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Preparacion de las tierras de cultivo

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Para la siembra o la plantación de los distintos cultivos se requieren una serie de operaciones que se describen a grandes rasgos a continuación:
Como se ha dicho, hacia el Pilar, si había llovido y la tierra había alcanzado el grado de humedad adecuado, se comenzaba a arar. Desde 1935 no se ha utilizado el arado romano sino el arado con vertederas. Al principio lo arrastraban los bueyes pero hacia la década de los sesenta del siglo XX comenzaron a llegar los tractores y rápidamente los agricultores se desprendieron de los animales. A medida que aumentaba la potencia de los tractores se incrementaba el número de vertederas de los arados: del trisurco se pasó al cuatrisurco e incluso hoy en día al pentasurco.
Después de arar había que abonar. Se compraba por separado superfosfato, potasa y amoniaco. El agricultor mezclaba los tres productos en la cabaña de su vivienda y abonaba los campos, labor que hacía a mano. Aparece entonces la expresión ''marcenadera'', utilizada por los agricultores de la zona y que indica el ancho de finca que se ha abonado. Dependiendo de la longitud del brazo del agricultor abarcaba mayor o menor espacio de finca al abonar. Por eso el tamaño de las ''marcenaderas ''era siempre distinto y resultaba directamente proporcional a la longitud de brazo del que la realizaba. Cuando un agricultor había abonado un largo de la finca, había hecho una ''marcenadera''<nowiki>; dos </nowiki>largos, dos ''marcenaderas ''y así sucesivamente.
Después de arar y abonar había que esperar a las primeras heladas de noviembre. Una vez que la tierra había estado helada, generalmente en la primera quincena de noviembre, se procedía a ''trapear''. Esta labor se realizaba con la ''trapa ''y tenía como finalidad dejar la tierra fina y suelta, sin apelmazar, “como la ceniza” se decía. ''Trapear ''se hacía en sentido contrario a arar.
En Agurain (A) las fincas en las que se va a sembrar el cereal ''tardío ''o las patatas se ''maquinan ''por primera vez en el mes de septiembre y cuando llega el momento de la siembra, se maquinan de nuevo o solamente se remueven con el ''estrepador'', dependiendo de las hierbas que hayan nacido. Donde se piensa sembrar cereal ''temprano ''solamente se maquina antes de sembrar. Tanto en lo ''temprano ''como en lo ''tardío ''se ''rastrea ''antes o en el momento de sembrar. Normalmente se suele trabajar la tierra con el rotavátor con la finalidad de desmenuzarla y dejarla en buenas condiciones.
Las semillas de cereales se siembran actualmente por medio de máquinas sembradoras es-peciales especiales colocadas en la parte delantera del tractor, la semilla es tapada por la ''rastria ''que se coloca en la trasera. Para la siembra de patatas y remolachas existen unas máquinas especiales que realizan toda la labor y son arrastradas por un tractor.
Antes de la siembra se abonan las tierras con estiércol animal ya sea de ovejas, vacas o de caballos, algunos incluso con estiércol de las granjas de gallinas y pollos, aunque el último está poco extendido por el fuerte olor que desprende y porque hay pocas granjas avícolas en los alrededores; además, abono bastante completo de fosfato, nitrato y potasa, extendido por medio de máquinas abonadoras.
En La Puebla de Arganzón y pueblos cercanos tenían los mayores arados y eran tirados por dos parejas de bueyes o una pareja de bueyes y una caballería. Hasta que desaparecieron los bueyes se ha labrado la tierra con estas máquinas.
Si las lluvias aparecían a últimos de septiembre y la tierra tenía buen tempero, empezaban a labrarla. Por el mes de octubre o noviembresembraban noviembre sembraban el cereal, antes a voleo y después con máquina. Con la rastra tapaban el grano. Las tierras maquinadas tenían que ser rastreadas previamente con rastras conducidas por bueyes o caballerías. Estos aperos eran de madera con unos hierros que ''destorronaban ''la tierra dejándola suave. Si no se pasaban, muchos cultivos no se podían sembrar.
Los primeros tractores que se compraron en el Condado eran de ruedas de hierro y tenían que darle la vuelta a mano a la máquina que llevaban atrás. A mediados de los años cincuenta compraron los primeros tractores con ruedas de goma y arados de ''volterete ''manuales que abrían un solo surco.
En Aoiz (N) se han conocido dos modos de laboreo agrícola previo a la siembra: uno que suponía el trabajo manual directo con empleo de pequeñas herramientas (azada, pala, rastrillo) y el más habitual con la ayuda de animales y grandes aperos primero y tracción mecánica después.
La preparación de la tierra para la siembra se debía hacer en el mes de octubre pues “si te descuidabas para san Martín, se aguaba”. Una vez labrada la tierra con el brabán o arada con arado se alisaba la superficie con la rastra y a veces la ''zaranda ''y se depositaba la semilla; en el caso de las grandes superficies (cereal de secano o forrajeras) primero ''a voleo ''y después con la máquina sembradora. En el caso de las patatas, alubias y la remolacha, se hacía de manera directa depositando la semilla con la mano en los surcos que se habían practicado de lado a  {| style="border-spacing:0;width:15.621cm;"|-| align=center style="border:none;padding:0cm;" | [[Image:Irudia6.png|top]]| align=center style="border:none;padding:0cm;" | Fig. 60. Arado subsolador ochisel. Argandoña (A), 2003.|-|}lado del campo con una herramienta llamada ''punzón''. Esta misma se empleaba en la plantación de las vides.
En Cárcar (N) para la labor de preparación de la tierra, cuando se utilizaban las caballerías los aperos empleados eran el rastro, el molón y la grada, que se enganchaban a los animales mediante el balancín y dos cadenas. Una vez introducidos los tractores se siguió empleando el molón junto con la rastra y el cultivador. Otra labor que se tenía que hacer era ''amugar ''o señalar sobre el terreno por dónde se iba a arrojar la simiente posteriormente.
En Muez y Ugar (N) las labores agrícolas en ambos valles cambiaron de forma radical tras la mecanización del campo y la concentración parcelaria. Antes de ambos hechos, la siembra en los campos comenzaba a mitad de septiembre y para productos como el haba seca a mitad de julio. Hay que tener en cuenta que se practicaba tanto el barbecho como la rotación de cultivos, ya que esto último era esencial para poder abastecer de forraje a los animales de tiro y los que se criaban en casa durante todo el año.
En cualquier caso, la primera labor a realizar era la preparación de la tierra para sembrar. Esto se hacía mediante arados arrastrados por bueyes o caballos (la anilla de cuerda que sujetaba el timón del arado o del carro a los yugos era llamada en Yerri ''trascón''). Para dar la vuelta a la tierra también eran empleadas las layas de mango largo y dos dientes puntiagudos, sobre todo en las tierras de regadío, como las huertas. Sin embargo, tanto el arado como la laya fueron sustituidos por el brabán arrastrado por bueyes que cortaba la tierra y la volteaba. Labrada ya la tierra se pasaba la narria con un bastidor de madera y púas en su parte inferior. Este apero arrastrado por bueyes desmenuzaba los terrones. Con el tiempo la narria también sería sustituida, tomándole el relevo la grada, que tenía diferentes rejas metálicas y su trabajo era más efectivo en el barbecho. Con los útiles de labranza acarreados por bestias no se lograba en agosto quitar suficientemente bien las raíces de las plantas invasoras de la tierra a roturar. Posteriormente los tractores consiguieron profundizar más en el suelo y dejar la tierra más [[Image:Irudia7.png|top]] Fig. 61. Laiariak. Zeanuri (B), 1920.limpia. Además, como las fincas tras la concentración parcelaria eran más grandes resultaban más fáciles de trabajar. Con los arados se trabajaban por día unas tres o cuatro robadas, con los tractores su número aumentó hasta las sesenta robadas. El tractor era de propiedad privada, no se compraron en cooperativas ni por los concejos para uso comunal.
Preparado el suelo en septiembre tocaba el turno de la siembra (habas, alholvas, arvejuelas, etc.) mediante el lanzamiento ''a voleo ''de las semillas acarreadas en un capazo. En ocasiones se usaban las azadas para plantar. Posteriormente llegaron las máquinas sembradoras con depósito para el grano. Una vez sembrado el terreno era el momento de pasar el molón que en un principio era de piedra y luego de cemento armado y tirado por un tractor. En cualquier caso las tierras eran abonadas.
En Izurdiaga (N) para preparar la tierra se araba con el brabán, luego se desmenuzaba con la ''area ''o ''arie'', que se trataba de un armazón de madera con púas de hierro, se abonaba con la abonadora y se procedía a sembrar.
En Obanos (N) en las piezas de cereal en primer lugar se procede a ''maquinar'', operación que consiste en voltear la tierra con el brabán, actualmente movido por tractor; antiguamente el brabán de vertedera era arrastrado por caballerías. Esta operación suele hacerse entre septiembre y enero para mover los rastrojos dejados tras la recolección, y en primavera. Después se pasa la rastra para deshacer los ''tormos ''(dicen que es muy bueno que entre el hielo a los ''tormos ''o ''tormones''). Esta operación tiene lugar en primavera cuando se ha secado un poco la tierra. Antes del verano se pasa el cultivador, especie de arado con unos muelles que van cerniendo la tierra y al mismo tiempo cortan las hierbas gracias a unas rejas de 15 cm de profundidad. Antes de la siembra suele desmenuzarse la tierra con el molón si está con algún ''tormón ''y seca, pero si hay mucha humedad se pasa la rastra. Cuando la tierra ya está bien desmenuzada es el momento de sembrar, en octubre. Esta operación se realiza con la sembradora, máquina que tiene una reja que va abriendo el surco, deja la simiente en él y con una tabla la [[Image:Irudia8.png|top]] Fig. 62. Trabajo en familia en Zunharreta (Z).cubre de tierra. A la vez se aprovecha para fosfatar.
Antes se solía quemar el rastrojo y extender la ceniza. Creían que era bueno porque desinfectaba.
Antes de sembrar puede desmenuzarse mejor la tierra con el molón o rodillo giratorio, si está con algo de ''tolmo ''y seca; si está demasiado húmeda se pasa otra vez la rastra.
Sembrar. En este momento puede decirse que la tierra “está ya tabaco”, muy fina y oxigenada. El sembrado se hace con la sembradora, aparato que dispone de una reja que va abriendo surco y dejando la simiente en él, para a continuación cubrirla de tierra con una tabla trasera. La ocasión se aprovecha para fosfatar, pues de esta manera crecerá luego con fuerza la espiga. Algunos labradores hacen una mezcla de super-fosfato y sulfato amónico. En Viana (N) en las tierras blancas o dedicadas a cereales una vez recogida la cosecha se quemaban los rastrojos. La operación de labrado se realizaba volteando la tierra a bastante profundidad con brabán vertedera, para airearla y esponjarla, eliminar las malas hierbas y enterrar los restos vegetales de la superficie que actuaban luego como abono orgánico. Antes del uso de los abonos minerales se esparcía el ''ciemo ''por los campos. Poco antes de la siembra se pasaba una rastra por las piezas, para ''estormonar'', desmenuzar e igualar la tierra, por medio de una plataforma con largos clavos tirada por los ganados, ahora por el tractor. Hay quien pasa el ''rulo'', en otras partes llamado ''molón'', rodillo giratorio muy pesado de piedra o de metal.
En Allo (N) hasta principios del siglo XX se usaron exclusivamente dos clases de arado, el navarro y el castellano. Para su arrastre se empleaban bueyes, a veces un buey y una caballería o un burro con la ayuda de su dueño. El brabán comenzó a emplearse hacia 1906. Muchísima gente también trabajaba la tierra con azada y layas. Un buen número de jornaleros se pasaban gran parte del año y de su vida layando y cavando y no solo en el pueblo sino también fuera.
''== El área atlántica''==
En Lanestosa (B) las labores de preparación de los terrenos a cultivar a finales del siglo XIX eran cinco: ''sorrer'', layar, abonar, sembrar con ''rastro ''e igualar la tierra con rastrillo y azada. A mediados del siglo XX lo primero que se hacía era ''sorrer ''o eliminar a azada toda la hierba mala, después pasar el arado (posteriormente reemplazado por el brabán) arrastrado por la yunta de bueyes o de vacas, labor que sustituía a la realizada anteriormente con layas y azadas; y a continuación pasar el rastro para igualar la tierra. Tras estas labores se iniciaba la siembra.
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