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Papel principal de la mujer

429 bytes añadidos, 13:22 5 nov 2018
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En Moreda (A) dicen que la madre es la que tiene un trato más directo con los niños mientras que el padre es visto con respeto y seriedad. Las mujeres llevan el mayor peso en la educación de sus hijos, también en materia religiosa, se ocupan de lo relativo a la escuela y los padres suelen conocer de esos asuntos a través de la mujer. Donde la mujer no llega o no puede, lo soluciona el padre con su autoridad y seriedad.
[[File:FIGURA2.png480 Educacion de los niños. Vasconia continental 1945.JPG|frame|RTENOTITLE_FIGURAEducación de los niños. Vasconia continental, 1945. Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Abezia (A) la esposa supone la imagen cariñosa, la que hace mimos al niño, mientras que el hombre simboliza más la fuerza y el respeto. Cuando se trata de una decisión importante, por ejemplo relativa al futuro del hijo, es el hombre el que tiene la última palabra. Los niños suelen estar más unidos a la madre que al padre y tienen más confianza a la hora de contarle sus problemas o pedirle consejos. Todavía son muchos los que consideran que el auténtico pilar de la familia es la madre y que si ella falta, el hogar también fallará. La pareja debate y habla sobre sus hijos y muchas veces las decisiones se toman en común aunque luego sólo uno de ellos las exprese.
En Sangüesa (N) la educación de los hijos corría prácticamente a cargo de la madre, de la abuela o de alguna tía, pues existía poca relación entre el padre y los hijos. En general el padre se desentendía bastante, por comodidad, de muchos de los problemas de sus hijos pequeños.
[[File:FIGURA2.481 Abuela con los nietos. Urduliz (B) 2011.JPG|frame|Abuela con los nietos. Urduliz (B), 2011. Fuente: Akaitze Kamiruaga, Grupos Etniker Euskalerria.png|RTENOTITLE_FIGURAclass=nofilter]]
En el Valle de Carranza (B), a propósito de que la educación ha estado siempre al cargo de la madre o de las mujeres de la casa, se ha recogido un expresivo dicho: “Ningún toro brama por sus crías”.
En Elgoibar (G) antiguamente, en la mayoría de los casos eran los padres los encargados de educar a sus hijos. Pero la abuela, ''amama'', se ocupaba de introducirles en las prácticas religiosas. A diario, al atardecer, reunía a sus nietos para rezar el rosario y cuando llegaba la época del invierno les contaba historias; también llevaba los nietos a misa en muchas ocasiones.
[[File:FIGURA2.png482 Abuelo con los nietos. Carranza (B) 1943.JPG|frame|RTENOTITLE_FIGURAAbuelo con los nietos. Carranza (B), 1943. Fuente: Luis Manuel Peña (Ángel Santisteban), Grupos Etniker Euskalerria.]]
A diferencia de todo lo señalado anteriormente con carácter mayoritario, en Trapagaran (B) se ha recogido que antaño era el padre quien educaba a los hijos. Se llevaba con mucha rigidez que no faltaran a la escuela, circunstancia dispar según las familias porque las más humildes retenían a sus hijos para que efectuasen las labores de casa. El padre ejercía una autoridad de “ordeno y mando”, debido a que pasaba el día fuera de casa, mientras que con la madre el trato era mayor y había más comunicación.
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