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Las canicas

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Como ha quedado reflejado en el anterior párrafo, el juego de las canicas viene de antiguo en algunas localidades: En Murchante (N) los informantes dicen recordarlo de siempre; en Laguardia (A) se conoce desde los años veinte aproximadamente siguiendo vigente en la actualidad. En otras poblaciones la incorporación ha sido más tardía.
 
[[File:4.139 Lanzamiento de canica. Carranza (B) 1993.png|center|400px|Lanzamiento de canica. Carranza (B), 1993. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.|class=grayscalefilter]]
La forma más sencilla de transportar las canicas era en los bolsillos del pantalón; sin embargo, algunos niños disponían de pequeños morralitos de tela para tal fin. En Portugalete (B) los confeccionaban las madres de los chavales y la boca de los mismos se podía cerrar por medio de unas cintas que a su vez permitían atar la bolsita al cinturón y así llevarla colgada en la cintura.
En Hondarribia (G) los mayores recuerdan que había canicas de varias clases: de barro bastas, hechas de barro cocido con una capa superficial de esmalte de color, y de barro finas, igual que las anteriores pero mejor acabadas. Se cambiaban cinco de aquéllas por una de éstas. También de cristal, en principio las que venían en las primeras gaseosas que aparecieron en el mercado y después las que incluían dibujos en su interior, que se compraban en las tiendas. Las de cristal se cambiaban por otras de idéntico material pero no por las de barro.
 
[[File:4.140 Lanzamiento de canica. Getxo (B) 1993.png|center|400px|Lanzamiento de canica. Getxo (B), 1993. Fuente: Jon Elorriaga, Grupos Etniker Euskalerria.|class=grayscalefilter]]
En Zerain (G) se utilizaban tres tipos de canicas: de barro, de piedra y de cristal. Las primeras eran ligeramente mayores que las otras, teniendo unos 15 ó 16 mm de diámetro. El orden de preferencia solía ser el inverso al indicado, ya que las de barro se rompían con facilidad y las de cristal estaban adornadas con motivos incrustados de vistosos colores. Constituían moneda de cambio y tenían establecida su paridad: tantas de barro por una de piedra y tantas de éstas por una de cristal.
En Moreda (A) es actualmente uno de los juegos más populares entre los niños, sobre todo en época escolar. A unos metros del ''gua'' se traza una línea desde la que los jugadores lanzan las ''canas'' tratando de introducirlas en él. Inicia la partida el que consigue meter su bolita en el agujero o acercarla más al borde. El orden de participación del resto de los niños depende de la mayor o menor distancia que separe sus canicas del mencionado hoyo.
 
[[File:4.141 A canicas. Portugalete (B) 1979.png|center|600px|A canicas. Portugalete (B), 1979. Fuente: Unai Martínez, Grupos Etniker Euskalerria.|class=grayscalefilter]]
El primero en jugar dispara su ''cana'' para tratar de golpear las de sus compañeros. Para ganar ha de conseguir modificar su posición según una serie de combinaciones que se denominan: ''chiva, buen pie, tute, matute, retute, tres pies'' y ''gua'' de nuevo al final. ''Gua'' consiste en introducir la canica en el hoyo; ''chiva'' en pegar con ella un golpe a otra; ''buen pie'' en que después del choque quede entre ambas una distancia equivalente por lo menos a la longitud del pie del lanzador, ''tute'' y ''retute'' son dos golpes simplemente; ''tres pies'' que la distancia sea igual o mayor a tres veces el pie del jugador y ''gua'' volver a introducir la cana en el hoyo.
En Plentzia (B) se colocaba una canica en cada ángulo y en el centro de la figura tantas como jugadores, normalmente cuatro. El que tras el primer lanzamiento quedaba más cerca del triángulo comenzaba a jugar tratando de sacar el mayor número posible de canicas, las cuales pasaban a ser de su propiedad. Si a uno se le quedaba la suya en el área del triángulo, cuando alguien se la sacaba de un golpe debía pagarle una canica, pero si no había sacado ninguna previamente, pagaba y quedaba eliminado.
 
[[File:4.142 Haurrak karrikan mendearen hasieran. Sokoa (Ip).png|center|600px|Haurrak karrikan mendearen hasieran. Sokoa (Ip). Fuente: Coulange, Alain. Vivre dans les Basses-Pyrénées 1900-1930. Poitiers, 1980.|class=grayscalefilter]]
La versión de Monreal (N), donde al juego se le llama «A los chinos», presenta la peculiaridad de que dentro del triángulo se colocaban unas veces ''chivas'' y otras dinero. Después, desde cierta distancia, los jugadores lanzaban sus canicas tratando de aproximarlas al mismo, pero sin que se les introdujesen en él, ya que al que le ocurría esto perdía. El que más cerca quedaba comenzaba a jugar. Podía optar por sacar las canicas o el dinero o tratar de golpear las ''chivas'' de los demás. Se quedaba con lo que consiguiese extraer y si atinaba a las canicas de los otros también se las adueñaba. Esta modalidad se jugó en los años cincuenta. En Viana (N) a veces se jugaba también con ''ochenas'', que eran monedas de diez céntimos.
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