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Aviso a las abejas. Erletxuak erletxuak

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A las abejas se les comunicaba principalmente la muerte del dueño o dueña de la casa y en algunas localidades la de cualquier miembro de la familia. La persona encargada de llevar a cabo el aviso solía ser el heredero, la viuda o viudo, un familiar e incluso un vecino o un amigo. En algunos lugares señalan que de hacerlo un extraño, las abejas le acometerían (Morga-B y Haltsu-L)<ref>Resurrección María de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza. ''. Tomo I. Madrid, 1935, p. 430.</ref>.
Este anuncio parece haber obedecido mayoritariamente a dos razones. En unos casos se decía que así se evitaba la muerte del colmenar. En otras localidades se pensaba que de este modo fabricarían más cera con la que alumbrar la sepultura familiar. En este último caso, el anuncio se convertía en una petición para que incrementasen la producción de cera. No faltan tampoco poblaciones en que ambos motivos se fundían en uno. También se ha constatado la costumbre de que el heredero simplemente comunicase a las abejas el fallecimiento del dueño asegurándoles que en adelante sería él el encargado de su cuidado.
Según opinión de W. Giese, el origen de estos ritos estaría en que el hombre primitivo consideraba a las abejas como almas de los difuntos, por eso tenían que anunciarles la llegada de un alma nueva<ref>Wilhelm GIESE. «Notas sobre abejas y apicultura en el País Vasco» in ''Eusko Yakintza, '', III (1949) pp. 377-378. En este artículo se recogen numerosas referencias sobre la amplia extensión de este rito más allá de nuestras fronteras.</ref>.
== Pervivencia de la colmena ==
En Aezkoa, Baztan, Valcarlos (N), Haltsu (L), Donibane-Garazi (BN), así como en Bizkaia y Zuberoa recogió Azkue que, en caso de muerte del dueño o dueña, se les decía a las abejas: ''Nagusia il da ''(Ha muerto el amo) o ''Etxeko andrea il da ''(Ha muerto el ama). De no hacerlo así se creía que morían éstas<ref>Resurrección Mª de AZKUE, . ''Euskalerriaren Yakintza, ''. Tomo I. Madrid, op. cit.1935, p. 430.</ref>. J. M. Satrustegi constató igualmente en Valcarlos (N) que debía serles anunciada la muerte del amo. Una informante indicó que, a la muerte de su esposo, quedaron sin abejas por incumplimiento de este requisito<ref>José María SATRUSTEGI. «El Grupo Doméstico de Volcarlos» Valcarlos» in CEEN, I (1969) p. 184.</ref>.
En Sara (L) uno de los familiares del difunto anunciaba el fallecimiento a las abejas golpeando con la mano la colmena mientras decía: ''Nagusia hit da ''(Ha muerto el amo); ''Etxekoandria hil da ''(Ha muerto la señora de la casa); ''Etxeko semia hil da ''(Ha muerto el hijo de la casa), etc. Se creía que, de no proceder así, les causaba pesadumbre el no habérselo anunciado, ''damutzen ornen zafo ez erratia, y ''morían<ref>José Miguel de BARANDIARAN, «Bosquejo . "Bosquejo etnográfico de Sara (VI) », cit." in AEF, XXIII (1969-1970) p. 117.</ref>. En Heleta (BN) también se les comunicaba la noticia golpeando con la mano las colmenas y diciéndoles quién había fallecido. De no obrar así se creía que morían<ref>Idem, José Miguel de BARANDIARAN. «Notas sueltas para un estudio de la vida popular en Heleta» in AEF, XXXIV (1987) p. 70.</ref>.
Un informante de Azkaine (L) comenta haber oído decir que para efectuar el anuncio a las abejas se daban algunos golpes en las colmenas con un bastón y se decía: ''Nausia hil zaiku ''(Se nos ha muerto el amo). Tiene constancia de que esto aún se hacía en cierto caserío hace unos cuarenta años.
En Baigorri (BN) los informantes recuerdan que se les comunicaba el fallecimiento de alguno de la familia. Uno de ellos concreta que, de no obrar así, éstas morían o partían. Según otro informante la muerte era anunciada por el dueño de la casa a los animales y en particular a las abejas. Conoció el caso de un cabeza de familia que se presentó delante de las colmenas, se quitó la boina e hizo el anuncio respetuosamente.
En Liginaga (Z) era costumbre golpear las colmenas que pertenecían al difunto mientras se les decía a las abejas, estas palabras: ''Iatzar zite, buruzagia (edo buruzagisa) hil zaizie ''(Despertad, se os ha muerto el dueño -o la dueña-)<ref>IdemJosé Miguel de BARANDIARAN. «Materiales para un estudio del pueblo vasco: en Liginaga (Laguinge)» in ''Ikuska, '', II (1948) p. 34.</ref>.
Cuando en Galarreta (A) moría un padre de familia, si ésta poseía abejas debía anunciárseles el fallecimiento de su dueño prometiéndoles que en lo sucesivo cuidarían de ellas lo mejor que pudiesen. Decían que de no proceder así moría todo el colmenar<ref>AEF, III (1923) pp. 54-55.</ref>.
En Zugarramurdi (N), cuando fallecía el señor o la señora de la casa, un familiar anunciaba la defunción a las abejas golpeando todas las colmenas con el borde romo de la hoja de un cuchillo mientras decía estas palabras: ''Nausia (edo etxekoandria) hil da ''(El amo, o la señora de la casa, ha muerto). Entonces las abejas se percataban, iniciando un zumbido estruendoso, ''mintzaten ornen dire, burrunba batian pasten ornen dire. ''No procediendo así morían o huían de sus colmenas. Una informante de esta localidad relató que en cierta ocasión vio un enjambre que andaba por unos brezales. Preguntó a un joven que pasaba por el lugar que de dónde provenían, a lo que éste le respondió: ''Saskoneko nausi zaharra eun hetan hila da eta ez diete abisatu izan erleai, eta ateraiak irain die ''(Estos días ha muerto el amo viejo de Saskone y no han debido de anunciarlo a las abejas y por eso han debido de huir)<ref>José Miguel de BARANDIARAN, «De . "De la población de Zugarramurdi y de sus tradiciones»tradiciones" in OO.CC. Tomo XXI. Bilbao, cit1983, p. 329.</ref>.
Justo Gárate recoge el caso de un matrimonio de tamberos instalados en Tandil (República Argentina) y procedentes de la localidad navarra de Sumbilla. Al fallecer el marido en 1944 un hijo suyo avisó a las abejas, colmena por colmena, primero con unos golpecitos a cada una para que «despertaran» y después, al oír el zumbido, diciendo: «Su patrón ha muerto». Tenían la creencia de que si los parientes del fallecido no avisaban a las abejas antes del entierro morían todas ellas, de ahí que estando la viuda en Tandil en el entierro del patrón, un hijo del fallecido se encargase de avisar a las abejas. La viuda, a su regreso a casa, repitió la misma operación colmena por colmena. Un sobrino del anterior también efectuó con otros tíos la misma operación tras el fallecimiento de sus patrones de Sumbilla, allá por 1921. Según la citada persona, al morir uno de los patrones, avisó a las colmenas que tenía en la misma casa y omitió comunicárselo a otras que estaban en un lugar distante; éstas últimas murieron todas<ref>Justo CARATEGARATE. «La muerte del patrón y las abejas» in BRSBAP, III (1947) p. 545.</ref>.
== Producid más cera. Egizue argizaria ==
Abejitas, abejitas / elaborad la cera / que el amo es muerto / y la iglesia quiere velas<ref>Serapio MUGICA. «Bueyes y carneros en los entierros» in RIEV, XI (1920) p. 103.</ref>.
J. Caro Baroja recogió una versión similar en Bera (N): ''«Erliak, erliak. Gaur il da etxeko nausia» ''(Abejas, abejas. Hoy ha muerto el amo de la casa)<ref>Julio CARO BAROJA. La ''La vida rural en Vera de Bidasoa. ''. Madrid, 1944, p. 272.</ref>. También de Bera procede el siguiente dato. Una mujer del barrio llamado Suspela anunció a las abejas la muerte de una amiga suya dando unos golpes a una colmena y diciendo: ''Etxeko andria il da ta egizu argizeri aunitz, zerura bialtzeko ''(Ha muerto la señora de la casa y haced mucha cera para enviarla al cielo)<ref>Resurrección Mª de AZKUE, . ''Euskalerriaren Yakintza, ''. Tomo I. Madrid, op. cit.1935, p. 431.</ref>.
En Eugi (N) los únicos animales domésticos que eran avisados de la muerte de un familiar eran las abejas. Un miembro de la familia se dirigía a las colmenas y les notificaba el fallecimiento «para que fabricaran más cera».
:''etxeko nausia.''
Según algunos de los que aún la practicaban por la Montaña, servía para pedir a las abejas que produjesen más cantidad de cera para la luminaria que se depositaba sobre la sepultura del difunto. Parece ser que sólo se comunicaba la defunción del amo y no se mencionaba la del resto de la familia<ref>Javier LARRAYOZ, «Encuesta . "Encuesta etnográfica del Valle de Elorz», cit.Elorz" in CEEN, XVI (1974) pp. 82-83.</ref>.
En Aurizperri (Valle de Erro-N)<ref>Auritz-berri, nombre euskérico de Espinal (Valle de Erro-N).</ref>, cuando antaño moría una persona de una familia que poseyera abejas, era costumbre avisar a éstas del suceso a fin de que aquel año hiciesen más cera para que ardiese en la sepultura del difunto. Para comunicar el aviso un miembro de la familia acudía al colmenar y golpeaba con las manos las colmenas diciendo ''olako il dela ''(que fulano ha muerto)<ref>José Miguel de BARANDIARAN. «Pueblo de Aurizperri (Espinal). Los establecimientos humanos y las condiciones naturales» in AEF, V (1926) p. 10.</ref>.
En el Goierri guipuzcoano se participaba a las abejas la muerte de una persona diciéndoles ''emengo nagusia edo etxekoandrea il dala, ta aren animarentzako lan egiteko ''(que ha muerto el dueño o la señora de aquí (de esta casa) y que trabajen en favor de su alma)<ref>AEF, III (1923) p. 99.</ref>.
Un informante de Napal (Romanzado-N) recuerda que en tiempos pasados existió la costumbre de comunicar a las abejas la noticia de la muerte de un miembro de la familia: «Abejitas: ha muerto el amo (o la dueña, o tal miembro de la familia). Haced mucha cera para su sepultura»<ref>José de CRUCHAGA, . «Un estudio etnográfico de Romanzado y Urraul Bajo», cit.in CEEN, II (1970) p. 218.</ref>.
En Donoztiri (BN) las abejas eran consideradas como animales sagrados que tenían lazos particulares con la familia a quien pertenecían. Se creía que guiadas por su reina, ''erleaindderia ''o señora de las abejas, tomaban parte en el duelo de sus dueños a consecuencia de la muerte de algún familiar de éstos y, con tal ocasión, producían el doble de miel y sobre todo de cera para alumbrar la sepultura del difunto. Por eso, al ocurrir alguna defunción en la casa había que anunciarla a las abejas golpeando suavemente las colmenas con la mano. Al hablar con ellas, como cuando se les invitaba a entrar en una colmena nueva, se empleaba el tratamiento de ''aindderia, ''señora<ref>José Miguel de BARANDIARAN, «Rasgos . "Rasgos de la vida popular de Dohozti»Dohozti" in OO.CC. Tomo IV. Bilbao, cit.1974, p. 90.</ref>.
En Iholdi (BN) se anunciaba a las abejas de la casa la muerte de un familiar diciendo: ''Iatzar adi, nausi hil duk ''(Despiértate, el amo ha muerto), mientras se golpeaba la colmena con la mano. Las abejas eran consideradas aquí, como en la localidad anterior, animales sagrados. Se creía igualmente que producían el doble de miel durante un año tras la muerte de alguno de los miembros de la familia si este hecho se les anunciaba a tiempo diciéndoselo de palabra y golpeando suavemente la colmena<ref>Idem, José Miguel de BARANDIARAN. «Para un estudio de Iholdy. Notas preliminares» in ''Cuadernos de Sección. Antropología-Etnografa, EtnografÍa'', V [1987] pp. 102 y 108.</ref>.
En Elorriaga (A), cuando moría un miembro de la familia, se encendían dos velas a las colmenas y pegando tres golpes en cada una se les rogaba que ese año hiciesen más cera que de costumbre para el difunto<ref>APD. Cuad. 1, ficha 102.</ref>.
De algunas localidades solamente se tiene constancia de la costumbre de comunicar a las abejas la muerte del dueño, sin precisar cuál era la finalidad de tal acto.
En Gorozika (B), cuando en una casa moría alguien, aunque no fuese ni el amo ni el ama, solían decir a un vecino o a un amigo: ''Erleen bearra egizu ''(Cumple el deber de las abejas). Este, yendo a las abejas y quitando la cubierta de una colmena, decía en voz baja: ''Urlia il da ''(Fulano ha muerto). El colmenar solía estar descubierto durante una novena entera y el mismo comisionado iba después a cubrirlo. Algunos ponían junto al mismo algún signo de luto<ref>Resurrección Mª de AZKUE, . ''Euskalerriaren Yakintza, ''. Tomo I. Madrid, op. cit.1935, p. 430.</ref>.
En Irun (G), cuando moría uno de la casa, ya fuese niño o persona mayor, el señor de la misma, ''buruzaria, ''iba al colmenar y golpeaba por tres veces una colmena con las puntas de los dedos y repetía también tres veces: ''Maria, Marea, Maria. Iltzaigu nagusia (edo eroziñ) eta ez joan zu emendik ''(María, María, María. Se nos ha muerto el amo [o cualquier otra persona] y no te vayas de aquí)<ref>Nicolás ALZOLA. «Personen bizitzari buruz ale batzuk, Irunen» in AEF XXI (1965-1966) p. 9.</ref>.
En Haltsu (L) se daban tres golpecitos en la colmena y se decía: ''Etxeko andrea hil duk ''(Ha muerto el ama de casa)<ref>Resurrección Mª de AZKUE, . ''Euskalerriaren Yakintza, ''. Tomo I. Madrid, op. cit.1935, p. 430.</ref>. En Getaria (G): ''Nagusia il da baina segi lanean ''(Ha muerto el amo, pero seguid trabajando).
En Gamarte (BN), igualmente, cuando moría el patrón de la casa se anunciaba la noticia a las abejas tras dar unos golpecitos sobre las colmenas.
En Oiartzun (G) se les comunicaba el fallecimiento del amo así como el nombre del heredero, de lo contrario se creía que morían o desaparecían<ref>AEF, III (1923) p. 88.</ref>.
En Ezkurra (N) se decía delante de las colmenas que había muerto su amo o la ''etxekoandra y ''que en adelante reconociesen o aceptasen al heredero. Al mismo tiempo colocaban una vela encendida<ref>José Miguel de BARANDIARAN, «Contribución . "Contribución al estudio etnográfico del pueblo Pueblo de Ezkurra», citEzkurra.Notas iniciales" in AEF, XXXV (1988) p. 59.</ref>.
En Aranaz (N) también se comunicaba la muerte del señor de la casa a las abejas. Peña Santiago recoge el caso de cierta persona que les comunicó la muerte de su amo anunciándoles que a partir de aquel momento él sería el nuevo dueño<ref>Luis Pedro PEÑA SANTIAGO. ''Fiestas, costumbres y leyendas de Navarra. ''. San Sebastián, [1984], p. 101.</ref>.
En Oragarre (BN) el interesado, a la vez que golpeaba la colmena, les advertía que el amo había muerto y que él era el nuevo<ref>APD. Cuad. 7, ficha 705.</ref>.
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