Cambios

Saltar a: navegación, buscar

Evolucion de la siega y trilla de cereales

137 bytes eliminados, 15:39 16 mar 2018
sin resumen de edición
Tras acabar de recoger la cosecha del cereal, en los días siguientes se trabaja en la recogida de la paja de cosechadora que es enfardada con máquinas trituradoras—enfardadoras y almacenada en las casas para el consumo de todo el año.
En Apellániz el trigo se solía cosechar después de Santiago, la avena en agosto y la cebada, a principios de los años ochenta, que es cuando se recopilaron estos datos en la localidad, al lle- [[Image:Irudia13.png|top]] Fig. 118. Trillando con trilladora movida a motor. Álava, c. 1940.gar llegar las cosechadoras alquiladas, que algunas veces se retrasaban hasta septiembre ya que procedían de Oteiza de la Solana, Dicastillo, Gauna, Corres y de otros pueblos de la Llanada.
Antaño la siega de los cereales se hacía con la hoz dentada, protegiendo la mano izquierda con la ''zoqueta, ''que resguardaba los dedos meñique, anular y corazón de la citada mano izquierda. Solían acudir segadores de Navarra, por ser allí más temprana la recolección. Aunque "el buen segador no le teme al sol", el reseco producido por el calor de agosto hacía que si el propietario era un tanto roñica y les escatimaba la bota de vino, los segadores se lo recordasen:
:''Un pajarito en la torre, '':''en la torre puso un nido; '':''un pajarito en la torre, '':''pa'los segadores, vino.''
Y también:
:''Sangre de Cristo'' :''cuánto tiempo hace '':''que no te he visto;'' :''y ahora que te veo: '':''Gloria in Excelsis Deo.''
Los segadores, molestos por la ''lapa ''(bardana) que crecía entre el sembrado y sus semillas que se agarraban a la ropa, dejaban suelta por el campo la mies que iban cortando. Luego eran las mujeres y los ''mocetes ''los que reunían estos manojos, entregándolos a un hombre que los juntaba en haces, ''gavillotes, ''que ataba con ''vencéjos, ''operación muy molesta pues al recoger la mies se clavaban en las manos los agudos pinchos de los ''abreojos.''
Más tarde empezó a usarse la guadaña, que posteriormente se pasó a emplear solo para ''orillar ''los campos sembrados, permitiendo así la entrada de las segadoras mecánicas que dejaban los haces atados y preparados para su acarreo. Con posterioridad aparecieron las cosechadoras, que dejaban la paja tirada obligando al uso de la empacadora para reunirla, que alquilaban en Maestu.
Recordaban en Apellániz que antaño en las tierras secas y duras de la Sierra, tierras ''broncas, ''la avena crecía tan arruinada y raquítica que era preciso arrancarla con las manos, pues no permitía el uso de la hoz. Por el contrario cuando las espigas de trigo se doblaban por la paja aconsecuencia a consecuencia de su peso se decía que "trigo echado, levanta a su amo", por la buena cosecha que se presentía.
En esta población se recolectaban alrededor de unos cuatro mil kilogramos de trigo por agricultor, entregándolos en el almacén de Santa Cruz de Campezo; de cebada algo más que de trigo y de avena unos trescientos kilos, empleándose estos dos últimos cereales para alimento del ganado, bien en grano o molidos.
En la época de la recolección y especialmente al trabajar con la trilladora, era corriente la unión de dos familias que se ayudaban recíprocamente en sus respectivos cometidos, corriendo la comida y bebida de entre horas a cargo del favorecido con la labor de ese día. Este apoyo mutuo, voluntario, antaño era casi estimado como obligatorio, ya que si en alguna casa no podían hacer las labores del campo por enfermedad, el cura autorizaba para que los domingos por la mañana pudiesen trabajar en las heredades del enfermo.
[[Image:Irudia14.png|top]] Fig. 119. Trilladora movida por tractor. Álava, c. 1950.Para las fechas de la recogida de la cosecha antaño se guardaba el lomo y el jamón de la matanza del invierno, también se bebía vino, cosa que no era corriente el resto del año.
El día de la última trilla, ''trilla del gallo, ''solamente se preparaba ''bálago, ''haciéndolo con yeguas o caballos, sin trillo, para no desmenuzar la paja que se recogía con la ''balaguera ''para llevarla a la pajera. Con este motivo mataban el gallo viejo y lo merendaban, bebiendo vino y de postre uvas o melocotones que habían traído de La Rioja los arrieros. Aún se permitía, aunque casi no se practicaba, espigar en los rastrojos.
En Bernedo la siega del cereal tradicionalmente se hacía a mano con una hoz dentada en la mano derecha (los diestros) y con una ''zoqueta, ''en la izquierda. En la ''zoqueta ''se introducían los dedos meñique, anular y corazón, quedando fuera el índice y el pulgar para facilitar la aprehensión de la manada de cereal que se segaba con la hoz. A cada manada se le hacía un lazo con una de las plantas segadas. Se depositaban varias manadas juntas en el suelo formando una gavilla y al terminar la siega las ataban en haces colocando varias gavillas culos con cabezas alternativamente. Como atadura se usaban los ''vencejos ''de centeno, planta que no se trillaba sino que se majaba para quitarle el grano y así poder utilizar posteriormente su paja como atadura. También se hacían las ataduras con lías de esparto. Los ''vencejos ''se anudaban de un modo característico: Tenía que ser firme para que al ''acarrear, ''trasportar los haces a la era, no se soltaran, pero que una vez en la era se pudiera desanudar fácilmente. Estos ''vencéjos ''se reutilizaban para hacer los ''torrollos ''para las caballerías. También se segaba el cereal con guadaña "haciendo ''renques": ''Una persona segaba y otra iba recogiendo lo segado en gavillas y después en haces. Las gavillas segadas a hoz resistían mejor las embestidas del viento antes de ser atadas que las hechas con la guadaña.
Después vino la máquina de segar llamada gavilladora, de la casa ''Ajuria ''de Vitoria, que era arrastrada por bueyes. Multiplicaba en un día las gavillas segadas, pero había que estar atentos a atarlas pronto porque si salía el viento las esparcía por la pieza. Este problema se remedió con la posterior máquina segadora llamada ata-dora atadora que dejaba los ''gavillotes ''atados y esparcidos por la pieza; después se juntaban en montones hasta que se ''acarreaban ''para trillar al finalizar la siega. Estas máquinas acortaron el tiempo de la recolección y fomentaron la roturación de nuevos terrenos y el aumento de la producción de cereales.
Al empezar a segar, todos los días había costumbre de santiguarse. Cuando se terminaba de segar el trigo, en Obecuri se cantaba:
:''Allá va la despedida,'' :''la que Cristo echó en el río, '':''adiós, que ya me despido '':''de segar este año trigo.''
Y después de segar la avena:
:''Allá va la despedida'' :''la que Cristo echó en la arena '':''adiós, que ya me despido'' :''de segar este año avena.''
Antes de la siega se preparaba la era rozando la hierba, regando el suelo y apelmazándolo con mazos de madera ya que era de arcilla. Terminada la siega se procedía a la trilla. Se ''acarreaban los ''haces de las piezas a la era. Se trillaba una parva cada día y cada una se componía de dos carros: uno que se traía después de recogida la parva de la tarde y el otro madrugando la mañana del día de la trilla. En estas horas había caído el calor del sol y por otra parte la humedad del rocío evitaba que se desgranara la espiga al trasportaría. La trilla se comenzaba a media mañana, después de extender la mies por toda la era y al comenzar a calentar el sol. Entraban primero las caballerías para que aplanaran la mies y después los bueyes, ya que al ser más pesados sus trillos recogían la mies amontonándola. Se trillaba con dos caballerías o con una sola, cada una con su trillo, que iba atado al ''torrollo ''que llevaba al cuello. El ''torrollo ''era un collar trenzado con los ''vencejos ''que habían servido para atar los haces. La persona que guiaba las caballerías lo hacía con un ramal atado a sus cabezadas y con una tralla para arrearles. Trillaban en círculos concéntricos en sentido contrario a las agujas del reloj mientras que la pareja de bueyes, a velocidad más lenta, giraba siguiendo las agujas del reloj. El trillo de los bueyes iba atado a un artilugio en forma de tau cuyo varal se sujetaba al yugo. En él se sentaba una persona que los dirigía y cuidaba de recoger los excrementos evitando que cayeran sobre la parva, ya que tenían mucha humedad y dificultaban el proceso de trillado.
Esta tarea se alivió mucho con las máquinas aventadoras, primero manuales y posteriormente movidas por un motor eléctrico. Otro paso más se dio con la máquina trilladora y sobre todo con las cosechadoras que suprimieron las penas de la siega y la trilla.
Antes la paja se guardaba para forraje y para camas del ganado, hoy como no hay ganado se deja en la pieza y se quema. La más apreciada para forraje era la de avena. Se comenzaba trillando la cebada que con la ''rampa ''de la espiga compactaba el suelo de arcilla de la era. Lo último que se trillaba eran las habas y el ''plantón, ''semilla de remolacha. Si el tiempo lo permitía la trilla duraba unas veinte jornadas.
El último día de la trilla bajaban los hombres al río a lavarse y a coger cangrejos para merendarlos preparados en cazuela con chorizo y tomate. Hasta hace poco se guardaba el chorizo para la época de la recolección y además se bebía vino. Durante el resto del año solo lo bebía el abuelo de la casa. El jamón y el lomo de la matanza también se guardaban para esta época y el día que se segaba la avena, el que tenía gallo se lo comía.
127 728
ediciones