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Generalidades

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En otro tiempo, todo el pan consumido en la casa era elaborado por sus moradores. Hace ya varias décadas, coincidiendo con la renuncia al cultivo de los cereales en la cornisa cantábrica y a causa del desarrollo de las tahonas, se inició un progresivo retroceso en la costumbre de hacer pan, hasta el punto de que se ha perdido en la mayoría de las localidades. Sin embargo, un buen número de las mujeres que sobrepasan los cincuenta arios aún saben fabricarlo.
[[File:1.9 Horno de pan adosado a la casa. Arlucea (A).JPG|framecenter|600px|Horno de pan adosado a la casa. Arlucea (A). Fuente: Gerardo López de Guereñu Iholdi, Grupos Etniker Euskalerria.]]
La elaboración de pan casero ha sido pues una actividad muy extendida que se ha ido abandonando durante este siglo. En algunos pueblos se dejó de hacer ya antes de la última guerra civil y en otros fue precisamente a raíz de este acontecimiento bélico cuando se produjo el cese. No obstante hay una década concreta en la que el descenso de esta labor se generalizó. Es el periodo comprendido entre 1940 y 1950 (Trapagaran, Carranza-B, San Román de San Millán-A, Izal, Mélida, Eugui, Lodosa, Obanos, Murchante, Viana-N). En esta última población, Viana, se venía realizando este trabajo hasta bien entrados los años cuarenta y eran muchas las familias vianesas que hacían su propio pan. Después de la guerra de 1936, como consecuencia de la intervención del cereal, se molía el grano en casa por los métodos más rudimentarios a fin de amasar el pan y cocerlo después en el horno público.
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