria de ganado de San Jorge en Agurain (A), 1989. |- |}]]Se dice además también que el sonido o el timbre de las esquilas es distinto de tal manera que el dueño puede no sólo localizar a la manada sino también identificar a cada uno de los animales (Améscoa, Sangüesa-N). [[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
En Bernedo (A) el pastor asalariado contratado por los ganaderos del pueblo, era el dueño de los cencerros. Distinguía a cada animal perfectamente por el sonido que emitía cada cencerro. Se los colocaba al rebaño por San Miguel, 29 de septiembre, cuando tomaba a su cuenta el cargo, momento en que el pastor anterior retiraba sus cencerros.
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