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En Cortes (N) junto al portal de la casa colocaban una portadera (comporta) o tino lleno de vino y un balde grande o cesto con tortas. Mientras ardían las fogatas por las calles, los chicos mozos, los hombres casados e incluso algunas mujeres se entretenían saltando por encima de las llamas, de hoguera en hoguera, visitando las casas iluminadas, recibiendo en cada una el obsequio de un trozo de ensaimada –tortas de manteca–, o panes de mostillo, nueces y pan, y un trago de vino<ref>8</ref>.
En Labraza (A), desde antiguo, la víspera de San Antón ha sido el día de las hogueras o lumbreras. Al atardecer se reúnen los vecinos en la plaza adonde van trayendo maderos viejos, aulagas de los ribazos y, sobre todo, gavillas de sarmientos. Estos materiales que arden en la hoguera se recogían desde primeros de diciembre. [[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
Sobre las ascuas, en unas parrillas, se asan ristras de chorizo, repartiendo entre los asistentes pan, vino y carnes bien asadas (antes se asaban patatas, castañas y ajos). La fiesta se prolonga a pesar del frío hasta medianoche. La razón de las hogueras es que al día siguiente es San Antón, patrón de los animales. Existe la creencia de que el vecino que no aporta leña para la hoguera corre el peligro de que se le mueran los animales que tenga en casa.