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En Carranza (B) se emplean las ''bolinchas ''o gálbulos del enebro o ''verruguero ''(''Juniperus communis''), que tienen gran parecido con las verrugas como señala un informante. Quien realiza la operación debe contar las verrugas sin que el afectado lo sepa. Después recoge tantas bayas como verrugas ha contado y las esconde. Según se vayan secando las nebrinas, otro tanto les ocurrirá a las verrugas. El lugar donde se ocultan varía de unos informantes a otros: debajo de una piedra o una losa de la calle para que no les dé el sol ni el aire; en un sitio donde no se mojen pero debajo de una piedra y tocando tierra; en un lugar oscuro o en una pequeña caja. Hay quien señala que por el lugar donde se escondan no debe pasar la persona afectada, pero también hay quien afirma lo contrario que deben ocultarse en un sitio por donde transite para que las pise<ref>De este procedimiento de quitar verrugas, dejó constancia a principios del s. XX Manuel LÓPEZ GIL en LEF. (ADEL). Algunas variaciones a las recogidas en nuestra encuesta pueden verse en Nicolás VICARIO DE LA PEÑA. ''El noble y leal Valle de Carranza''. Bilbao: Junta de Cultura de Vizcaya, 1975, p. 369.</ref>.
Un informante de esta localidad recuerda otro procedimiento que consiste en coger una rama o ''verduga ''y repetir veintitantas veces la fórmula “sécate verruga” y luego ponerla debajo de una piedra o enterrarla; todo ello sin que el afectado se enterara.
En Sangüesa (N) poniendo en el bolsillo tantas bolitas o gálbulas de ciprés como verrugas desaparecían éstas y en Muskiz (B) se ha recogido que se cuentan las verrugas y al de unos días sin más desaparecen.
== Manzanas. Tocino ==
En Kortezubi (B) partían una manzana en cuatro trozos y frotaban con ellos las verrugas; después los colocaban en una encrucijada de caminos. Si algún viandante los recogía y los comía, las verrugas pasarían a sus manos<ref>José Miguel de BARANDIARAN. ''Mitología Vasca''. Madrid: 1960, p. 36.</ref>. En Ormaiztegi (G) se recogió a principios del s. XX un procedimiento similar<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, pp. 240-241.</ref>. En Orozko (B) partían también la manzana y con los cuatro pedazos frotaban las verrugas, dejándolos en la chimenea para que a la par que se fueran secando, desaparecieran las verrugas.
En Elgoibar, Berastegi, Zerain (G); Abadiano y Bermeo (B) se corta una manzana en cuatro trozos, se cuentan las verrugas y se frotan con los trozos todas ellas. Luego se juntan los trozos con una liz para que otra persona los entierre en un lugar que desconozca el afectado; cuando se pudra la manzana, desaparecerán las verrugas. Si la manzana es comida por algún topo o rata no se eliminarán las verrugas. En Azkaine (L), con los trozos de manzana había que frotarse tres veces las verrugas. Quien cogiera los trozos enterrados se quedaba con las verrugas. Para que surtiera efecto, había que practicar el rito cuatro o cinco veces<ref>En Vasconia continental, según se constató en los años cincuenta, el remedio consistía en partir la manzana en cuatro trozos iguales y frotar fuertemente las verrugas cada día con uno de los pedazos durante cuatro jornadas sin olvidar enterrar los cuatro pedazos para que se pudran. Vide DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in ''Gure Herria''. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, p. 197.</ref>.
En Berastegi (G) lo mismo que en Busturia y en Bermeo (B) se sirven de una patata para hacer la misma operación. Luego el tubérculo se guarda bajo tierra o en un rincón de la casa.
En Pipaón (A) se pone un trozo de manzana sobre las verrugas y se tiene durante un buen rato mientras se recita:
:''Verrugas tengo y voy a dejar,''
:''Dios quiera que cuando vuelva''
:''no las vuelva a encontrar.''
En Valdegovía (A); Hondarribia, Oñati (G); Sangüesa y Lekaroz (N) se partía una manzana por la mitad, se comía una parte y se enterraba la otra: cuando ésta se pudría las verrugas desaparecían<ref>APD. Cuad. 2, ficha 204. Puede consultarse también José Antonio de DONOSTIA. “Quelques notes au sujet des médecins et médecines populaires au Pays Basque” in ''Gure Herria'', XXXIII (1961) p. 27.</ref>.
En Abadiano, Bedarona, Bermeo, Busturia, Gorozika (B) y Arrasate (G) frotan las verrugas con corteza de tocino que lo entierran durante un tiempo, lo sacan, vuelven a frotar y lo vuelven a enterrar y siguen así hasta que el tocino se pudre. En Arraioz (N), se ponía una corteza de tocino en la rendija de una tapia y durante nueve viernes a la noche se le daba vuelta. Si desaparecía para el último viernes, desaparecía también la verruga<ref>APD. Cuad. 2, ficha 219.</ref>. En Goizueta (N), Bernedo (A) y Astigarraga (G) se practicaba el mismo remedio con un trozo de carne fresca que debía dejarse que se descompu- siera.
== Ajos. Cebollas ==
En Sangüesa Mezkiriz (N) poniendo en el bolsillo tantas bolitas o gálbulas de ciprés como las verrugas desaparecían éstas y en Muskiz (B) , ''kalitsak'', se ha recogido eliminaban sacando la sangre con ayuda de una gasa que luego se enterraba. A continuación se cuentan las verrugas y al frotaban con un diente de unos días sin más desaparecenajo, ''baratxuri pikorra'', que también había que enterrarlo.
En ElgoibarGorozika (B) cada verruga se toca con un grano de trigo distinto. Se exige que estén presentes únicamente el sanador y el que quiere quitárselas sin que sean vistos por nadie. Después el sanador, Berastegien secreto, entierra los granos y a la vez que éstos se pudran desaparecerán las verrugas. En Zerain (G); Abadiano se contaban las verrugas y Bermeo se enterraba el mismo número de granos de trigo. Idéntica costumbre recogió Barandiaran en Kortezubi, Garai (B) se corta una manzana y Garaio (A) y Azkue en cuatro trozosLekeitio (B)<ref>José Miguel de BARANDIARAN. ''Mitología Vasca''. Madrid: 1960, p. 36.</ref>. En nuestra actual encuesta de Bedarona (B) se ha constatado el mismo procedimiento. En Olaeta (A) se cuentan las ponían bajo tierra tantos granos de trigo como verrugas y se frotan con los trozos todas ellas. Luego se juntan los trozos con tuvieran, pero había que introducirlos dentro de una liz para que otra persona los entierre en un lugar que desconozca el afectado; cuando se pudra la manzana<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, desaparecerán las verrugasp. 242. Si la manzana es comida por algún topo o rata no se eliminarán las verrugas</ref>. En Azkaine Elgoibar (LG), con los trozos se pasaban granos de maíz o de manzana había que frotarse tres veces trigo por las verrugas. Quien cogiera , se introducían en una pequeña bolsa que se abandonaba y cuando los ratones los trozos enterrados se quedaba con comían desaparecían las verrugas. Para que surtiera
En Murueta (B) en el segundo decenio del s. XX el curandero tomaba nueve granos de trigo y con cada uno hacía una cruz encima de la verruga mientras decía el siguiente conjuro: ''Garatxoatxu, zenbat dozu, bederatzi; bederatzirik zortzi; zortzirik zazpi; zazpirik sei; seirik bost; bostik lau; laurik iru; irurik bi; birik bat; baterik bapez; garatxurik bapez'' (verruguita, cuántas tienes, nueve; de nueve ocho; de ocho siete; de siete seis; de seis cinco; de cinco cuatro; de cuatro tres; de tres dos; de dos una; de una ninguna; verrugas ninguna)<ref>Recogido por Jesús ORBE: LEF. (ADEL).</ref>.
En Berastegi Bernedo (GA) lo mismo que en Busturia se contaban tal número de garbanzos como verrugas se tuvieran para después lanzarlos al agua sin mirar y en Bermeo Aoiz (BN) se sirven de anotan que los lanzaban a un pozo recitando una patata para hacer la misma operación. Luego el tubérculo se guarda bajo tierra fórmula o en un rincón de la casarezando una oración. En Pipaón Tiebas (AN) se pone había que lanzar a un trozo pozo tantos granos de manzana sobre las garbanzo como verrugas y se tiene tuviera. En Viana (N) había que echar durante nueve días alternos algunos garbanzos en un buen rato mientras se recita:pozo o estanque.
En Muskiz (B) y Obanos (N) se cuentan las verrugas y se entierran el mismo número de piedrecitas en un lugar desconocido por el interesado. En Obanos, en los años cincuenta, era creencia infantil que quien encontrase las piedras y las tocase, cogería las verrugas. En Apodaca (A) había que enterrar tres piedras. En Ollo (N) se ponían en una bolsita tantas piedrecitas como verrugas se tuvieran, dejándola en un lugar cualquiera. Quien recogiera la bolsa cargaría con todas las verrugas, quedando limpio el paciente. El que contaba las verrugas a otro, cargaba con las de éste[[#ftn41|[41]]]. La creencia de que se transfieren las verrugas del que las tiene al que se las cuenta también se ha constatado en Apellániz (A). El P. Donostia recogió una práctica similar a la descrita. Se tomaban en la mano tantas piedrecillas como verrugas se tuviera y había que restregarse en