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Trashumancia menor y transterminancia invernales

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El trayecto lo realizaban a pie, en su mayor parte por la carretera. Bajaban con el burro, que transportaba la ropa, alimentos y cacharrería. Normalmente el rebaño era guiado por un pastor y el zagal. Al regreso, con el rebaño y la corderada, la familia recibía a los pastores con un banquete y al ganado se le obsequiaba con el mejor pasto en alguna huerta o heredad, para que se recuperara de la larga caminata.
[[File:3.197 Pastores de Urbia (G) camino de Euba (B) a su paso por Durango (B) 1981.jpg|framecenter|600px|Pastores de Urbia (G), camino de Euba (B) a su paso por Durango (B), 1981. Fuente: Gurutzi Arregi (Jose M.ª Uriarte), Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Triano, en el área de sus montes, todavía a mediados de los años ochenta, el traslado de los rebaños de la vertiente norte a los pastos de invierno se realizaba hacia Trapagaran y las tierras bajas de la ría, especialmente en su margen derecha (Leioa, Algorta, Las Arenas, Berango...), pues en la izquierda además de que los pastos (campas) eran escasos había que pagar por ellos un elevado precio. Era una trashumancia corta, que no solía sobrepasar los 30 km de recorrido. No obstante, en ocasiones también llegaban hasta Mungia, Gatika y Derio.
La bajada desde la sierra no llevaba más de un día, acompañaban al rebaño dos pastores y los desplazamientos por el valle se hacían tradicionalmente a pie. En caso de travesías más largas se invertía normalmente otra jornada más. El descenso no ha sido siempre obligado ni directo. Así, los pastores de Zuya que no vivían abajo sino en los caseríos de las faldas del monte podían permanecer con sus rebaños en los mismos, descendiendo sólo en casos de nevadas persistentes. La bajada directa desde la altura de la sierra se retrasaba en el tiempo lo más posible y mientras en otras elevaciones montañosas comenzaba la bajada al valle, la mayoría de los pastores trasladaban las ovejas de los pastos altos a otros más bajos. Por ello, era muchas veces complicada, ya que había que hacerla en mitad de la nevada, siguiendo los rebaños las huellas del caballo que llevaba los alimentos del pastor.
El monte Oiz y su entorno y las estribaciones del Aramotz presentan unas condiciones idóneas para el pastoreo itinerante a corta distancia, trashumante en unos casos y transterminante en otros, por la posibilidad de compaginar pastos de verano en altura, en la propia falda de los montes citados , con otros de valle en el Duranguesado o en la zona de Larrabe- tzuLarrabetzu, y de la costa, en la comarca del Guerniquesado, Lekeitio y Ondarroa principalmente, a escasos kilómetros de distancia. Cuando los pastos del Oiz y del Aramotz se agotaban, los rebaños descendían al valle y emprendían una itinerancia local, de carácter trashumante y transterminante.
La transterminancia tenía como destino las localidades del entorno, en una rotación por ellas cuya estancia duraba entre un mes y mes y medio por zona. Los desplazamientos apenas superaban los 20 km y se hacían a pie por las carreteras, aunque desde mediados de siglo comenzó a ser peligroso para el ganado y hubo que buscar otras rutas por el monte y caminos vecinales. Los rebaños eran más bien pequeños (alrededor de 300 cabezas como máximo) y se gobernaban entre los miembros de la propia familia, generalmente el padre y uno o dos hijos.
En Nabarniz, localidad no alejada de la ladera norte del Oiz, a esta búsqueda de pastos invernales en los alrededores de la comarca guerniquesa se le llamaba «bajar a la ribera», ''erriberara''.
Cada pastor realizaba estos movimientos de manera individual, sin compañía de otros rebaños. La expresión utilizada para indicar que se iba a emprender el camino era «''mar- txan martxan urten bear dogu»''.
De las localidades que bordean el Oiz, como son Gerena, Berriz, Garai, Ajuria, Mendata, Zenarruza y de la falda del Aramotz como Bernagoitia, también practicaban una trashumancia de corto recorrido, que en ocasiones cubrían en dos etapas. En esta situación, hacían noche a la intemperie si la climatología acompañaba; en caso contrario pernoctaban en una casa y dejaban a las ovejas encerradas en un establo. Este movimiento tenía una doble orientación:
Los pastores de Urbia en la sierra de Aizkorri (G), según se recogió en los años cincuenta, bajaban tradicionalmente en busca de pastos de invierno. Unos se desplazaban en otoño a Gabiria para pasar en invierno a Durango (B). Había quien se trasladaba hasta Santoña (Cantabria). Pero era más frecuente aproximarse a los pastos guipuzcoanos de la región de Donostia y a las zonas vizcainas de Elorrio y Durango haciendo el siguiente itinerario: Zerain, Brinkola, Udana, Oñati, Arrasate y salvando el alto de Kanpanzar llegar a Elorrio y Durango. Algunos continuaban hasta Amorebieta-Etxano, Galdakao, Larrabetzu y Lezama y de aquí alcanzaban el Munguiesado, otros tomaban el camino del Guerniquesado.
[[File:3.198 Rebaño descendiendo de Aralar hacia Getaria a su paso por Itsasondo (G) 1979.jpg|framecenter|600px|Rebaño descendiendo de Aralar hacia Getaria, a su paso por Itsasondo (G), 1979. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Pocos datos quedan de esta trashumancia. Se sabe que este recorrido se hacía antaño a pie y duraba tres días, aprovechando que las ovejas marchaban bien y no había que ordeñarlas porque todavía no estaban preñadas. Se empleaban para ello caminos de tránsito común y carretera. Un informante recuerda que en las primeras décadas del siglo XX en Abadiano existía una cadena, ''katea, ''que se retiraba para que pasase el rebaño, previo pago de seis pesetas. Los pastores de Araia (A) hacían paradas para dormir en Otxandio y Amorebieta.
Tras bajar de las bordas de media altura al comienzo del otoño, los rebaños de cada localidad se dirigían al valle. Allí podían permanecer en los pastos propios, o enviar parte de los rebaños en pasturaje a otras localidades, ''bazkaz emana''. Habitualmente debían itinerar de unos pastos a otros, pues una sola casa no tenía terreno suficiente para alimentar los rebaños durante los aproximadamente 5-6 meses que permanecían allí. Los encargados de trashumar eran pastores contratados o los hijos de los dueños.
[[File:3.199 Rebaño bajando del monte a su paso por Lasa (BN) 2000.jpg|framecenter|600px|Rebaño bajando del monte a su paso por Lasa (BN), 2000. Fuente: Peio Goïty, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Esta misma trashumancia se ha practicado al otro lado de las cimas pirenaicas, en Navarra. Sus protagonistas son los ganados de los valles de Aezkoa y alto Baztan. Como quiera que los pastos de los Pirineos atlánticos de Vasconia continental se encuentran más cercanos que los del Ebro, los puertos pirenaicos de Izpegi e Ibañeta son transitables incluso en invierno y a los pastores de estos valles les resultaba imposible mantener en las tierras de su propiedad sus grandes rebaños durante todo el invierno, ha tenido lugar una trashumancia del territorio navarro hacia las comarcas de Garazi, Mixe y Baigorri, desde Ainhoa (L) hasta Armendaritze (BN). Este descenso está concertado por las facerías que gobiernan los pastos de altura de toda esta zona. En el primer cuarto del siglo XX tenía su importancia: 5.000 cabezas aezkoanas y 2.000 baztanesas cubrían esta ruta de los puertos.
 
[[File:3.200 Movimiento estival de los rebaños.jpg|frame|Movimiento estival de los rebaños. Fuente: Jesús Sesma, Grupos Etniker Euskalerria.]]
== Trashumancia ribereña navarra ==
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