Canto o presencia de aves nocturnas. Cri de la chouette

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El canto de algunas aves rapaces nocturnas y a veces su simple presencia se han tenido por anunciadores de la muerte. Esta creencia, muy extendida, posiblemente ha estado relacionada en muchas localidades con la lechuza, pero al efectuar la encuesta se han constatado imprecisiones en relación con los términos populares empleados para designar estos animales, de modo que en ocasiones resulta difícil determinar si los informantes hablan de lechuzas o de otras rapaces implicadas en esta creencia como búhos, mochuelos o cárabos.

Los informantes mayores de Artziniega (A) dicen que cuando la lechuza se posa en la ventana o en un árbol cercano emitiendo su típico canto, alguna persona de la casa morirá. En Ezkurra (N), Azkaine (L) e Izpura (BN) también se tiene por mala señal el canto de la lechuza.

En Liginaga (Z), si el canto de la kahaka, lechuza, se oía en una casa donde había un enfermo, éste moría pronto. Si se escuchaba tres veces, la muerte le sobrevenía al instante[1].

También tiene este carácter negativo la presencia de este animal cerca del hogar. En Viana (N) su revoloteo alrededor de una vivienda es signo de mal agüero. En Arberatze-Zilhekoa (BN) cuando una lechuza se acercaba de noche a una casa se creía que habría un fallecimiento en la misma. En Ezpeize-Ündüreiñe (Z) se temía igualmente la simple presencia nocturna de este animal, kaheka.

En Moreda (A) se teme el vuelo nocturno de esta rapaz ya que se tiene por presagio de muerte el que pase volando y golpee con sus alas los cristales de ventanas y balcones.

En Salcedo (A) si una lechuza se introduce en el pajar de una casa determinada se cree que suele ser ése el domicilio donde ocurrirá un fallecimiento. En Eugi (N) esta ave, conocida como unze, también simboliza malos presagios.

En Zerain (G), Itsasu, Sara (L), Lekunberri (BN) y Urdiñarbe (Z) si el búho canta de noche cerca de la casa, se considera igualmente mal presagio. Thalamas también cita el canto nocturno del búho como anunciador de la muerte en el caso de que hubiese una persona enferma[2].

En Gamarte y Baigorri (BN) el grito de la chouette por la noche anunciaba la muerte de alguien.

En Llodio (A) y en Carranza (B) se creía que el ulular del cárabo presagiaba una muerte. En Carranza (B) se decía a este respecto:

Cuando el cárabo canta,
la muerte levanta.

En Añes-Ayala (A) también se decía que si el cárabo cantaba delante de una casa durante la noche era señal de que alguna persona de la misma fallecería[3].


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. «Materiales para un estudio del pueblo vasco: en Liginaga (Laguinge)» in lkuska, III (1949) p. 33.
  2. Juan THALAMAS LABANDIBAR. «Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental» in AEF, XI (1931) p. 28.
  3. Gerardo LOPEZ DE GUEREÑU. «Muerte, entierro y funerales en algunos lugares de Alava» in BISS, XXII (1978) p. 192.