Sátiras a las clases de funeral

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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A juzgar por las tonadillas recogidas en diversas localidades, existía entre la gente un rechazo a esta diferenciación en el modo de celebrar los funerales. El destinatario de estas sátiras era el clero.

En Bilbao (B) y Gamboa (A) en un momento dado de la ceremonia funeraria, acoplándose a la melodía que cantaba el clero, se solía recitar entre dientes:

Cinco duros, cinco duros,
esos sí que están seguros.

En Laguardia (A) eran sobre todo jóvenes quienes, al entrar a un funeral, tarareaban:

  • Corramos, corramos que aquí no ganamos dos ochavos.
  • Detenéos, detenéos que aquí ganamos para mantenernos.
  • A prisa, a prisa que este no lleva camisa.
  • Detenerle, detenerle que éste buen bolsillo tiene.

En Artziniega (A), cuando los funerales eran de primera se decía de forma lenta: Un duro, dos duros, tres duros y cuando era de segunda o tercera, con ritmo muy rápido: Una peseta, dos pesetas, tres pesetas.

En Obanos (N), con la tonadilla del Dies Irae cantaban: Deprisa, deprisa, deprisa / que no paga ni p a misa, aludiendo al modo de celebrar los funerales de los más pobres. En Durango (B), con la misma entonación en los funerales de primera se cantaba:

A éste que tiene muchos cuartos
cantémosle muchos cantos.

En los de tercera que eran rezados:

A éste que tiene pocos cuartos
cantémosle en cuatro saltos.

En Lemoiz (B):

  • Corre, corre que éste a pobre huele.
  • Tenle, tenle que buena bolsa tiene.

En San Román de San Millán (A) los mozos aplicaban en ocasiones la música del Dies Irae para recitar estos versos satíricos:

Cinco duros, cinco duros,
éstos sí que están seguros...
Cinco duros y la vela,
y después la tripa llena.

En Urnieta (G), la condición social del fallecido se relacionaba con el tiempo que duraban los cantos en los funerales. En la calle se tarareaban sarcásticamente algunos estribillos como los siguientes:

Onek badik, onek badik
onek oaindik emen gettu biar dik.
(Este tiene, éste tiene -dinero- / éste todavía se queda aquí -en la iglesia-).

En los funerales de tercera, sin ninguna esperanza de estipendio:

Onek eztik, onek eztik
onek lenbailen emendik jun bear dik.
(Este no tiene, éste no tiene -dinero- / éste tiene que irse cuanto antes -de la iglesia-).

También en Zeanuri (B) el diferente trato que los sacerdotes daban a ricos y pobres en los cantos funerarios se ridiculizaba con una tonadilla que imitaba la recitación de un salmo. Se cantaba lentamente:

Onek badauko, badauko,
oneri kantauko jako.
(Este tiene, tiene; / a éste se le cantará).

Y se recitaba de prisa:

Onek ez dauko ezer,
guazen emendik laster.
(Este no tiene nada, / vámonos pronto de aquí).