Moradas de ánimas
A veces hay casas en las que moran casi permanentemente estas ánimas En muchas ocasiones se trata de construcciones no comunes (castillos, casas señoriales abandonadas,...) o viviendas en las que ha sucedido algún hecho extraño o macabro. Otros lugares especiales (iglesias, molinos, etc.) también pueden ser escenario de tales apariciones.
En Olaeta-Aramaio (A) se recoge un suceso acaecido al parecer en la vecina villa de Otxandiano (B). En cierta ocasión una mujer estaba en la iglesia. Giró la cabeza y se encontró con que había un alma que le habló y le pidió que sacara una misa en su sufragio. La testigo, al volverse de nuevo para mirarla, observó cómo escapaba por encima del coro.
En Muskiz (B), las gentes manifiestan reparo o miedo a vivir en casas en que supuestamente se aparecen las almas de quienes allí moraron. Sucede generalmente este hecho en lugares donde se han producido una muerte violenta.
En Portugalete (B) se menciona la antigua casa de Salazar, situada en el Campo de la Iglesia, frecuentada según dicen por muertos, tanto de su propio linaje como de casas de los alrededores. Estuvo envuelta en el misterio tanto mientras la habitaron como cuando permaneció deshabitada después de su incendio en 1934. Los habitantes del lugar sentían gran miedo y respeto hacia ella. Según algunos, contaban que en su interior hubo una guillotina. Se contaba también que fue sede de los castigos infligidos por la Inquisición, y que espíritus sueltos vagaban en sus pasadizos subterráneos, recorriéndolos.
En Aoiz (N) se recuerdan narraciones de presencia de seres extraños en el molino, por la noche. Popularmente consideraban que era obra de brujas. Se han recogido también comentarios en la localidad de fenómenos raros en uno de los pisos del pueblo, edificado en los años 60, pero se elude la referencia concreta al tema de apariciones o manifestaciones de ánimas.
En San Martín de Unx (N), en una calle de la localidad, se encontraba la «casa de los ruidos» que causaba gran temor por los sonidos que allí producían las ánimas en pena, según creencia popular. Resultó ser un fraude.
En Viana (N) se recogen testimonios antiguos de personas que creían que las ánimas se aparecían en las ruinas del castillo del lugar, y que se podían escuchar incluso sus gemidos.