Ajuar de la sepultura
Los elementos materiales que componían la sepultura eran el paño o mantel sobre el que colocaban el hachero, la argizaiola o los candeleros que servían de soporte de las luces, los cestillos de las ofrendas y los reclinatorios donde se colocaban las mujeres que la presidían. Ello hacía que de hecho las sepulturas se asemejaran a altares funerarios donde se hacían ofrendas de luces y panes a los antepasados y se sacaban responsos en sufragio de sus almas.
En los datos proporcionados por las encuestas queda constancia de que la categoría social de una casa o de una familia se reflejaba también en el ajuar de la sepultura. En algunas localidades, las familias acomodadas utilizaban para las ofrendas de luces el hachero quedando relegado el cestillo para las familias humildes. El propio hachero solía ser más o menos artístico y lujoso dependiendo de las familias. De igual modo el tejido con que estaban confeccionados los paños o manteles y los encajes, el metal y el trabajo artesanal de los candeleros, así como los reclinatorios marcaban una clara distinción de la capacidad económica de sus dueños.