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=== San Miguel de Excelsis. Aralar (N) ===
En este santuario, junto al altar de la capilla del Arcángel, por el lado de la epístola, existe un hueco abierto en la pared. Se decía que comunicaba con una sima que se suponía existía debajo de la iglesia; la misma en que vivió en otro tiempo el dragón que, a ruegos delcaballero Teodosio de Goñi, fue muerto por San Miguel. Es creencia que el rezar un credo mientras se tiene la cabeza metida en aquel hueco, preserva de los dolores de cabeza<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in ''Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios'', LXIX. Vitoria: 1926, p. 33-34.</ref>.
En este mismo santuario aquellos que solicitan protección contra estos dolores acostumbran a pasar tres veces las llamadas cadenas de Teodosio alrededor de la cabeza. Así lo constatan en Bidegoian y Zerain (G).
=== San Esteban. Usurbil (G) ===
Decían en Usurbil que bastaba con acudir a la ermita de San Esteban, introducir la cabeza en uno de los dos huecos de la pared, rezar un credo o varios padrenuestros y ofrecer una limosna al santo, mientras se le decía: “''Aita'' {| style="border-spacing:0;width:15.452cm;"|- style="border:none;padding:0cm;"|| |-|}''San Esteban alturetakoa, torizu dirua ta arzazu miña''” (Padre San Esteban de las alturas, toma el dinero y quédate con el dolor). De este modo quedaban libres de dolores de cabeza durante un año. Estos huecos parecen haber sido un antiguo sagrario o credencia<ref>Luis MURUGARREN. ''Usurbil: Aguinaga, Urdayaga y Zubieta''. San Sebastián: Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, 1974, pp. 133 y 168.</ref>.
=== San Pedro de Zegama y Ntra. Sra. de Zikuñaga. Hernani (G) ===
En Zegama debajo de la mesa del altar de la ermita dedicada a San Pedro había un hueco donde los devotos introducían la cabeza mientras rezaban un credo; consideraban que esta práctica era eficaz contra los males de cabeza<ref></ref>José Andrés GORROCHATEGUI; José Antonio ARACAMA. A la ermita de Ntra“La religiosidad del pueblo. SraZegama” in AEF, IV (1924) p. de Zikuñaga se acudía desde Hernani y desde Astigarraga para protegerse de los dolores de cabeza. Se introducía la cabeza en un agujero existente al pie del nicho de la Virgen mientras se rezaba un credo106. Igual costumbre se ha practicado en las ermitas guipuzcoanas de Santa Marina de Asteasu y San Juan de Orio<ref></ref>.
A la ermita de Ntra. Sra. de Zikuñaga se acudía desde Hernani y desde Astigarraga para protegerse de los dolores de cabeza. Se introducía la cabeza en un agujero existente al pie del nicho de la Virgen mientras se rezaba un credo. Igual costumbre se ha practicado en las ermitas guipuzcoanas de Santa Marina de Asteasu y San Juan de Orio<ref>Domingo IRIGOYEN. “Ermitas e Iglesias de Guipúzcoa” in AEF, XIV (1934) pp. 31, 39 y 75-76.</ref>.
=== Santuario de la Bien Aparecida. Ampuero (Cantabria) ===
En Carranza (B) se acudía al cercano Santuario de la Bien Aparecida, localizado en el municipio cántabro de Ampuero, donde existe una oquedad en la que si se introduce la cabeza, según la tradición, remite el dolor.
En Allo (N) se introducía la cabeza en el sagrario o urna del Monumento del Jueves Santo, mientras se rezaba un padrenuestro. Al día siguiente de desmontado el Monumento, el sacristán exponía el sagrario con la puerta abierta colocándolo sobre el altar de San Jorge. Se formaba una cola de personas para introducir allí la cabeza. Quienes practicaron este rito recuerdan que dentro se escuchaba el ruido del mar. En Ordizia (G) introducían también la cabeza en el Sagrario del Monumento cuando éste estaba vacío el día de Viernes Santo<ref>Ángel GOICOETXEA. ''Capítulos de la medicina popular vasca''. Salamanca: Instituto de Historia de la Medicina, 1983, p. 43.</ref>.
Desde Amézaga de Zuya, Apodaca, y otros pueblos alaveses los que tenían frecuentes dolores de cabeza subían a este santuario, ponían la cabeza bajo la campana y rezaban tres avemarías mientras, con el badajo, daban tres campanadas.
A principios del siglo XX iban a este santuario desde Olaeta (A) el día segundo de Pascua y el día de la Ascensión y poniéndose de rodillas bajo la campana rezaban cuarenta veces el credo, golpeando la campana con la mano<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid: 1935, p. 79.</ref>. A este santuario acudían también de los valles vizcainos de Arratia y Orozko y de la Villa de Otxandiano.
En Ondarroa, junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua, había dos campanas debajo de un cobertizo a donde se subía por unas pocas gradas de piedra; era creencia que introduciendo la cabeza en el hueco de cual- quiera cualquiera de las campanas y haciéndola sonar al mismo tiempo, se curaban las enfermedades de la cabeza<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in ''Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios'', LXIX. Vitoria: 1926, p. 33.</ref>. Según Lizarralde los devotos introducían la cabeza dentro de una de las campanas, recitaban tres veces el Ave María y la hacían sonar otras tantas veces, golpeándola con el badajo<ref>José A. LIZARRALDE. ''Andra Mari. Semblanza religiosa de la provincia de Guipúzcoa''. Bilbao: 1926, p. 222.</ref>.
Acudían a este lugar desde localidades guipuzcoanas como Arrona y Elgoibar cuyos informantes anotan que pasaban seis o nueve veces por debajo de la campana, siempre en un número de veces que fuera un múltiplo de tres.
Creencia y práctica similar se observaba en esta antigua ermita costera donde se conmemora la decapitación de San Juan Bautista (29 de agosto) y donde hay una campana a la cual se atribuye la misma virtud<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in ''Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios'', LXIX. Vitoria: 1926, p. 33.</ref>. El historiador local Zabala decía a este respecto: “En el mismo Gastelugach se cura el dolor de cabeza poniendo ésta al par inferior del hueco de la campana y haciéndola sonar, en tal disposición, en tres series”<ref>Anjel ZABALA eta OTZAMIZ-TREMOYA. ''Historia de Bermeo''. Tomo II. Bermeo: 1931, p. 432.</ref>.
Cumplido el primer requisito de hacer en el interior de la ermita la ofrenda de alguna prenda de cabeza (boina, pañuelo, horquilla del pelo) se hacía sonar la campana. Esta costumbre está muy generalizada: casi todos los que acuden a San Juan de Gaztelugatxe, por la causa que sea, hacen sonar la campana; y en días de gran afluencia, como el día del patrón, la gente guarda cola para hacerla sonar. Los de Abadiano, Bermeo, Busturia y Durango (B) cuando acudían a este santuario costero se colocaban bajo la campana para guardarse de estos dolores.
En la rogativa que hacía todos los años el pueblo de Navarrete a Ntra. Sra. de Okon, las mujeres daban unos toques a la campana de la espadaña para no tener dolores de cabeza.
La víspera de Santa Águeda, 4 de febrero, se tocaba de modo prolongado la campana de esta ermita; a este toque se le atribuía una virtud especial para quitar los dolores de cabeza.
== PRENDAS, AGUA Y RODEO A LA ERMITA==
El hecho de dar vueltas en derredor de ermitas o santuarios formaba parte del rito de petición de salud al santo.
En esta iglesia reciben culto los restos de la mártir Santa Felicia, princesa de Aquitania, abogada de los dolores de cabeza. El día de la romería los hombres pasaban sus boinas por la urna que contiene sus reliquias y las mujeres sus mantillas y pañuelos. Esta urna está en alto sujeta al muro y hasta allí, tiran sus prendas hombres y mujeres para luego cubrirse la cabeza con ellas y protegerse de los dolores. Acudían de Aoiz, Sangüesa y Tiebas (N) entre otros pueblos.
A San Víctor de Gauna se acudía desde Agurain, Apodaca y Mendiola (A) según han recogido nuestras encuestas. De Apodaca acudían el primer domingo de junio: subían andando y de paso cogían agua de la fuente “de la Herradura”. Dice la leyenda que en este lugar el caballo que arrastraba a San Víctor rascó con la pata en la tierra y brotó agua; en la piedra quedó grabada la herradura. Los ofrecidos subían de rodillas, los seis escalones, por detrás de la casa del ermitaño. Luego pasaban por la puerta y accedían a la sacristía donde recogían el agua que había pasado por la cabeza del santo.