XVI. LAS SEPULTURAS EN LAS IGLESIAS. JARLEKUAK. FUESAS
La sepultura simbólica era un tramo de pavimento, cuyas medidas aproximadas oscilaban entre los dos metros de largo y uno o medio de ancho. He aquí algunos datos constatados: 2,50 x 1,50 m. (Galarreta-A); 2,00 x 0,61 m. (Andoain-G); 1,76 x 0,78 m. (Deba-G); 1,30 x 0,55 m. (Altza-G); y 1,90 x 0,60 m. (Zerain-G).
En algunas localidades, la sepultura se reconocía por su forma rectangular que iba señalada con un número (Mélida y San Martín de Unx N), o por las siglas de los apellidos de la familia o el número de la casa donde vivían (Mendiola-A). En Berriz (B), antes de la restauración de la iglesia, llevada a cabo poco antes de 1923, las sepulturas se distinguían en que sus tapas eran de tabla, siendo de piedra lo restante del pavimento. Posteriormente se entarimó todo el suelo y las sepulturas quedaron señaladas con líneas de puntas clavadas en sus bordes[1]. En Zegama (G) la sepultura era larga y estrecha, y marcada con unos listones negros[2].
Apartados: