Actividades ruidosas
Uno de los rasgos que caracterizan la casa donde se ha producido un fallecimiento es el silencio. Sus moradores procuran no hablar en voz alta y menos gritar, cantar, silbar, oír música o llevar a cabo cualquier otra actividad ruidosa.
Desde la introducción de la radio y posteriormente de la televisión ha resultado habitual mantener apagados estos electrodomésticos, no sólo en los días inmediatos al óbito sino también durante un lapso de tiempo mucho más amplio.
La prohibición de escuchar la radio durante el tiempo que duraba el luto se ha recogido en Bernedo, Laguardia, Salcedo-A, Abadiano, Carranza-B, Zerain (G), AIIo, Murchante, Obanos y Sangüesa-N. Durante unos días en Getxo (B). Solamente se conectaba para escuchar las noticias (Salvatierra-A) o actos religiosos como misas y rosarios (Beasain-G). En Artajona (N) no se podía escuchar la radio ni ver la televisión durante un periodo que oscilaba entre los tres meses y un año.
A medida que esta restricción se iba haciendo más laxa con el transcurso del periodo de luto solía quedar limitada a programas de divertimiento o con contenido lúdico.
En los tiempos actuales se ha observado una relajación de estas costumbres no respetándose entre la mayoría de las familias o al menos no siendo tan estrictas como en tiempos pasados. Sin embargo, el silencio sigue siendo habitual no sólo por respeto a una norma de comportamiento y en ocasiones a causa de una presión social, sino como consecuencia del natural dolor de los familiares.