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Recoleccion conservacion y aprovechamiento de la fruta

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Para la recolección de la fruta es habitual subir por el tronco del árbol hasta llegar a las ramas más altas y coger la fruta manualmente o bien ayudarse de escaleras. Se colocan los frutos con esmero en cestos[[#ftn8|[8]]] <ref>Los cestos y los aperos de recogida de fruta se describen en el capítulo de esta obra dedicado al mobiliario agrícola.</ref> para que no se golpeen, luego se trasladan a casa, donde se extienden sobre paja o heno para consumirlas o venderlas a lo largo del año[[#ftn9|[9]]]<ref>La conservación y aprovechamiento de la fruta, así como sus aplicaciones medicinales populares han sido ampliamente tratadas en sendos volúmenes de este Atlas Etnográfico de Vasconia: ETNIKER EUSKALERRIA, ''La alimentación doméstica en Vasconia'', op. cit. y ''Medicina popular en Vasconia''. Bilbao: 2004.</ref>.
Los cestos fruteros utilizados en Viana (N) eran cilíndricos, construidos con mimbres sin pelar, alguna vez de caña, con asas en los extremos y reborde reforzado, en otras ocasiones con una única asa hacia el interior de lado a lado.
En Argandoña (A) los frutos de los árboles ubicados en huertas o cercanos a las casas e incluso los de las parcelas mayores, se dedican prácticamente al consumo propio por lo que conforme se van recogiendo se van consumiendo. Sin embargo, todavía se suelen conservar en los desvanes o despensas manzanas, peras o membrillos, que aguantan un tiempo más y que se consumen día a día. Algunos de estos frutos (manzanas, peras, ciruelas, membrillos, etc.) se utilizan para hacer todo tipo de conservas embotadas aunque esta práctica también está decayendo.
[[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image001.gif.png|thumb|left|top|{| style="border-spacing:0;width:15.505cm;" |- style="border:none;padding:0cm;" || En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) las nueces se recolectan en el mes de octubre. Se &nbsp;apalean los nogales para que caigan. La nuez de Treviño es muy apreciada en el mercado de Vitoria. Su madera igualmente, lo que hizo que desaparecieran los nogales de mayores dimensiones. Es un árbol que no necesita excesivos cuidados. |- |}]]En Treviño y La Puebla de Arganzón (A) las &nbsp;
En Ribera Alta (A) las cerezas las cogían hacia junio o julio; las ciruelas en agosto y las manzanas hacia otoño. Estas últimas las conservaban durante buena parte del invierno extendidas sobre el suelo del ''sobrao''. Las nueces las cogían por octubre o un poco antes y eran el postre propio de invierno.
En Pipaón (A) la fruta se recogía a mano y con cuidado de no golpearla, para que luego se pudiera guardar el máximo tiempo posible sin que se pudriese, ya era muy limitado el número de árboles que tenía cada familia. Las ciruelas se empapelaban en rastras para su secado y así obtener pasas para la compota o ''manzanate ''de Navidad, y las uvas que se traían de Rioja, también se colgaban en palos en el ''tablao'', convirtiéndose también en pasas que gustaban mucho en el tiempo en que ya no había esta fruta.
 
 
 
En Berganzo (A) mucha fruta se echaba como alimento para el ganado porcino debido a que la producción de los frutales era muy alta y de ese modo no se perdía.
En Moreda (A) la fruta de los melocotoneros, manzanos, perales, membrillares, cerezos y otros similares, se recoge a mano una a una. En ello se pone el mayor esmero para que no se golpee, ya que si caen al suelo desde el árbol se estropean. Después se deposita con cuidado en cestas, canastos, cuévanos y demás recipientes apropiados para este fin.
Los higos se consumen frescos, cuando maduran por septiembre. Hay que cogerlos con cuidado por la zona del rabillo en un movimiento que consiste en tirar hacia arriba. Luego se depositan en cestas con el fondo de papel, hierbas e incluso de las mismas hojas de la higuera. En esta época si llueve un poco enseguida se hinchan y maduran. Algunas de estas higueras, algún año y no todos, suelen proporcionar brevas,&nbsp; que son grandes y pueden ser negras o blancas. Las brevas maduran antes que los higos ya que es el primer fruto anual de la higuera.
Con los higos se hace dulce de higo añadiéndoles azúcar para su conservación y cociéndolos. Sin embargo, otros los prefieren secos, pero solo sirven para secar los higos obtenidos de la primera florada, ya que son muy ricos en azúcar, los posteriores se pierden por falta de dulzura. Los higos se secan mejor a la sombra y con aire. Los sitios ideales son los balcones de las casas poniéndolos sobre trigueros, y los graneros en que haya oscuridad pero donde corra el aire.
Los almendrucos se recogen de varias formas. La más habitual, si son pequeños, es empleando un cesto colgado al cuello. Se ordeñan con las manos, al igual que se hace con los oli-
 
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vos, de modo que vayan cayendo al interior del cesto. Otra forma muy corriente, sobre todo si los almendros son altos, consiste en poner en el suelo mantas o redes y apalear los árboles; luego se recogen en cestos y de estos se echan a los sacos.
Una vez limpios los almendrucos, y también las nueces, se tienden para que se sequen y no se ''canuzcan ''a consecuencia de la humedad. Los sitios apropiados deben estar bien ventilados y secos. Cuando se secan, al mes o dos meses, se llevan a vender a un almacenista de la ciudad de Viana; los suelen cambiar por abono, venden los almendrucos y compran abono.
El precio del almendruco es más bajo en el mes de noviembre pero como contrapartida pesa más. Los que los venden en la primavera obtienen&nbsp; un precio mayor, pero al estar más secos pesan menos. Se llevan a vender en el cajón del tractor o en furgonetas. Se pesan en básculas manuales y se les descuenta la tara de los sacos vacíos. Aparte de llevarlos a vender a Viana, también llegan a la villa camiones a comprarlos. En caso de que los paguen mejor se juntan varios labradores en un lugar común del pueblo y los cargan al camión. También se preparan almendras garrapiñadas.
Los nogales no se suelen varear. El viento se encarga de tirar las nueces al suelo. Se recogen en cestos y se echan luego a sacos. Muchas veces al ir a recogerlas a mano es preciso llevar un palo o una hoz para hacer limpieza del suelo y descubrir la nuez de entre la hierba y maleza en que estuviera oculta.
En Aoiz (N) la fruta se recolectaba a mano, utilizando escaleras o trepando por el tronco.
 
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Se iba depositando en cestos o cestas de mimbre con asa y si había gran cantidad, se vertía en el carro. Desde aquí se llevaba a las bajeras de la casa familiar o al desván. Frutos como la nuez se recogían del suelo, vareando o no el árbol; y lo mismo la avellana, que se podía recoger golpeando las ramas con un palo mientras se colocaba debajo una cesta de mimbre.
10 CARO BAROJA. “Un estudio de tecnología rural”,&nbsp; cit., p. 224.
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''El que ''mísperos''/''bísperos ''come espárragos chupa y besa a una vieja ni come, ni chupa, ni besa.''
En Bedarona (B) las manzanas se consumían directamente o se hacía sidra con ellas. Para recogerlas se cimbreaba fuertemente el árbol y las que no caían&nbsp; se echaban con una vara, ''kakua''.
Después se cargaban en cestos. Las manzanas para comer a diario se dejaban extendidas en el camarote.
[[#ftnref8|[8]]] Los cestos y los aperos de recogida de fruta se describen en el capítulo de esta obra dedicado al mobiliario agrícola.[[#ftnref9|[9]]] La conservación y aprovechamiento de la fruta, así como sus aplicaciones medicinales populares han sido ampliamente tratadas en sendos volúmenes de este Atlas Etnográfico de Vasconia: ETNIKER EUSKALERRIA, ''La alimentación doméstica en Vasconia'', op. cit. y ''Medicina popular en Vasconia''. Bilbao: 2004.[[#ftnref10|[10]]] Juan Manuel ETXEBARRIA. “Kirikiñusiek” in ''Etniker Bizkaia''.
Núm. 2 (1976) pp. 43-45.[[#ftnref11|[11]]] ARIN, “La labranza y otras labores complementarias en
Ataun”,&nbsp; cit., pp. 75-76.
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