Diferencia entre revisiones de «MANO DE OBRA Y FUERZA EMPLEADA EN LA AGRICULTURA/fr»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El mejor aprovechamiento de los recursos exigía un trabajo coordinado y organizado, a menudo bajo la dirección del cabeza de familia. Dada la precariedad de estas economías, nadie podía reclamar un salario a cambio de su trabajo, bien al contrario, el hijo o hija que trabajase fuera de casa, entregaba el dinero obtenido a cambio del mismo por lo general a la madre mientras permaneciese soltero y a la mujer una vez casado, ya que eran ellas las que gestionaban la economía familiar. Esta fragilidad era la razón por la que no se recurría al trabajo asalariado, que podía ser suplido por la colaboración vecinal. Igualmente los hermanos y tíos emancipados que trabajasen como asalariados en áreas urbanas colaboraban en los trabajos de la casa sobre todo en los períodos en los que se requería más mano de obra, como en la recolección de la hierba. A cambio obtenían alimentos producidos en la casa. Esta siempre representaba para todos una garantía de supervivencia en casos de crisis siguiendo el principio de que la tierra siempre permitía la obtención de la comida necesaria.
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La tierra que poseía cada casa era más bien escasa por lo que la capacidad para mantener una población numerosa ha sido limitada, razón por la cual, y teniendo en cuenta que el Valle de Carranza ha sido eminentemente agrario, se ha producido tradicionalmente una fuerte emigración bien a áreas urbanas cercanas como la Margen Izquierda del río Nervión a cubrir puestos de trabajo vinculados a la siderurgia, o más lejanas como Madrid y diferentes países de Centro y Suramérica, especialmente México.
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Se entiende que la fuerza humana está estrechamente vinculada a la alimentación, de tal modo que determinados trabajos, muy exigentes, requieren el consumo de alimentos que se consideran energéticos. Hay varios dichos que constatan este vínculo: “Tripas llevan a piernas; Con chorizos y huevos se siega.”
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Se aprecia también una relación con la esmerada alimentación que se proporcionaba a los bueyes. Se les daban comidas consideradas energéticas como habas o ''panojas'', mazorcas, y el forraje debía ser sobre todo hierba seca, no verde. Por eso se considera que la alimentación humana, en unos tiempos en que casi era vegetariana, debía tener un componente más energético como la carne y la grasa, sobre todo cuando se debían realizar trabajos penosos. Ya lo asegura el dicho, que aunque aplicado a los humanos recurre a la figura del buey: “Al buey viejo poca verdura.”
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En tiempos pasados se reservaba parte de la matanza (carne del cerdo) para el período estival de la recolección de la hierba seca. Además se adquiría un pellejo de vino para acompañar estos trabajos. Durante todo el año se requería una fuente de grasa, más cuando se precisaba hacer un importante esfuerzo físico. La grasa convertía en más agradable la ingesta de la comida (el aceite de oliva era escaso y muy caro), pero además constituía una importante fuente energética. Una buena parte del año se obtenía a partir de la manteca y el tocino del cerdo, ya que eran varios los ''chones'' que se sacrificaban en cada casa. Pero esta carne y sus derivados no llegaban más allá del verano, así que en la ''octubrada'', en el otoño, antes de que a partir de noviembre se comenzase a matar una nueva tanda de cerdos, se producía una falta de estos alimentos que se suplían con el sacrificio de alguna oveja. Algunos informantes recuerdan haber hecho mantequilla cuando excepcionalmente no había otra fuente de grasa para cocinar.
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En la encuesta de la localidad alavesa de Bernedo se describen las labores más frecuentes del mundo rural y los útiles de los que se servían para ello: escardar se hacia a mano con la azada. También con la azada rozaban la hierba y sacaban las patatas. La hoz y la guadaña servían para segar la mies; con la guadaña se segaba más cantidad, con la hoz quedaba mejor segado. Con ambas herramientas se cortaban la alfalfa y demás forrajes verdes. Con el rastrillo se recogía lo segado por la guadaña o se pasaba por la pieza después de segada, recogiendo lo que se desperdigaba. El rastro, de distinta configuración que el rastrillo, servía en la era para recoger y amontonar la parva. Las horcas y bieldos de madera completaban esa labor en la era. Las horcas servían además para cargar en el carro los haces o gavillotes. Además había bieldos de hierro para recoger la basura o las patatas en los almacenes. Acabada la recolección de cereales, se recogían en el monte las hojas caídas de los árboles y se bajaban a casa en carros para camas de los ganados. Otro tanto se hacía con los helechos para las camas de los cerdos. Otra tarea doméstica consistía en picar la foguera y bajarla a casa para cocer la comida y calentar la casa. También había que sacar tiempo para cocer carboneras en el monte. El carbón se cargaba en la caballería para llevarlo a los pueblos de Rioja intercambiándolo por pan, vino y aceite. La patata daba otros trabajos durante el invierno seleccionándola en las bordas para quitar las estropeadas o dárselas al ganado como pienso.
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En Berganzo (A) en las labores de labranza se utilizaban el aladro, el brabán y la rastra. Para la siembra se servían del cultivador y el marcador. En la recolección de los cereales se valían de la gavilladora, la guadañadora y la atadora. El carro con la caja forrada con tableros, estacas o barreras se utilizaba para transportar la cosecha a casa, al almacén o a la era para la trilla.
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[[File:8.333 Trabajando con la grada de discos. Argandoña (A) 2003.jpg|frame|Trabajando con la grada de discos. Argandoña (A), 2003. Fuente: Juan José Galdos, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
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En Moreda (A) el agricultor aplica la fuerza de brazos y manos directamente sobre los siguientes aperos y herramientas: azada y zadones para cavar y edrar, tijeras para podar la vid, serruchos para podar olivos, tijeras y corquetes para cortar la uva, cestos para llevar la uva y olivas, las propias manos para sacar piedras o mover y transportar los sacos de abono.
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La fuerza bruta, como se conoce al esfuerzo y trabajo con las manos, cada vez se realiza menos. De esta manera, son recuerdo del pasado el uso de las layas para voltear la tierra, el cavar viñas y olivares, el manejo del arado romano, aladro-golpino, brabán, vertedera, grada y rastro en los labrantíos, el uso del forcate en viñas y olivares, la siega de las mieses con las hoces, el traslado de los haces en carros y galera, el empleo en las eras de trillar del bieldo, horca, horquillo, llegadera, pala de aventar, trillo, la subida al hombro de los sacos de trigo y cebada hasta los altos de las casas, y otras labores similares.
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Directamente, agarrados con las manos y movidos por la fuerza de los brazos, se utilizan actualmente las siguientes herramientas: azada-morisca, zadones y zadillas para remover la tierra, hoces para quitar hierbas y matorrales de las orillas de las fincas y de los regajos, hacha para hacer leña, serrucho para podar olivos, tijera de podar para cortar sarmientos, herrón para hacer agujeros y plantar vides, tijeras y corquetes para cortar la uva. Colgados de la espalda, como si se tratase de una mochila, se lleva la azufradora y sulfatadora para proceder al tratamiento de cepas y olivos. Colgado del cuello va el cesto con el que se recogen las olivas. Y en las manos se llevan los cuévanos de plástico en donde se echa la uva recién cortada para trasladarla hasta el sacauvas o al remolque.
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En Valderejo (A) aplicaban la fuerza humana directamente en el trabajo utilizando las manos, con la azada, el bieldo, el rastrillo, cestos, guadañas, hoz, layas, etc. En Pipaón (A) el dato recogido es similar.
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En Abadiño (B) señalan que la mayor parte de las herramientas se utilizaban de forma manual: ''igitaia'', la hoz; ''eskuarea'', el rastrillo; ''sardea'', el bieldo; ''atxurra'', la azada; ''korainea'', la guadaña; ''laia'', la laya..., pero había máquinas y fuerza animal que ayudaban en este esfuerzo.
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En Améscoa (N) se ha consignado que a principios del siglo XX la mayor parte de la energía empleada en la agricultura era humana, pues incluso en las labores que se servían de animales, era necesario un esfuerzo humano complementario. El esfuerzo que el hombre desarrollaba en el manejo de los aperos era considerable y el que exigían la azada y la hoz era penoso y durísimo.
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En las investigaciones de campo también aparecen mencionadas la energía hidráulica utilizada para mover molinos (Treviño, La Puebla de Arganzón y Berganzo-A; Hondarribia-G), las bombas para extraer el agua de los pozos y la energía eléctrica para las ordeñadoras mecánicas, estas últimas introducidas en los años setenta del siglo XX.
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En primer lugar describiremos la fuerza humana empleada en las labores agrícolas, con un apartado específico para los obreros contratados temporalmente, y a continuación las prendas que se utilizan para trabajar en dichas faenas. La segunda parte está específicamente dedicada a la fuerza animal.
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L'emploi de la force humaine dans l'agriculture reste important, mais surtout, autrefois, tant la force humaine que la force animale jusqu'à l'introduction des machines modernes ont exercé une influence décisive sur la façon de travailler et sur les cultures. Comme le signale l'enquête menée à San Martín de Unx (N), la première énergie qui est projetée dans l'agriculture est celle du propre être humain, qui dirige et met en mouvement d'autres énergies instrumentales, comme l'énergie animale ou mécanique, de l'outil manuel à l'outil motorisé.
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Les deux forces sont imbriquées, car si certains travaux sont réalisés directement par l'homme et la femme avec les outils agricoles, pour les plus durs ils ont besoin de l'appui décisif de la force animale, et maintenant de celui des machines correspondantes. Actuellement, nous pouvons accepter de façon générale l'information recueillie en Alava dans le village de Moreda, où ils signalent que la force humaine reste employée, alors que la force animale a pratiquement disparu et que la plus courante est la force mécanique ou tractrice.
=== [[Fuerza_humana|Fuerza humana]] ===
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=== [[Mutua_asistencia_vecinal|Mutua asistencia vecinal]] ===
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== Force humaine ==
=== [[Contratacion_de_obreros_temporales|Contratación de obreros temporales]] ===
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=== [[Prendas_de_trabajo._Janzkerak|Prendas de trabajo. Janzkerak]] ===
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=== Travail en commun de la famille ===
=== [[Fuerza_animal|Fuerza animal]] ===
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=== [[Apendice_Condiciones_de_trabajo_de_los_jornaleros_y_precio_de_los_jornales_en_siglos_pasados_en_Viana_(N)|Apéndice: Condiciones de trabajo de los jornaleros y precio de los jornales en siglos pasados en Viana (N)]] ===
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À Abezia (A), une information qui y a été relevée peut être considérée valable pour tout le monde rural. Dans les fermes, il était habituel que tous les membres de la famille, des enfants aux vieillards, participent aux tâches de culture et d'élevage. À Moreda (A), le personnel consacré à l'exploitation de la ferme est normalement constitué des parents et des enfants et, parfois, des grands-parents.
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La même constatation sur la participation de tous les membres de la famille, hommes, femmes et enfants, aux travaux agricoles a été recueillie à Berganzo, Treviño et La Puebla de Arganzón (A), Ajangiz, Ajuria, Bedarona, Gautegiz Arteaga, Nabarniz, Urduliz, (B), Hondarribia (G), Izurdiaga, Vallée de Roncal (Ustárroz, Isaba et Urzainqui) (N) et Donazaharre (BN). À Beasain (G), ils disent qu'en général toutes les personnes qui vivent dans la ferme y travaillent, même ceux —précisent-ils— qui ont un emploi à l'extérieur.
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À Zamudio (B), ils signalent que le père, la mère et les aînés enfants travaillaient la terre et que le plus jeunes aidaient à la récolte, allaient chercher de l'eau ou surveillaient le bétail au pré. Les hommes s'occupaient du bétail à l'étable et les femmes du soin de la maison et de la préparation des repas.
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=== Tâches réservées aux hommes ===
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Les quelques exemples qui suivent de tâches plus spécifiquement masculines ont été recueillis dans les localités étudiées. Ils soulignent le rôle protagoniste joué par les hommes dans les travaux les plus durs.
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Ainsi, à Apodaka (A), il a été recueilli que les hommes se levaient tôt pour nourrir les bœufs pour qu'ensuite ils puissent ruminer quand ils étaient ''juncidos'' (attelés). Les hommes se chargeaient de nettoyer les étables, d'emballer le grain, de couper le bois pour le feu, d'atteler les bœufs et de faucher. Au champ, ils labouraient avec les bœufs et allaient en montagne réunir le bétail. Les plus durs travaux des champs étaient et restent l'affaire des hommes, de même qu'aller au marché, même si aujourd'hui les femmes aussi y vont.
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=== Participation de la femme ===
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À Abezia (A), il a été noté que les femmes n'ont jamais laissé de côté les travaux de culture ou d'élevage. Bien au contraire, elles réalisaient presque les mêmes tâches que les hommes, à l'exception de quelques-unes comme aller couper du bois, chose que parfois elles faisaient également. La femme joue un rôle fondamental dans la récolte des céréales. Certains travaux sont considérés ''propres'' aux femmes, comme sarcler ou s'occuper du potager. La maîtresse de maison devait concilier les tâches agricoles avec celles de la maison et le soin des enfants, affaires auxquelles ne se mêlaient pas les hommes. Nombre de mères portaient les bébés ou les nouveaux-nés au champ, où elles les laissaient reposer dans un seau, un panier ou un abri de gerbes pendant qu'elles travaillaient.
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== Assistance mutuelle entre voisins ==
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De façon générale il a été constaté que l'assistance mutuelle entre voisins et parents était une pratique courante pour les tâches exigeant un grand apport de main-d'œuvre, comme la préparation du sol pour les semailles et la récolte, ainsi que dans les cas de maladie ou d'abandon d'une famille et/ou de maladie du bétail nécessaire pour réaliser les travaux.
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Il existait aussi une tâche à réaliser entre voisins, en ce qui concerne l'activité agricole, qui était réglementée, à savoir arranger les chemins avant la récolte et le transport du foin pour que la voirie soit en bon état.
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== Embauche de journaliers ==
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Sous le terme de journaliers ou ouvriers saisonniers sont regroupées les personnes qui sont embauchées pendant une période pour réaliser quelques travaux spécifiques exigeant une abondante main-d'œuvre. Anciennement, les personnes embauchées étaient souvent du propre village ou des environs proches. Au fil des années, ces journaliers, en général organisés en groupes, sont arrivés depuis des lieux toujours plus éloignés, et dernièrement ce sont des immigrants. Ces recrutements étaient plus le fait des propriétaires des grands domaines de monoculture existants dans le Sud de Vasconia.
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== Force animale ==
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Les enquêtes menées dans les localités étudiées signalent que les bœufs étaient un signe de statut. Sur le versant méditerranéen, les équins étaient plus fréquemment employés pour les tâches agricoles. À défaut de bœufs, on recourait aux vaches. Les ânes sont présents sur tout le territoire pour les travaux qui demandent moins de force, pour le transport de petites charges du potager ou du pré à la maison, du grain au moulin, le transport des bidons de lait au marché et celui des personnes au pré et au champ.
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La force animale utilisée dans l'agriculture est une chose du passé, puisqu'elle a été remplacée par l'utilisation des tracteurs, d'abord plus simples, puis plus importants, qui a débuté dans les années 1970, auparavant dans les zones céréalières du sud du territoire, et plus tard sur le versant atlantique.
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Revisión actual del 00:22 18 nov 2019

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L'emploi de la force humaine dans l'agriculture reste important, mais surtout, autrefois, tant la force humaine que la force animale jusqu'à l'introduction des machines modernes ont exercé une influence décisive sur la façon de travailler et sur les cultures. Comme le signale l'enquête menée à San Martín de Unx (N), la première énergie qui est projetée dans l'agriculture est celle du propre être humain, qui dirige et met en mouvement d'autres énergies instrumentales, comme l'énergie animale ou mécanique, de l'outil manuel à l'outil motorisé.

Les deux forces sont imbriquées, car si certains travaux sont réalisés directement par l'homme et la femme avec les outils agricoles, pour les plus durs ils ont besoin de l'appui décisif de la force animale, et maintenant de celui des machines correspondantes. Actuellement, nous pouvons accepter de façon générale l'information recueillie en Alava dans le village de Moreda, où ils signalent que la force humaine reste employée, alors que la force animale a pratiquement disparu et que la plus courante est la force mécanique ou tractrice.

Force humaine

Travail en commun de la famille

À Abezia (A), une information qui y a été relevée peut être considérée valable pour tout le monde rural. Dans les fermes, il était habituel que tous les membres de la famille, des enfants aux vieillards, participent aux tâches de culture et d'élevage. À Moreda (A), le personnel consacré à l'exploitation de la ferme est normalement constitué des parents et des enfants et, parfois, des grands-parents.

La même constatation sur la participation de tous les membres de la famille, hommes, femmes et enfants, aux travaux agricoles a été recueillie à Berganzo, Treviño et La Puebla de Arganzón (A), Ajangiz, Ajuria, Bedarona, Gautegiz Arteaga, Nabarniz, Urduliz, (B), Hondarribia (G), Izurdiaga, Vallée de Roncal (Ustárroz, Isaba et Urzainqui) (N) et Donazaharre (BN). À Beasain (G), ils disent qu'en général toutes les personnes qui vivent dans la ferme y travaillent, même ceux —précisent-ils— qui ont un emploi à l'extérieur.

À Zamudio (B), ils signalent que le père, la mère et les aînés enfants travaillaient la terre et que le plus jeunes aidaient à la récolte, allaient chercher de l'eau ou surveillaient le bétail au pré. Les hommes s'occupaient du bétail à l'étable et les femmes du soin de la maison et de la préparation des repas.

Tâches réservées aux hommes

Les quelques exemples qui suivent de tâches plus spécifiquement masculines ont été recueillis dans les localités étudiées. Ils soulignent le rôle protagoniste joué par les hommes dans les travaux les plus durs.

Ainsi, à Apodaka (A), il a été recueilli que les hommes se levaient tôt pour nourrir les bœufs pour qu'ensuite ils puissent ruminer quand ils étaient juncidos (attelés). Les hommes se chargeaient de nettoyer les étables, d'emballer le grain, de couper le bois pour le feu, d'atteler les bœufs et de faucher. Au champ, ils labouraient avec les bœufs et allaient en montagne réunir le bétail. Les plus durs travaux des champs étaient et restent l'affaire des hommes, de même qu'aller au marché, même si aujourd'hui les femmes aussi y vont.

Participation de la femme

À Abezia (A), il a été noté que les femmes n'ont jamais laissé de côté les travaux de culture ou d'élevage. Bien au contraire, elles réalisaient presque les mêmes tâches que les hommes, à l'exception de quelques-unes comme aller couper du bois, chose que parfois elles faisaient également. La femme joue un rôle fondamental dans la récolte des céréales. Certains travaux sont considérés propres aux femmes, comme sarcler ou s'occuper du potager. La maîtresse de maison devait concilier les tâches agricoles avec celles de la maison et le soin des enfants, affaires auxquelles ne se mêlaient pas les hommes. Nombre de mères portaient les bébés ou les nouveaux-nés au champ, où elles les laissaient reposer dans un seau, un panier ou un abri de gerbes pendant qu'elles travaillaient.

Assistance mutuelle entre voisins

De façon générale il a été constaté que l'assistance mutuelle entre voisins et parents était une pratique courante pour les tâches exigeant un grand apport de main-d'œuvre, comme la préparation du sol pour les semailles et la récolte, ainsi que dans les cas de maladie ou d'abandon d'une famille et/ou de maladie du bétail nécessaire pour réaliser les travaux.

Il existait aussi une tâche à réaliser entre voisins, en ce qui concerne l'activité agricole, qui était réglementée, à savoir arranger les chemins avant la récolte et le transport du foin pour que la voirie soit en bon état.

Embauche de journaliers

Sous le terme de journaliers ou ouvriers saisonniers sont regroupées les personnes qui sont embauchées pendant une période pour réaliser quelques travaux spécifiques exigeant une abondante main-d'œuvre. Anciennement, les personnes embauchées étaient souvent du propre village ou des environs proches. Au fil des années, ces journaliers, en général organisés en groupes, sont arrivés depuis des lieux toujours plus éloignés, et dernièrement ce sont des immigrants. Ces recrutements étaient plus le fait des propriétaires des grands domaines de monoculture existants dans le Sud de Vasconia.

Force animale

Les enquêtes menées dans les localités étudiées signalent que les bœufs étaient un signe de statut. Sur le versant méditerranéen, les équins étaient plus fréquemment employés pour les tâches agricoles. À défaut de bœufs, on recourait aux vaches. Les ânes sont présents sur tout le territoire pour les travaux qui demandent moins de force, pour le transport de petites charges du potager ou du pré à la maison, du grain au moulin, le transport des bidons de lait au marché et celui des personnes au pré et au champ.

La force animale utilisée dans l'agriculture est une chose du passé, puisqu'elle a été remplacée par l'utilisation des tracteurs, d'abord plus simples, puis plus importants, qui a débuté dans les années 1970, auparavant dans les zones céréalières du sud du territoire, et plus tard sur le versant atlantique.