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En Moreda (A) antes de formalizar la compra se miraba la dentadura al ganado para saber su edad. Algunos ejemplares podían presentar dientes «a picón», es decir, dientes que no igualaban y por tanto tendrían dificultades para comer bien en el campo. También se observaba si padecían alguna anomalía como cojera, asma (para lo que se les hacía trotar), etc. Se llevaba a cabo el examen del carro para saber si el animal tiraba bien. Ultimado el acuerdo, el veterinario del ferial inspeccionaba el animal y si no apreciaba ninguna anomalía se cerraba el trato y se daban la mano. Al día siguiente, en casa, se le sometía a otro tipo de pruebas, le ponían el brabante y le hacían labrar. Si el animal adquirido no resultaba bueno, se volvía a vender en la feria de San Bernabé, 11 de junio.
[[File:FIGURA3.png351 Inspeccionando una yegua. Alava.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Inspeccionando una yegua. Álava. Fuente: Etniker Álava, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Eugi (N) primero echaban una ojeada a todo el ganado de la feria hasta detenerse en el que más les convenía. Después inspeccionaban concienzudamente al animal para cerciorarse de que no tenía defectos, mirándole la boca, contándole los dientes, observando la ubre si se trataba de una vaca... También en Ultzama (N) antes de comprar el ganado los caseros inspeccionaban atentamente los animales de la feria y comparaban los precios de los distintos vendedores.