Cambios

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Muchas de las explotaciones, sobre todo las que tienen que pagar más rentas por el arriendo de tierras, llegarían a ser deficitarias sin las ayudas de la PAC, con lo que se crea una situación de dependencia antes desconocida. La contrapartida viene dada por el control riguroso que sufre el agricultor que se ve sometido a las normativas de la administración bajo pena de recibir una sanción. Hay una gran diferencia entre la relativa libertad de que disponía el agricultor en décadas anteriores al control sobre los cultivos que sufre ahora, ya que prácticamente toda su actividad se halla reglamentada.
[[File:Arracheuse_de_betteraves._Argandoña_(A)_2003.png|frame|Arracheuse de betteraves. Argandoña (A), 2003. Fuente: Juan José Galdos, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Por ejemplo en la actualidad todos los agricultores están obligados a dejar una parte de su superficie cultivable a barbecho o a incorporar cultivos proteicos que aporten nitrógeno a la tierra, como las leguminosas, para lo cual reciben una ayuda económica agroambiental específica, además de la general para todos los cultivos. Todas las explotaciones de más de 15 hectáreas tienen que destinar al menos el 5 % del total a superficies de interés ecológico: barbecho, cultivos fijadores de nitrógeno, superficies forestadas y/o agrosilvicultura. Además, con el fin de diversificar los cultivos, la PAC obliga a las explotaciones menores de 30 hectáreas a practicar al menos dos cultivos diferentes, ocupando el cultivo principal menos del 75 % del total; y a las explotaciones mayores de 30 hectáreas a sembrar tres cultivos diferentes, ocupando los dos principales menos del 95 % y el mayor de ellos menos del 75 % del total.
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