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Vertiente atlantica1

No hay cambio en el tamaño, 14:15 18 jun 2019
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En el Valle de Carranza (B) se cultivaban las siguientes especies frutales con sus correspondientes variedades: manzano, que podía ser de reineta, canilla o blanquilla, caniega, cezurana, morroperro, belasca, del ojo hundido, gustabeta/urtabeta, peorreal, pero, perona, de yema de huevo; peral, de san Juan, de Santiago, de miel, de invierno; viña o parra, dependiendo de la forma de crecimiento; cerezo; ciruelo: cojón de fraile, claudia; brevera; higuera; avellano; nogal; castaño: sarilla/saría, tañesa, porrona, escachona, pelona. Especies de frutales escasas son: melocotón [melocotonero]; membrillo [membrillero] y guindo. Especies de presencia testimonial: ''míspero ''o ''bíspero ''[níspero], grosella negra [grosellero]; grosella roja [grosellero]; agracio [grosella blanca o espinosa]; limonero y naranjo.
[[File:8.204 Avellano. Carranza (B) 1990.jpg|center|600px450px|Avellano. Carranza (B), 1990. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Junto con el castaño el manzano ha sido en Carranza el frutal más importante en número y en producción. Al igual que la castaña, la manzana es una fruta que permite ser conservada a lo largo de todo el invierno y la primavera, al menos algunas de sus variedades. Con la misma también se producía sidra, muy apreciada por ser prácticamente la única bebida alcohólica que podían consumir las familias más humildes, que eran la mayoría. El vino, que había que comprar, estaba restringido a los acontecimientos festivos y a trabajos de recolección importantes como la trilla y la recogida de la hierba seca.
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