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La forma de sacrificar el ganado ovino y caprino tal y como se practica hoy en día no difiere mucho de la de tiempos pasados. Se atan las patas del animal, se coloca éste sobre una superficie plana y se desangra con un corte en la yugular.
En Bernagoitia (B) si el cordero se sacrificaba en casa cualquiera que supiera podía hacerlo. Cuando uno no iniciado se disponía a matarlo, en las primeras ocasiones estaba bajo la atenta supervisión de la persona más experta del grupo doméstico. El procedimiento era similar al descrito: con un cuchillo estrecho y fino se le cortaba la yugular teniendo cuidado de no seccionar la tráquea ni el esófago, ''gorgoilla eta estegorria''. Luego dándole un corte en la pata trasera izquierda se inflaba para arrancarle la piel. A continuación se colgaba el animal desollado y se vaciaba. Después se dejaba orear, operación cuya duración dependía del viento que soplara y de las condiciones climáticas pero que no llevaba generalmente más de media jornada. De su interior se extraen: los pulmones; el hígado; el páncreas, ''aria; ''la hiel, ''beaztuna; ''y los riñones que si afloran cubiertos de grasa es señal de que la carne del animal será de buena calidad. Además la panza, ''tripa nausia; ''el intestino; el libro, ''liburu-tokia; ''el cuajar, y la vejiga, ''putxikea''.