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El primero se sitúa en las décadas de los años veinte y treinta. Durante este periodo en las localidades próximas a los núcleos industriales, sobre todo de Bizkaia y Gipuzkoa, se observa la introducción y paulatina propagación de nuevas conductas en la alimentación familiar. En las comarcas de Navarra y Alava este ritmo de transformación es más lento en sintonía con un proceso de industrialización menos acusado. Sin embargo aquel proceso quedó truncado a raíz de la guerra civil de 1936<div style="margin-1939. La postguerra, decenio de los años cuarenta, se caracterizó por una carencia general de alimentos básicos (pan, legumbres, aceite, etc.) lo que provocó una ruralización de la vida y un retorno a usos y conductas anteriores. Esta fase de estancamiento se prolongó hasta entrada la década de los cincuenta. left:0cm;"></div>
El segundo momento tiene lugar a partir de los años sesenta; los procesos de transformación en el régimen y hábitos alimentarios retoman un ritmo de cambio que se irá acelerando gradualmente.