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El Viatico. Gure Jauna

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El Viático en Gipuzkoa
En la actualidad, durante la administración de los últimos sacramentos, están presentes los miembros de casa ''y ''algunos familiares; a veces alguno de la casa más próxima u otros vecinos. Esta participación vecinal es cada vez más escasa. Al sacerdote no le acompaña el monaguillo.
[[File:FIGURA7.png23 Altar de Viatico en la habitacion del enfermo. Zerain (G).jpg|frame|RTENOTITLE_FIGURA]][[FileAltar de Viático en la habitación del enfermo. Zerain (G). Fuente:FIGURAJosé Zufiaurre, Grupos Etniker Euskalerria.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
En Urnieta el sacerdote iba acompañado de un monaguillo o del sacristán. Algunos vecinos, al oír la campanilla, ''txintxarria, ''que anunciaba el paso del Viático, se incorporaban a la comitiva portando en la mano una vela encendida. Una vez en el caserío, hasta que terminara la confesión del enfermo, los asistentes permanecían fuera de la habitación en la que estaba el agonizante. Antes del Viático, el sacerdote se dirigía al enfermo con esta admonición: «Aquí están presentes tus familiares y vecinos; todos deseamos que te recuperes o que, por lo menos, tengas una buena muerte; y te pedimos perdón por el mal que alguna vez te hemos podido hacer». El enfermo respondía perdonándolos y pidiendo a su vez perdón a los allí congregados. A continuación recibía la Comunión y luego la Extremaunción.
En Elosua el sacristán acompañaba al sacerdote que, revestido con el roquete y la estola, llevaba el Viático. El sacristán iba con el farol, la campanilla y un morral con los óleos para la Unción, la estola, una cruz pequeña y el libro del ritual. Todos los de la casa, además de la primera vecina y algunos familiares, les esperaban en la puerta con velas encendidas. Cuando el sacerdote llegaba entraban en el domicilio guardando gran silencio porque «traían al Señor» / ''gure Jaunakin zetozen da. ''Mientras el cura confesaba al enfermo aguardaban fuera de la habitación; a continuación el sacerdote llamaba con los nudillos en la puerta y acudían con las velas encendidas permaneciendo de rodillas mientras el enfermo recibía el Viático.
[[File:FIGURA7.png24 Altar en la habitacion del enfermo. Bidegoian (G).jpg|frame|RTENOTITLE_FIGURA]][[FileAltar en la habitación del enfermo. Bidegoian (G). Fuente:FIGURALuis Galarraga, Grupos Etniker Euskalerria.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
En Ezkio un vecino del enfermo se encargaba de dar el aviso para que tocaran las campanas de agonía; el número de campanadas distinguía si se trataba de una mujer o de un hombre. El toque tenía lugar en el momento en que el sacerdote con el Viático salía de la iglesia acompañado del monaguillo. Este iba vestido de sotana roja y roquete blanco y llevaba en una mano una vela encendida y en la otra la campanilla que tocaba durante todo el trayecto. La gente mostraba gran respeto al oír la campanilla y al paso del Viático se arrodillaban.
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