Toques a muerto en ermitas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Orozko (B) se ha tocado a muerto en algunas ermitas, como en la de San Sebastián, conocida popularmente como San Sebasti, y en la de Ntra. Sra. de la Natividad de Goikiria, Goikiri. En otras, como en la de San Roque de Ibarra, dicen no haberlo hecho, aunque sí recuerdan que las campanas de las ermitas tañían al paso del cadáver por delante de las mismas, camino de la parroquia. El número de campanadas era el mismo que en la iglesia. Como la mayoría de ellas disponía de una sola campana, los sonidos más o menos graves se obtenían tirando de la cuerda de distintos modos. Actualmente se tocan únicamente las de la parroquia.

También en Llodio (A) y Amorebieta-Etxano (B) existe constancia de haber tañido las campanas en la ermita del barrio donde acaeciese una muerte. En esta última localidad existía alguna ermita sin campana y se las arreglaban con un fragmento de carril colgado al que golpeaban con un martillo. En Zeberio (B) se hacían sonar las campanas tanto de la ermita más cercana como de la parroquia.

Cuando en Abadiano (B) moría alguien, algún vecino acudía a la ermita y a la iglesia para dar parte del fallecimiento y en ese momento tocaban las campanas en ambas, pero de forma diferente.

En Durango (B), cuando el fallecimiento ocurría en la zona rural, barrios de San Roque, Santa Apolonia, San Andrés y Orozketa, se tocaba la campana de la ermita de San Roque a las tres de la tarde y al paso del cadáver por las inmediaciones de la ermita.

En Elgoibar (G), en los años sesenta, cuando moría un vecino del barrio de San Pedro se tañía la campana de la ermita.

En Zeanuri (B) el anuncio de la muerte se hacía mediante el toque de campana de la ermita de la cofradía a la que perteneciese la casa.

En Izal (N) también se tañe a muerto con la campana de la ermita más próxima al domicilio mortuorio durante el traslado del féretro de la iglesia al cementerio.

En Gamboa (A) existían ermitas en el mismo núcleo y en algunos barrios, a pesar de lo cual no se recuerda que se tocara a muerto en ninguna de ellas. Estos toques sólo se han conocido en las iglesias parroquiales. Lo mismo comentan los informantes de Berganzo (A), Berastegi, Bidegoian (G), Artajona y Murchante (N).