Rezos y cantos durante la conducción del cadáver
Mientras se efectuaba la conducción del cadáver en el camino que unía la casa mortuoria con la iglesia, generalmente tal y como se ha recogido en numerosas localidades, el sacerdote o el chantre realizaban y dirigían rezos y cánticos litúrgicos con participación de los asistentes. Antiguamente, los cánticos eran en latín y después pasaron a hacerse en lengua vernácula. En algunos lugares la gente caminaba rezando y en otros se ha constatado que la comitiva se desplazaba en profundo silencio, roto únicamente por los sollozos de los familiares y el tañido de las campanas de la parroquia.
Conforme a lo preceptuado en el Ritual romano, la comitiva fúnebre iniciaba su marcha cuando el sacerdote entonaba la antífona Exultabunt Domino. Durante el trayecto se cantaba el salmo Miserere alternando el preste con otros sacerdotes o los sacerdotes con el pueblo y en algunos casos con los cantores.
El canto o la recitación semitonada de los versículos se alternaba con silencios más o menos prolongados, según fuera la distancia que hubiera que recorrer hasta llegar a la iglesia. Al entrar en ella, el sacerdote o sacerdotes cantaban la antífona Exultabunt Domino.
Esta práctica fue la común antes de la reforma litúrgica de los años sesenta y fue recogida en las encuestas realizadas tanto en los años veinte (Otazu, Salcedo-A, Deba, Oiartzun-G) como en otras que describen las comitivas fúnebres anteriores a la reforma litúrgica. En algunas de ellas se constata que, a partir de los años cincuenta (Laguardia-A) o de los sesenta (Murelaga-B), se introdujo el rezo del rosario durante el recorrido. Esto mismo se practicaba en las localidades del País Vasco continental como Arberatze-Zilhekoa, Iholdi, Oragarre (BN).
En otras localidades se rezaban diversas oraciones dirigidas por el sacerdote o por algún vecino. Así, en Artziniega, Llodio (A), Bidegoian (G), Zeberio (B), Aria, Eugi, Izal, Lekunberri (N). En Orozko (B) se rezaba el rosario en pequeños grupos de dos o tres personas. En Apodaca (A), Durango y Ziortza (B) se señala que eran sobre todo las mujeres las que rezaban durante el recorrido de la comitiva fúnebre.
Sin embargo, en otras localidades se remarca que durante el trayecto los componentes de la comitiva guardaban un profundo silencio. Así, en Azkaine, Hazparne (L) y Abadiano (B). Esto mismo se señala en Moreda (A), Bedia, Lemoiz, Plentzia, Zeanuri (B), Elgoibar, Urnieta (G) y Molida (N).
Es más reciente la práctica del canto de salmos o de cánticos (San Martín de Unx, Garde-N y Lezama-B).