País Vasco continental
En Sara (L), el aniversario, urtebetetzea, consistía en una misa cantada a la que asistían las mujeres de la casa del difunto y otras de su parentela. Después del aniversario la familia mandaba celebrar otra misa etxeko obligazionentzat (para obligaciones de la casa), es decir, en sufragio de los difuntos de la casa[1].
En Liginaga (Z), el aniversario de una defunción era celebrado con una misa, urteburüko meza, en la iglesia parroquial a la que acudían los familiares, los vecinos y los parientes. Durante la misma, una vecina del difunto, ezkoanderea, mantenía en el sitio donde solía estar el ataúd durante las exequias, una cesta llena de candelillas encendidas, obertazaia, que los familiares, parientes y vecinos del difunto habían entregado de antemano. Después de misa la llevaba a la sepultura del difunto donde seguían alumbrando mientras el cura, rodeado de los asistentes, cantaba el responso Absolve. Las candelillas no consumidas se llevaban a la casa del difunto[2].
En Ezpeize-Undüreiñe (Z), los componentes del duelo acudían a la misa de aniversario, urthebüiko meza, con los trajes de luto. En Lekunberri (BN) se celebraba además un segundo aniversario, bigarren urtheburuko meza. A estas conmemoraciones la familia acudía sin la indumentaria de luto.
En Urdiñarbe (Z), el gran duelo finalizaba al año, urtebüia, con una misa denominada urthebüia-meza. Tras la misma tenía lugar una comida similar a la del día de las exequias y finalizaba con una plegaria dirigida por el sacristán. Al hecho de participar en esta comida se le denomina hilaphaila egitea.
También en Mendibe (BN), la misa de aniversario, urtheburuko meza, marcaba el fin de las ofrendas de cera, ezkoa, que duraban exactamente un año y un día. En adelante la cerilla no se utilizaba más que en las misas ofrecidas por el difunto.
En Donoztíri, Iholdi, Arberatze-Zilhekoa y Ortzaize (BN), en el aniversario de una defunción, los familiares del difunto mandan celebrar misas en sufragio de su alma.
