Introducción

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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La obra que presentamos bajo el título de Ritos funerarios en Vasconia ha de encuadrarse en el conjunto de los volúmenes que componen el Atlas Etnográfico de Vasconia cuya pretensión es el registro sistemático de los hechos que configuran su cultura tradicional; anteriormente aparecieron los dedicados a La Alimentación Doméstica (1990) y Juegos Infantiles (1993).

En la parte introductoria de los volúmenes editados aparecía expuesta en detalle la planificación del Atlas Etnográfico así como la metodología seguida tanto en la investigación de campo como en el ulterior proceso de elaboración de los materiales recogidos. Habida cuenta de que cada tomo constituye una unidad temática expondremos aquí algunos de los conceptos allí desarrollados.

La propuesta de un Atlas Etnográfico

El renombrado investigador Don José Miguel de Barandiarán que desde los años veinte venía trabajando intensamente en la etnografía vasca, presentó en el I Congreso Nacional de Artes y Costumbres Populares (Zaragoza 1968) una comunicación titulada Bosquejo de un Atlas Etnográfico del Pueblo Vasco[1]. En ella, tras realizar un inventario de las aportaciones etnográficas llevadas a cabo hasta entonces en el área vasca, ofrecía un balance crítico señalando los vacíos y las deficiencias más importantes en este campo.

Al año siguiente, 1969, en las V Jornadas de Estudios Folklóricos Aragoneses presentó una nueva ponencia titulada Criterios generales para una investigación etnográfica de los Pueblos Pirenaicos[2]. Dicha ponencia iba acompañada de un cuestionario etnográfico remodelado conforme al plan que la Conferencia Internacional de Etnología Europea formulara en 1965.

He aquí los puntos programáticos expuestos en estas dos comunicaciones:

1. En muchas de nuestras publicaciones etnográficas el material recogido es exclusivamente el que la tradición popular ha hecho llegar hasta nosotros. Pero nuestra cultura presente no es sólo el conjunto de las vivencias que nos vienen de las fases pretéritas del proceso histórico de nuestro pueblo, sino también las nuevas vivencias que advienen de los cuatro puntos cardinales y son aceptadas por la comunidad vasca donde efectuamos nuestros sondeos.
2. Una gran parte de nuestros estudios y publicaciones está formada por descripciones estáticas y casi exclusivamente morfológicas de los hechos. Sus autores tomaron del complejo cultural unos materiales y los presentaron como datos puros, imitando en esto al naturalista que aisla y descri­be los hechos de su especialidad. Pero mientras éstos tienen por sí mismos una significación, aquéllos -los hechos culturales- son signos que nos remiten a unas neutralidades diferentes de la del observador. Es, pues, un error el desintegrarlos, el sustantivarlos y manipular con ellos como lo hiciera el naturalista en su laboratorio con los suyos. Al aislarlos de su contexto humano y objetivarlos los privamos de su auténtica realidad.
3. No podemos aprehender la cultura con sólo observar los símbolos, sino viviendo la realidad a la que éstos se refieren en contacto con los hombres que actúan en relación con el medio y con sus semejantes. En etnología no es adecuadamente inteligible lo que no ha sido vivido.
4. La descripción del objeto no debe ser, por lo tanto, puramente estática. En una sociedad, en un pueblo, cada elemento interviene no sólo por sus características físicas -dimensiones, peso, volumen, color-, sino también porque tiene una significación, porque sugiere gestos, conductas, modos de vida, porque se halla humanizado, comporta una significación cultural. Su visión evoca gestos de quienes lo han fabricado y de los que lo utilizan. Es signo visible de un mundo de intenciones, de nociones y de ideas que los hombres cultivan en torno suyo. Así pues en los estudios etnológicos, como en los históricos, no debemos perder de vista la primacía de lo invisible como criterio de interpretación.
5. En nuestras publicaciones debemos consignar el índice de vitalidad del material registrado o el grado de aceptación que tiene en el pueblo y así mismo hay que indicar la extensión o área que los elementos de cultura cubren dentro del país o más allá.
6. Existen en el País Vasco muchas zonas que no han sido estudiadas todavía por ningún etnógra­fo. En éstas y en otras, sin embargo, el contacto con el maquinismo está haciendo desaparecer todos los modos de existencia tradicionales. Nos debe interesar el fenómeno del maquinismo pero también las fases anteriores del proceso.
7. Una labor apenas ensayada es la de describir el proceso de la aculturación de los individuos más castizos y mejor modelados por el saber popular en cada comarca. Para completar el conoci­miento de un pueblo interesa entender cómo los elementos de su cultura han ido instalándose en aquellas personas cuyo comportamiento personal las acusa marcadamente.
8. Por todo lo dicho creemos urgente que se lleve a cabo una labor metódica mediante equipos bien formados en la técnica de la investigación etnográfica. Hay que organizar pues en Vasconia rebuscas sistemáticas en forma de sondeos que deberán ser hechas en localidades situadas en todas las comarcas, hasta tener de cada una de éstas una monografía que comprenda los temas fundamentales de la vida cultural de sus habitantes.

El proyecto Etniker

Cualquiera podría comprender las dificultades prácticas que entrariaba la elaboración de un Atlas Cultural.

En medios restringidos se había creado un ambiente favorable a este proyecto. Sin embargo era necesaria la elaboración de numerosas monografías etnográficas en todas las comarcas del país; para ello se precisaba formar un cuerpo de colaboradores distribuidos por el área que abarcara el Atlas.

Tan ambicioso programa se materializó en el Proyecto Etniker que persigue la recopilación sistemá­tica de materiales etnográficos. Se trata de estudiar el sistema de normas, estructuras y funciones que caracterizan el modo de vida en el área que tradicionalmente ha sido denominada Euskalerria o Vasconia.

La prosecución de este objetivo en un área extensa y a la vez diversa, administrativa y cultural­mente, requería una estructuración regional. A estos efectos, por iniciativa del mismo Barandiarán y comenzando por Navarra, fueron creándose y asentándose equipos de investigación etnográfica denominados Grupos Etniker que quedaron adscritos a instituciones culturales existentes en cada uno de los territorios. Así el grupo de Navarra lo hizo al Departamento de Arqueología de la Universidad de Navarra (1969); el de Gipuzkoa a la Sociedad de Ciencias Aranzadi de San Sebas­tián (1972); el de Bizkaia al Departamento de Etnografía del Instituto Labayru de Bilbao (1973); el de Alava actualmente al Seminario Alavés de Etnografía (1974) y el de Iparralde -que comprende el territorio vasco del Departamento Francés de los Pirineos Atlánticos- a la Association Lauburu de Bayonne (1986). Tales grupos de trabajo reciben conjuntamente el nombre de «Grupos Etniker de Euskalerria» y están compuestos por miembros de formación universitaria que han realizado cursos de metodología etnográfica para investigación de campo. Cada uno de estos grupos cuenta con varios colaboradores coordinados por un responsable del grupo regional.

En el Libro de Actas de los Grupos Etniker Barandiarán definió el proyecto con estas palabras:

«Etniker es un término que significa 'investigación étnica'. En nuestro caso es el estudio de la cultura tradicional del pueblo vasco y del proceso de su evolución contemporánea.
Aunque se trata de una tarea iniciada allá por el año 1921 en Vitoria, podemos decir que con el nombre actual y con nuevo método empezó el año 1964, como complemento de la cátedra de Etnología Vasca que funciona en la Universidad de Navarra gracias a la protección de la 'Institución Príncipe de Viana'»[3].

Estrategia etnográfica

La estrategia en la investigación etnográfica de los Grupos Etniker se basa en los siguientes pun­tos:

1. La investigación en la localidad escogida es llevada a cabo por un colaborador nacido en ella o vinculado a la misma por razones de origen o familiares. Esta condición posibilita la relación connatural con informantes locales, así como el acceso a su mundo interior.
2. Se trata de dar a conocer la vida de un pueblo o de un núcleo de población en todos los elementos que componen su cultura, ateniéndose a una misma metodología y a un mismo cues­tionario.
3. El investigador conoce la lengua usual de la localidad e incluso las variantes dialectales o sub-dialectales. Esta cualidad es indispensable para la interpretación, recogida y fiel transcripción tanto de la terminología como de las narraciones.
4. La recogida de datos no se limita a la pura morfología de los objetos y de los hechos etnográfi­cos; comprende también la función de los mismos y su significación en el contexto cultural.
5. Los datos etnográficos son recogidos hasta allá donde alcanza la memoria de los informantes. Tales datos son registrados con su índice de vitalidad o grado de aceptación social. En este orden de cosas se consignan también los nuevos hechos que, sustituyendo a los antiguos, marcan la transición cultural que se está operando.
6. La labor llevada a cabo en la localidad estudiada es contrastada y revisada mediante reuniones periódicas con otros miembros del Grupo Etniker regional, en sesiones de trabajo y ateniéndose a temas específicos de la encuesta llevada a cabo.

El cuestionario etnográfico

Como ya se ha indicado antes las personas implicadas en el Proyecto Etniker se valen para su trabajo de campo de un mismo y único cuestionario que les sirve de guía. Este requisito es imprescindible si se quiere hacer una labor conjunta. Elaborado por Barandiarán este cuestionario ha sido sucesivamente publicado con el título Guía para una encuesta etnográfica. Comprende un total de 850 cuestiones o preguntas agrupadas en nueve grandes capítulos.

He aquí la relación de los apartados que lo comprenden:

0. Datos geográficos de los municipios o localidades.
1. El grupo doméstico. La casa. La alimentación. La indumentaria. La familia. Relaciones entre los es­posos.
2. Usos del grupo doméstico: Equipo mobiliar. Reposo y aseo. Juegos de adultos. Juegos infantiles. Enfermedades y medicinas. Vida religiosa. Ritos de pasaje: nacimiento y bautizo, noviazgo, matri­monio y boda, muerte.
3. Grupos de actividad: Ganadería y pastoreo.
4. Grupos de actividad: Navegación y pesca.
5. Grupos de actividad: Explotación agrícola.
6. Grupos de actividad: Artesanía y profesiones varias.
7. Grupo territorial: Vecindad y pueblo. Derecho y constituciones populares.
8. Culturización: Casa. Escuela. Religión. Culto. Fiestas. Calendario popular. Artes. Supersticiones. Leyendas y cuentos.
9. Biografías etnográficas: Datos personales. Formación. Nivel de vida. Contactos sociales. Estatus del biografiado. Cambio cultural. Ritos de pasaje.

Planificación de las investigaciones

En orden a acelerar la elaboración del Atlas Etnográfico de Vasconia los Grupos Etniker, que desde el año 1976 venían trabajando coordinadamente, procedieron en Octubre de 1987 a una reformulación del plan de trabajo y a una reestructuración de sus órganos directivos. Asimismo se creó una Secretaría Técnica encargada de coordinar las investigaciones de campo y de ejecutar la redacción de los temas investigados. Esta Secretaría tiene su sede en el Departamento de Etnografía del Instituto Labayru en Derio (Bizkaia) y cuenta para su trabajo con la apoyatura de la biblioteca especializada en temas etnográficos de esta institución.

En el punto relativo a la planificación de las investigaciones se acordó que, en adelante, los Grupos Etniker sincronizarían sus labores de campo abordando anualmente de manera conjunta un tema de la Encuesta General.

El programa para el primer quinquenio quedó establecido sobre esta secuencia temática: Año 1988: La alimentación tradicional en el ámbito doméstico y rituales en torno a la alimentación. Ario 1989: El mundo lúdico infantil: Juegos y canciones. Años 1990 y 1991: Ritos de pasaje: Ritos relacionados con el nacimiento, infancia, mocedad, matrimonio y muerte. Año 1992: Medicina popular.

Cumplido este programa de investigación, el año 1992 se procedió a una nueva planificación según la cual se abordarían sucesivamente los temas siguientes: La indumentaria. Ganadería y Pasto­reo. La casa, su mobiliario y enseres. Familia y parentesco.

Para la selección de estos temas se han tenido en cuenta razones de carácter práctico pero sobre todo la aceleración del cambio que se está operando en el mundo de la cultura tradicional. Por esta razón se ha dado prioridad a los temas que inciden en el universo mental, como son los rituales y las creencias.

El conjunto de los temas que completarán la investigación planificada para el Atlas Etnográfico de Vasconia es el siguiente:

1. Introducción y generalidades
2. La casa: los enseres, los usos domésticos
3. La alimentación
4. La indumentaria
5. Familia y parentesco
6. Juegos y canciones infantiles
7. Juegos de adultos
8. Medicina popular
9. Ritos de pasaje
10. Ganadería y pastoreo
11. Pesca y navegación
12. Agricultura
13. Profesiones e industrias
14. Artesanía popular
15. Artes populares
16. Grupo territorial: vecindad y pueblo
17. Derecho e instituciones consuetudinarias
18. Religiosidad popular
19. Leyendas y cuentos
20. Calendario popular
21. Mitología
22. Biografías etnográficas representativas
23. Cartografía. Bibliografía. Indices varios
* * *
 

Para la realización de este tercer tomo, tanto en la labor de campo como en la elaboración de la obra, hemos seguido una metodología similar a la empleada en los volúmenes anteriores dedica­dos a la Alimentación Doméstica y a los Juegos Infantiles.

Distribución de las encuestas de campo

Los materiales utilizados para la elaboración del Atlas proceden básicamente de encuestas etno­gráficas de campo. Esta es la tarea más dificil y costosa, pero también la que le confiere carácter de nueva aportación.

Por lo que respecta a este volumen de Ritos funerarios las encuestas de campo se han realizado en 85 localidades ubicadas en la Comunidad Autónoma Vasca, en la Comunidad Foral de Navarra y en una parte del Departamento Francés de los Pirineos Atlánticos. Estas localidades cuyos rasgos físicos y demográficos se describen en el apartado correspondiente a «Datos geográficos de las localidades encuestadas» ofrecen características diferenciadas. Algunas de ellas son pequeñas locali­dades rurales, otras son villas o poblaciones crecidas. El hecho de que su poblamiento sea disperso o concentrado imprime a algunas costumbres un sello peculiar como puede comprobarse en esta obra.

Se ha pretendido que exista una representación adecuada de las diferentes regiones que compo­nen esta área territorial que tradicionalmente ha sido denominada Euskalerria o Vasconia; sin embargo no siempre se ha conseguido esto por las dificultades que entraña la realización de las encuestas de campo.

La distribución regional de las localidades encuestadas ha sido la siguiente:

Alava ................................................ 18
Bizkaia ............................................. 17
Gipuzkoa ......................................... 13
Navarra ............................................ 18
Baja Navarra .................................... 9
Lapurdi ............................................. 4
Zuberoa ............................................ 6

Esta investigación concertada y llevada a cabo por los diversos Grupos Etniker, tiene como característica la aceptación de un modelo de encuesta etnográfica que está plasmado en el cuestionario titulado Guía para una encuesta etnográfica y que ha servido de instrumento para la ejecución del trabajo de campo. Los datos recogidos provienen de las respuestas obtenidas a las preguntas números 238-272 del Capítulo II relativo a los Usos del Grupo Doméstico en lo que se refiere a los Ritos de pasaje: Muerte.

Encuesta abierta

En la metodología desarrollada por los Grupos Etniker el cuestionario es una guía o instrumento para que el investigador se sitúe ante el tema y recabe aquellos datos que va observando y recogien­do de los informantes de la localidad encuestada.

La información obtenida mediante este método de encuesta abierta es más rica y personal, ya que como decía Barandiarán los hechos humanos no pueden encasillarse en cuestionarios estricta­mente pautados que pretendieran obtener simples respuestas acerca de la existencia o inexistencia de determinados hechos o en requerimiento de sus denominaciones locales. Como contrapartida la información así obtenida es desigual y aunque siga un orden estricto en las preguntas, es tal el cúmulo de datos recopilados y tantos sus matices que a la hora de la elaboración se presentan dificultades en su clasificación temática y su posterior tratamiento.

En esta metodología el investigador de campo no es un mero encuestador. Ha de introducirse en el grupo que va a estudiar; observar su vida, relacionarse con informantes, ponderar y contrastar los datos obtenidos. Con todo este caudal y con los datos de su propia experiencia ha de elaborar una memoria etnográfica siguiendo el orden numérico de las preguntas sugeridas en el cuestiona­rio. En nuestro caso los informes sobre los ritos funerarios elaborados en campo y remitidos a la Secretaría del Proyecto han arrojado un promedio de 70/80 páginas mecanografiadas. Un muestra­rio representativo de estas monografías figura como apéndice a esta publicación.

Los materiales para la elaboración de la obra

El texto de esta obra se ha elaborado básicamente con los resultados de las encuestas llevadas a cabo en las localidades de Vasconia peninsular durante el año 1990. A ellas se han agregado los datos obtenidos por la encuesta que el Grupo Etniker Iparralde realizó en las regiones del País Vasco continental[4] en los años 1987-89.

También se ha recurrido de manera continuada a aquellos materiales etnográficos publicados anteriormente que han seguido las pautas del cuestionario elaborado para este proyecto.

El año 1922, la Sociedad de Eusko-Folklore bajo la dirección de Barandiarán planteó una investi­gación de campo sobre «Creencias y ritos funerarios» que se llevó a cabo en 22 localidades de Vasconia peninsular. Sus resultados se publicaron en el volumen III (1923) del Anuario de la Sociedad de Eusko-Folklore. Aquella encuesta se valió de un cuestionario semejante, si bien más reduci­do, al utilizado por nosotros. Por esta razón los hechos allí registrados han sido integrados en esta obra con las precisiones cronológicas pertinentes[5]. Esta aportación nos ha ayudado a constatar en muchos casos las transiciones que se han operado desde aquellos registros a los hechos recogidos por nosotros.

La encuesta de 1922 no abordó los ritos funerarios en las localidades de Vasconia continental. Este déficit fue en parte subsanado por Barandiarán en las investigaciones etnográficas que él mismo llevó a cabo durante los años treinta y cuarenta en las localidades de Sara (Laburdi), Uharte-Mixe, (Baja Navarra) y Liginaga (Zuberoa). En lo que concierne a la etnografía de la primera mitad de este siglo, los registros realizados siguiendo el plan de la Sociedad de Eusko­Folklore, nos ofrecen en, este tema un cuadro descriptivo de gran valor[6].

La línea de investigación diseñada por Don José Miguel de Barandiarán con el proyecto Etniker y con la publicación de su cuestionario general impulsó a partir de 1970 la realización de monogra­fías locales de carácter etnográfico; pero en lo que concierne al tema de los ritos funerarios, sólo unas pocas alcanzaron a describirlos siguiendo las pautas del cuestionario. Merecen destacarse en este punto las aportaciones que se hicieron desde Navarra: José María Jimeno Jurío publicó en el año 1970 la encuesta llevada a cabo en Artajona; Luciano Lapuente dio a conocer entre los años 1971-1979 su estudio etnográfico de Amescoa; Francisco Javier y José Angel Zubiaur publicaron en 1980 su monografía sobre San Martín de Unx. En Bizkaia, Anton Erkoreka publicó en 1978 el resultado de su investigación sobre este tema en Bermeo.

Algunos años más tarde, dentro de los trabajos realizados para la Beca José Miguel de Barandia­rán (1983) fueron publicadas las investigaciones concernientes a este tema realizadas en las locali­dades vizcainas de Busturia, Gorozika y Lemoiz por Joseba Agirreazkuenaga, María Angeles Alberdi y José M.ª Hormaza respectivamente, y en Elosua (Gipuzkoa) por Mirentxu Goñi. Más recientemen­te se han dado a conocer las investigaciones relativas a los municipios guipuzcoanos de Amezketa y Zerain por Antxon Aguirre (1988) la primera y por Karmele Goñi (1991) la segunda. Las de Bernedo (A), Carranza (B), Beasain (G) y Sangüesa (N) por José Antonio González y Salazar, Miguel Sabino Díaz, José Zufiaurre y Juan Cruz Labeaga han sido editadas el año 1993.

Para la redacción de este volumen se han tenido en cuenta todos estos trabajos de campo que fueron realizados dentro del proyecto Etniker siguiendo el cuestionario de Barandiarán.

Otros autores que han investigado sobre este tema fuera del proyecto Etniker y a los que hemos recurrido frecuentemente son citados puntualmente a pie de página.

Contenido de la obra

La obra está centrada en el estudio de las costumbres y ritos en torno al hecho de la muerte. Esta descripción, a veces minuciosa, abarca todo el proceso funerario desde los ritos que preceden al fallecimiento hasta aquéllos que se celebran en memoria del difunto.

Los ocho capítulos primeros están dedicados a estudiar los actos que tienen lugar en la casa mortuoria punto central del ritual funerario en la cultura tradicional. En los cinco capítulos si­guientes se describen las costumbres y ritos relacionados con el traslado del féretro a la iglesia. Esta procesión, llamada popularmente entierro, ha sido el rito funerario por antonomasia hasta tiempos recientes. Los siguientes cuatro apartados tratan de las exequias que se celebran en el templo; seguidamente se exponen los ritos que atañen a la inhumación, los ágapes funerarios, el periodo de duelo, la conmemoración de los difuntos y las formas de enterramiento, así como las asociacio­nes que han existido en torno a la muerte.

Hemos procurado salvar en lo posible la dificultad que suponía combinar la secuencia cronológi­ca de los hechos con la simultaneidad temática de los mismos. Por esta razón hemos recurrido en algunos casos a apéndices al final de capítulo donde se recogen etno-textos o estudios particulares relacionados con su contenido.

La obra no se ciñe exclusivamente a la descripción de los ritos; en cada caso se exponen también las creencias que los acompañan y que han sido registradas en la encuesta de campo.

Las creencias sobre los hechos considerados como presagios de muerte así como aquéllas que expresan el destino del alma han sido expuestas en dos capítulos que los tratan específicamente.

Un tema particular, la creencia en aparecidos y ánimas errantes, ha sido objeto de un extenso capítulo donde se analizan y se estudian los testimonios recogidos por nuestras encuestas. La creencia en estos fenómenos se ha plasmado tradicionalmente en pequeñas narraciones que rela­tan hechos acaecidos, al parecer, en el entorno familiar o vecinal. Según D. José Miguel de Baran­diarán, tales narraciones pasan de generación en generación como patrimonio sagrado de la casa.

Estos relatos presentan, invariablemente, una estructura tópica, repetida en todas las localidades y en los testimonios recogidos a lo largo de los años. En algún momento llegan incluso a tradiciona­lizarse, dando lugar a cuentos o personajes que se incardinan en el acervo de la literatura oral.

Muchos de estos motivos, atestiguados con profusión en nuestras encuestas, no son sin embargo privativos del área de Vasconia. Presentan práticamente todos ellos una extensión que excede a veces el ámbito europeo. Hemos acudido por ello a los índices de motivos folklóricos de Stith Thompson que, aunque elaborados en su mayor parte en los primeros años de este siglo, son en la actualidad sin embargo un repertorio de gran valor comparativo.

Redacción

Tal como se hace constar en su lugar, en la elaboración de los textos han intervenido como redactores varios miembros pertenecientes a los diversos Grupos Etniker regionales. Esta autoría diversa se hará patente en los estilos heterogéneos de los diversos capítulos y también en el mayor o menor grado de determinación con que son tratados los temas.

En este punto debemos mencionar la decisiva intervención que en la redacción y preparación de la obra han tenido la Secretaría Técnica del Proyecto Etniker y los colaboradores del Departa­mento de Etnografía del Instituto Labayru. A ellos ha correspondido la dificil tarea de vertebrar una obra tan voluminosa y compleja. Para ello han tenido que clasificar los materiales, revisar y, en casos, reelaborar los textos, confeccionar el aparato crítico, comprobar las referencias bibliográ­ficas, realizar las traducciones, proceder a los ajustes lexicales y ejecutar todo lo relacionado con la preparación de la edición.

Criterios para la transcripción de los términos en euskera y en castellano

Aunque resulte obvio, tenemos que indicar que esta obra no tiene un fin filológico o lingüístico. Por ello, el tratamiento de las expresiones en lengua vasca o de términos populares en las diferen­tes variedades locales del castellano se ha hecho procurando que el grado de comprensión sea el más amplio posible para el lector medio.

Debido a la disparidad de criterios utilizados en las recogidas de material etnográfico para los términos en euskera, la transcripción de palabras en esta lengua puede resultar plural. General­mente, a lo largo de estos últimos años, los encuestadores han pretendido acercarse lo más posible a la pronunciación peculiar de cada lugar, llegando a transcribir los matices fonéticos más insignifi­cantes, bien por falta de una referencia estandarizada en euskera o simplemente por desconoci­miento de la grafía común en esta lengua. Esta tendencia quedará reflejada en nuestro Atlas y no serán pocas las veces en que hayamos podido caer en contradicciones.

A pesar de ello hemos tratado de organizar el material de las encuestas y de las diversas fuentes bibliográficas actualizándolo en la medida de lo posible, si bien no hasta el punto de arriesgarnos a falsear los datos genuinos de las memorias remitidas.

Las palabras euskéricas empleadas para dar título a las diversas secciones y encabezamientos de los capítulos se escriben según los dictados de las reglas de ortografía normalizada.

En los casos en que se reproducen listas de denominaciones de un elemento concreto tratamos de agrupar las formas lingüísticas recogidas según variantes de origen común, sin tener en cuenta las diferenciaciones que puedan ocasionar fenómenos de vocalismo. Esta notación, si bien pierde la referencia concreta de cada localidad, es sin embargo a nuestro parecer más clara a la hora de dar cuenta de las diversas denominaciones, tanto euskéricas como castellanas.

Por último hay que indicar que nos hemos atenido al resultado de las recogidas concretas, y que el hecho de que no aparezcan todas las designaciones de un objeto o de un hecho determinado, no indica que no se hayan tenido en cuenta o se hayan descartado, sino que simplemente no han aparecido en nuestras fuentes de información.

Ilustración del texto

Las fotografías que ilustran el texto proceden en su mayoría de los propios investigadores que las obtuvieron durante el trabajo de campo. En otros casos se han rescatado fotografías antiguas conservadas en archivos particulares o procedentes de revistas gráficas u otras publicaciones. Nues­tro principal empeño ha sido la obtención de datos y la elaboración de los textos y hemos incidido en menor grado en la ilustración de los mismos.

Respecto al rescate del material ilustrativo sobre el tema de los ritos funerarios tenemos que señalar al igual que lo hicimos en nuestras anteriores obras sobre La Alimentación Doméstica y Juegos Infantiles que nos hemos percatado de que los rituales ordinarios comunes no suelen ser fotografia­dos. Por otra parte también tenemos que indicar que los propios encuestadores han tenido en muchas ocasiones cierto pudor para registrar gráficamente los diversos ritos que se dan en torno a la muerte por considerar que podía perturbarse la intimidad o la reserva de que suelen estar rodeados. En nuestro archivo abundan las fotografías de los cementerios de las localidades encues­tadas no así las de los ritos y actos que componen el proceso del ritual funerario que va desde el fallecimiento hasta el sepelio.

Bibliografía

La bibliografía que aportamos recoge sobre todo aquellas obras y artículos que son fruto de la investigación de campo. Entre éstas figuran, primordialmente, las memorias etnográficas que fue­ron editadas conforme al Plan Etniker. Subsidiariamente se mencionan otras publicaciones que han sido utilizadas en la elaboración de la obra.

Advertencias al lector

Referencia a las localidades: Cada vez que en el texto se menciona una localidad, su nombre se acompaña de una indicación en abreviatura del territorio en el que se emplaza. Las poblaciones de Vasconia continental se registran bajo las siglas siguientes: (L) Lapurdi, (BN) Baja Navarra y (Z) Zuberoa. Las siglas empleadas para los territorios de Vasconia peninsular son: (A) Alava, (B) Bizkaia, (G) Gipuzkoa y (N) Navarra.

La ubicación de las poblaciones donde se ha realizado la encuesta puede consultarse en el mapa de localización geográfica de las localidades encuestadas que figura en este capítulo introductorio.

Distribución geográfica de los datos: Dado el carácter de la publicación, los datos consignados están referidos a aquella localidad o localidades donde su existencia ha sido verificada mediante la encuesta. Es obvio interpretar que tales hechos no se ciñen únicamente a estas poblaciones, que en el conjunto geográfico tienen un carácter indicativo de un área más extensa.

Datación de los hechos culturales: El lector podrá observar que a lo largo de la publicación se indica la vigencia o el desuso de los ritos funerarios consignados, así como las mutaciones que se han operado. Para ello se utilizan términos tales como antaño, en otro tiempo, actualmente, hoy en día o sus equivalentes. En ocasiones se hace una aproximación cronológica indicando la década o se toman como referencia acontecimientos transcedentales como la Guerra Civil de 1936 para Vasconia peninsular o la Guerra Mundial (1940-45) para el País Vasco continental. No creemos que esto implique una indeterminación respecto a la datación, porque cualquiera que fuere la fecha aplica­da tanto al inicio como a la desaparición de los hechos culturales sería inexacta.

Nuestra obra es de carácter etnográfico y no histórico, si bien recoge usos y conductas que se emplazan en el presente siglo, hasta allá donde alcanza la memoria de nuestros informantes.

Agradecimientos

Esta obra que hoy presentamos no hubiera podido realizarse sin la ayuda y el patrocinio del Gobierno Vasco. En nombre de los Grupos Etniker Euskalerria queremos expresar aquí nuestro agradecimiento a la Sra. Consejera de Cultura Da M. Karmen Garmendia, al Sr. Viceconsejero D. José María Agirre y al Sr. Director de Patrimonio del mismo Departamento, D. Eduardo Estrade, por haber seguido prestando su apoyo a este proyecto. Hacemos extensible el agradecimiento al Sr. Consejero de Educación, Cultura, Deporte y Juventud del Gobierno de Navarra D. Pedro Buri­llo por la ayuda concedida para la edición de este volumen.

Han pasado muchos años desde que D. José Miguel de Barandiarán propusiera la realización de un Atlas etnográfico de Vasconia. Los que nos consideramos sus discípulos estamos persuadidos de la importancia cultural de este proyecto. Con el patrocinio institucional con el que no dudamos seguiremos contando y con nuestro empeño, los Grupos Etniker Euskalerria estamos haciendo realidad aquel ambicioso proyecto, que como legado de su larga y fecunda vida de investigador nos ha dejado nuestro maestro Barandiarán: la elaboración del Atlas Etnográfico de Vasconia que «posibilitará un conocimiento en profundidad de la cultura tradicional de nuestro pueblo y de las transiciones que se están produciendo y será, a la vez, un seguro punto de vista para integrar la etnografía de los vascos en un estudio comparativo de las culturas».

Ander Manterola
Derio, Diciembre 1995

7.0.1 Ritos funerarios en vasconia mapa.jpg

  1. Vide: José Miguel de BARANDIARAN. OO.CC. Tomo VI. Bilbao, 1974, pp. 351-355.
  2. José Miguel de BARANDIARAN. OO.CC. Tomo VI. Bilbao, 1974, pp. 357-383.
  3. Cfr. Libro de Actas de los Grupos Etniker de Euskalerria. AREL.
  4. Esta encuesta se aplicó en 69 localidades del territorio vasco norpirenaico. Para la elaboración de la presente obra se han seleccionado 19 encuestas, siguiendo para ello el criterio aportado por los responsables del Grupo Etniker-Iparralde. En algún caso nos hemos servido de informaciones puntuales aportadas por encuestas distintas a las seleccionadas. En las páginas 707-712 de esta obra se ofrece una síntesis (Les rites funeraires en Pays Basque Nord ou Iparralde) que recoge los aspectos más significativos de los ritos funerarios en este territorio.
  5. Las referencias bibliográficas han quedado así consignadas: AEF, III (1923) y la página correspondiente en cada caso. En la bibliografía general se hace constar los autores de las citadas encuestas.
  6. Willian A. Christian Jr. hacía notar que «las encuestas del Anuario de la Sociedad de Eusko-Folklore de los años 20 son ahora una fuente imprescindible para historiadores y antropólogos». Cfr. KIEV, XXVI (1991) p. 172.