Entierro de joven

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Al igual que ocurre con los niños, cuando fallece un adolescente o un joven era y es frecuente que otros jóvenes, compañeros, amigos o familiares suyos sean los encargados de llevar el féretro.

En Hazparne (L), si la persona fallecida era un joven, la caja era llevada por jóvenes tanto de uno como de otro sexo. Los muchachos no se vestían de blanco, pero sí las chicas que además llevaban velo blanco.

En Liginaga[1] (Z), si el difunto era un muchacho joven, era conducido a la iglesia y de ésta al cementerio por cuatro jóvenes de la vecindad. Si era muchacha, por cuatro muchachas de la vecindad, que iban cubiertas de velos blancos.

En Sara[2] (L), si la muchacha muerta pertenecía a las Hijas de María, la conducían compañeras de la propia congregación excepto en los casos en que la distancia fuera grande, en cuyo caso eran los muchachos quienes la llevaban.

En Baja Navarra, con carácter general, cuando moría un joven era costumbre que el ataúd fuera llevado por jóvenes, ataviados con pantalones blancos[3].

En Armendaritze (BN), el féretro del joven fallecido era portado por otros jóvenes de la localidad que iban vestidos de blanco. También al difunto se le vestía de blanco. A estos efectos tenía la consideración de «joven» todo muchacho u hombre no casado menor de 40 años.

En Aramaio (A), si se trataba de la conducción del cadáver de una muchacha, los portadores eran siempre hombres pero se pasaba sobre la caja una cinta azul de cuatro o cinco cros. de ancho y, sujetándola por ambos lados, marchaban dos muchachas pertenecientes a la Asociación de las Hijas de María.

En Amézaga de Zuya (A), si se trata de una chica joven, portan el féretro chicos o mozos jóvenes del pueblo. En Salcedo (A) son los hermanos o primos los encargados de llevar el féretro de la joven difunta y, en su defecto, los amigos.

En Carranza (B) son jóvenes compañeros del mismo sexo o edad los que llevan el cuerpo del fallecido. En Zeanuri (B), en el entierro de un adolescente los anderos, andariek, eran muchachos, nunca chicas.

En Ziburu (L), antiguamente, el cadáver de un joven en vez de conducirlo en carro como el de un adulto, lo llevaban a hombros los jóvenes del barrio.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. “Materiales para un estudio del pueblo vasco: en Liginaga (Laguinge)” in Ikuska, III (1949) p. 34.
  2. José Miguel de BARANDIARAN. “Bosquejo etnográfico de Sara (VI)” in AEF, XXIII (1969-1970) p. 118.
  3. Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico de País Vasco continental” in AEF, XI (1931) p. 40.