Anderos vecinos y familiares

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En algunas localidades, si bien se menciona también a los vecinos como anderos en tiempos pasados, no hacen esta labor con carácter exclusivo o con un protagonismo destacado como en las poblaciones anteriores, sino que juntamente con ellos figuran también desde antiguo los familiares y los amigos.

En Obanos (N), hasta los años cincuenta, los «llevadores» solían ser los vecinos del pueblo o los parientes lejanos. Antiguamente, en los Libros de Actas de las Cofradías de la Vera Cruz, de San Sebastián y de San José se establece que el «colector» elegirá de entre los cofrades a cuatro o seis miembros para la conducción del cadáver al cementerio. Desde los años sesenta son los parientes más próximos quienes llevan el ataúd. En Garde (N), en principio eran cuatro cofrades designados por la Cofradía los encargados de la conducción, pero actualmente la familia suele preferir que sean los propios familiares quienes lo hagan.

En Elgoibar (G), antiguamente, tanto en la villa como en el barrio de Alzola el féretro era conducido por los vecinos y amigos. Hoy día hacen de anderos los familiares y amigos.

En Telleriarte-Legazpia (G) los portadores, eroaleak, eran cuatro hombres generalmente vecinos, aunque a veces también participaba algún hijo o nieto de la casa mortuoria y hoy día se hacen cargo los familiares.

En Durango (B) los anderos, anderuak, eran generalmente familiares o vecinos del difunto. En Lezama (B) eran cuatro miembros de la familia o cuatro vecinos, denominados andariek. En los años 90, en el corto trayecto que se recorre a pie, el cuerpo es transportado a hombros por los miembros varones de la familia, amigos o por quienes dispongan los de la casa mortuoria. Si no hay nadie encargado de ello lo conducen los empleados de la funeraria que se ocupan del traslado de los restos mortales y demás gestiones relacionadas con el entierro. En Amezketa (G) la costumbre recogida es similar. El ataúd era llevado a la iglesia por cuatro o seis hombres, vecinos y familiares del difunto.

En Arrasate (G) el féretro era conducido a hombros por cuatro hombres, anderuak, generalmente amigos, sobrinos o vecinos del difunto.

En Llodio (A) los anderos eran generalmente los vecinos del fallecido que se ofrecían a la familia para dicho menester, también a veces podían ser familiares. Hoy en día suelen ser miembros de la familia del difunto. De igual forma se procedía en Algorta (B) donde, hasta los años 50 en que se introdujo el coche fúnebre, el féretro se llevaba a hombros de familiares, nunca los directamente afectados, y vecinos del difunto. Hoy día lo llevan los hijos y yernos.

En Berganzo (A) eran los familiares los encargados del traslado y si éstos rehusaban hacerlo, la labor se encomendaba a los compañeros de la Cofradía o a los vecinos. En Izurdiaga (N) el cadáver era conducido por los familiares, aunque en algunos tramos lo llevaban también los vecinos.

En Lekunberri (N) el féretro era llevado por los de casa si ello era posible y si no por los vecinos. En Aria (N) normalmente lo transportaban familiares y amigos, ayudados a veces por los vecinos, barridiak. En Eugi (N), para llevar la caja, se recurría también a los amigos, vecinos o a los miembros más jóvenes de la familia. En Muskiz (B), hasta finales de los años sesenta, los anderos fueron hombres seleccionados en los tres grupos citados: familiares, amigos o vecinos. A partir de esta fecha las agencias funerarias se hicieron cargo de ello.