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De Apodaca (A) acudían en peregrinación, en ocasiones andando y otras veces en caballería, a los santuarios de Ntra. Sra. de Angosto, San Antonio de Urkiola y Ntra. Sra. de Aranzazu; en los últimos años van también a Lourdes.
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En el Valle de Carranza (B) el voto se hacía “ofreciendo a la Virgen del Buen Suceso, para que le remediara la enfermedad”. Su santuario está dentro de los límites del valle; había quienes subían hasta allí descalzos desde los barrios donde residían; otros acudían de rodillas desde el inicio del camino de acceso o rodeaban de este modo el santuario. También recorrían el interior del templo llevando una vela encendida. Fuera del valle se ha acudido al Santuario de la Bien Aparecida en la comarca vecina de Transmiera (Cantabria); a San Pedro de Zariquete en Zalla (B) y a los santuarios de San Felicísimo en Deusto y de Ntra. Sra. de Begoña, patrona de Bizkaia. Algunos han peregrinado hasta los santuarios de Lourdes y Fátima.
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En Orozko (B) el santuario más venerado es el de San Antonio de Urkiola, a quien se le pedía su intercesión en cualquier necesidad. Antaño se hacía la peregrinación andando por caminos de monte durante seis o siete horas; para ello se salía de víspera y se pernoctaba en el camino.
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De Zeanuri (B) se acudía a pie a este mismo santuario en rogativa parroquial anualmente. Muchos acudían a lo largo del año solos o acompañados en cumplimiento de una promesa. El santuario conservó hasta 1970 una Capilla de Exvotos repleta de testimonios de enfermos que habían obtenido la salud por intercesión del santo.
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En Nabarniz (B) en casos de grave enfermedad se hacía a San Antonio la promesa de acudir a su santuario de Urkiola si se obtenía la curación; una informante relata el cumplimiento de la promesa entregando como exvoto el corsé que llevó durante la enfermedad.
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Una práctica piadosa que se llevaba a cabo en Urkiola así como en el santuario de San Miguel de Aralar fue el novenario. En cumplimiento de una promesa o para obtener del santo una gracia había quienes se hospedaban durante nueve días en alguna de las hospederías o posadas anejas al santuario. Durante este novenario acudían a los actos religiosos que tenían lugar en el templo y rezaban cada día las oraciones correspondientes a la novena al santo. El gran santuario de los Santos Antonios de Urkiola ejerce su influencia espiritual en un área dilatada que se extiende por gran parte de Bizkaia (Abadiano, Amorebieta-Etxano, Bedarona, Bermeo, Busturia, Durango, Gorozika, Nabarniz, Orozko, Zeanuri); de Álava (Agurain, Apodaca, Bernedo, Ribera Alta); de Gipuzkoa (Elosua, Bidegoian, Telleriarte). Así se constata en las localidades enc uestadas.
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[[File:5.160 Procesion con los Santos Antonios de Urkiola (B) 1917.jpg|center|650px|Procesión con los Santos Antonios de Urkiola (B), 1917. Fuente: Legarza y Astegia, Joseba I. Urkiola. Bilbao: Santuario de Urkiola, 1986.]]
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La santé a toujours été le bien le plus apprécié de la vie ; en revanche, la maladie nous empêche d'en profiter ou menace notre survie. Les croyances religieuses chrétiennes soutiennent et professent que Dieu est à l'origine de la vie et que, en conséquence, de son dessein dépendent la préservation de la santé et la guérison des maladies. Les pratiques religieuses, les prières, les promesses et les pèlerinages que font les malades pour que la maladie guérisse et pour retrouver la santé se fondent sur cette conviction.
  
En Durango (B) antaño la mayoría de los que subían al Santuario de Urkiola por cumplir una promesa lo hacía andando y muchos de ellos descalzos. También se recurre en demanda de salud a Ntra. Sra. del Carmen de Larrea en Amorebieta, a Andra Mari de Begoña y a San Felicísimo de Deusto. Así mismo hay quienes peregrinan al santuario de Aranzazu en Gipuzkoa y a los afamados santuarios de Lourdes y Fátima. Más recientemente algunas personas han comenzado a acudir al lugar de Unbe (Laukiniz-B) donde, según creencia de algunos, se apareció la Virgen el año 1968.
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== Les vœux et les promesses ==
  
En Muskiz (B) para todas las necesidades se recurría a la Virgen del Socorro, cuya ermita está en la vecina localidad de Pobeña (B). También acuden en peregrinación hasta el Santuario de Begoña en la festividad del 15 de agosto; algunos recorren andando este camino de veinte kilómetros.
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Se rendre auprès d'un saint ou d'une sainte “spécialiste” de la guérison d'une maladie corporelle donnée ou alors participer à un pèlerinage à un sanctuaire, présidé généralement par la Vierge Marie, pour retrouver la santé était une pratique très enracinée dans le catholicisme populaire.
  
En Bermeo (B) se acude al santuario costero de San Juan de Gaztelugatxe situado dentro de sus límites territoriales. También se acude a los pequeños santuarios próximos (Mañuas, Parezi, etc.) y a los grandes como Lourdes y Fátima. En Lemoiz (B) se encomendaban a San Juan de Gaztelugatxe con la promesa de subir descalzos las escaleras de acceso al santuario.
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Pour demander l'intercession du ciel en cas de maladie ou de danger, on recourait traditionnellement aux vœux ou promesses. Cette promesse entraîne toujours deux actions : une coûteuse, comme se rendre au sanctuaire ou à la chapelle où est vénérée la Vierge ou le saint invoqué, et une autre consistant en une offrande, ''oparia''<ref>''Mot oparia in José Miguel de BARANDIARAN. Diccionario Ilustrado de Mitología Vasca. Obras Completas. Tome I. Bilbao : La Gran Enciclopedia Vasca, 1972.</ref>, de lumières ou d'aumônes dont le but est de placer le malade sous la protection du saint. “Lo hemos ofrecido a la Virgen del Puy” (nous l'avons offert à la Vierge du Puy); c'est avec cette expression qu'était formulé le vœu en Améscoa (N). “''Opatuta daukat San Antoniori Urkiolara oiñez joatea''” (J'ai promis à saint Antoine d'aller à pied à son sanctuaire d'Urkiola) dit-on à Zeanuri-B en cas de promesse.
  
En Arrasate (G) ha estado muy arraigada la promesa de peregrinar a pie al Santuario de Aranzazu y, en casos, descalzos desde Oñati pidiendo la salud; se ofrecían limosnas para la celebración de misas ante la Virgen.
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Le vœu est formulé par le propre malade et, plus fréquemment, par un parent très lié à lui. L'intensité de la demande trouvait son expression dans la façon d'effectuer le pèlerinage au sanctuaire : à pied, déchaussé ou à genoux.
  
En Oñati (G) siguen practicando la costumbre de subir a Aranzazu para implorar la salud; lo hacen a lo largo de todo el año a pie o en automóvil, si bien crece el número de los peregrinos durante el novenario que antecede a su festividad, el 9 de septiembre.
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Les offrandes les plus communes étaient traditionnellement de l'huile pour la lampe votive, des cierges, des bougies et des fleurs pour les placer devant la statue sacrée, des pièces de monnaie à déposer dans le tronc et la commande de célébrer des messes dans le sanctuaire pour une somme donnée.
  
Anotan en Elosua (G) que la obligación de acudir a un santuario, generalmente Urkiola o Aranzazu, para cumplir una promesa por razón de enfermedad recae sobre la casa del enfermo y puede satisfacerla cualquiera de sus miembros.
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Si la guérison était obtenue, on remettait un témoignage en reconnaissance que le vœu avait été entendu et que la santé était revenue ; cet objet était l'ex-voto. Nombre de sanctuaires et de chapelles qui sont mentionnés plus bas ont conservé jusque dans les années soixante-dix du siècle dernier une chapelle ou un espace de l'église destiné à y déposer les ex-votos, de type béquilles, appareils orthopédiques, prothèses, vases ou inscriptions en marbre ou messages encadrés qui expriment le remerciement au saint pour la santé retrouvée.
  
En Telleriarte (G) para obtener la curación de una enfermedad grave se hacía la promesa a la Virgen de Aranzazu; se asiste a misa en su santuario y se ofrenda una limosna. También se han hecho promesas de acudir a los santuarios de Urkiola, de la Virgen de Liernia (Mutiloa) y al de Kizkitza (Itxaso) así como al Santo Cristo de Lezo.
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== La promesse de porter l'habit ==
  
En Beasain (G) existe todavía la costumbre de recurrir a la Virgen y a los santos para pedir la curación; hay quienes cumplen estas promesas subiendo a pie desde Oñati hasta el Santuario de Aranzazu. Cuando la promesa incluye el ofrecimiento de una misa se suele enviar lo antes posible el estipendio para su celebración aprovechando que un familiar visite el santuario.
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Pour demander la guérison d'un parent malade, d'un enfant ou du mari, il a existé autrefois, surtout en ville, la promesse de revêtir un habit religieux pendant un certain temps. Cette promesse se faisait aussi pour que l'enfant attendu “viniera con bien” (arrive bien) ou pour remercier de sa naissance. Si la promesse était formulée par la mère ou la grand-mère, parfois c'était la fille ou la petite-fille bénéficiaire de la faveur qui devait l'accomplir une fois arrivée à majorité. L'habit était pris normalement pour un an et il était rare que la promesse exige de le porter toute la vie. Pendant la période de la promesse, les célibataires qui prenaient l'habit s'abstenaient d'aller au bal.
  
En Bidegoian (G) los lugares más frecuentados por razón de promesa para obtener la curación son los santuarios marianos de Aranzazu y de Kizkitza, San Miguel de Aralar y San Antonio de Urkiola. Es usual subir descalzos desde Oñati al Santuario de Aranzazu; esta costumbre se mantiene y se practica en grupo. Si el enfermo está impedido para cumplir la promesa debido a su mal la puede llevar a cabo otra persona.
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L'habit était un vêtement courant, confectionné généralement par la couturière locale. Il couvrait les jambes et les bras, cachait la poitrine et était dépourvu d'ornement, Il se portait avec une corde ou une ceinture en cuir à la taille. La couleur était celle de l'ordre religieux ou de la confrérie du saint auquel avait été adressée la promesse. Certains habits étaient complétés par l'insigne ou l'image de la Vierge ou du saint correspondant.  
  
En Berastegi (G) las promesas se dirigen a la Virgen de Izaskun en Tolosa y a la de Aranzazu en Oñati. Anotan los informantes que la generalización del automóvil posibilita que las promesas se extiendan hasta el Santuario de Lourdes.
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== Les pèlerinages aux sanctuaires ==
  
Desde Astigarraga (G) acuden en cumplimiento de las promesas al Santuario del Santo Cristo de Lezo así como a los Santuarios del Pilar de Zaragoza y de Lourdes.
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Le recours aux saints en demande de santé a connu diverses phases tout le long du XXe siècle selon ce qu'indiquent nos enquêtes. La coutume de formuler des vœux ou des promesses et de se rendre en pèlerinage à des sanctuaires afin de retrouver la santé est restée fréquente jusque vers le milieu du siècle dernier ; actuellement ce sont les plus âgés qui y ont recours (Beasain-G; Murchante-N).
  
En Hondarribia (G) se acude en petición de salud a la Virgen de Guadalupe cuyo santuario está en la ladera del vecino monte Jaizkibel. La promesa consiste en subir andando hasta el santuario; recorrer un determinado tramo de rodillas, encargar la celebración de misas y rezar el santo rosario. También se acude al Cristo de Lezo.
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Les informateurs de Mendiola (A) relèvent pour leur part que la hausse de célébrité de grands sanctuaires comme Lourdes en France ou Fátima au Portugal s'est faite au détriment d'autres lieux de pèlerinage plus proches comme San Víctor de Gauna (A), San Antolín de Urbina (A) ou San Antonio de Urkiola (B) qui sont de moins en moins visités.
  
En el País Vasco continental los santuarios locales más frecuentados para obtener la salud han sido el de la Maidalena de Atherratze (Z) y Notre Dame de Arantza en Ainhoa (L). También se ha acudido desde pueblos de Lapurdi al Santo Cristo de Lezo (G) y en general al santuario de Notre Dame de Lourdes en Bigorre.
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Cette tendance est également pointée par d'autres informateurs. À Eugi (N), ils accomplissent les promesses faites pour la guérison d'un malade en montant à pied à Orreaga (Roncevaux), soit un trajet de trois heures et demi, ou alors en allant à la chapelle du Santo Cristo de Burdindogi dans le village proche d'Iragi (N). À Aoiz (N), la coutume de monter à pied à Roncevaux ou d'aller au sanctuaire de Javier en suivant le cours de l'Irati reste en vigueur. Dans les deux localités, ils disent que ces derniers temps certains vont en pèlerinage au sanctuaire de Lourdes.
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=== [[Ermitas_y_santuarios_frecuentados_en_casos_de_enfermedad|Ermitas y santuarios frecuentados en casos de enfermedad]] ===
 
=== [[Enfermedades_de_la_primera_edad|Enfermedades de la primera edad]] ===
 
=== [[Enfermedades_de_adultos|Enfermedades de adultos]] ===
 
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{{DISPLAYTITLE: XXIV. SALUD Y RELIGIÓN POPULAR}} {{#bookTitle: Medicina Popular en Vasconia | Medicina_popular_en_vasconia}}
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Revisión actual del 10:42 16 jul 2019

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La santé a toujours été le bien le plus apprécié de la vie ; en revanche, la maladie nous empêche d'en profiter ou menace notre survie. Les croyances religieuses chrétiennes soutiennent et professent que Dieu est à l'origine de la vie et que, en conséquence, de son dessein dépendent la préservation de la santé et la guérison des maladies. Les pratiques religieuses, les prières, les promesses et les pèlerinages que font les malades pour que la maladie guérisse et pour retrouver la santé se fondent sur cette conviction.

Les vœux et les promesses

Se rendre auprès d'un saint ou d'une sainte “spécialiste” de la guérison d'une maladie corporelle donnée ou alors participer à un pèlerinage à un sanctuaire, présidé généralement par la Vierge Marie, pour retrouver la santé était une pratique très enracinée dans le catholicisme populaire.

Pour demander l'intercession du ciel en cas de maladie ou de danger, on recourait traditionnellement aux vœux ou promesses. Cette promesse entraîne toujours deux actions : une coûteuse, comme se rendre au sanctuaire ou à la chapelle où est vénérée la Vierge ou le saint invoqué, et une autre consistant en une offrande, oparia[1], de lumières ou d'aumônes dont le but est de placer le malade sous la protection du saint. “Lo hemos ofrecido a la Virgen del Puy” (nous l'avons offert à la Vierge du Puy); c'est avec cette expression qu'était formulé le vœu en Améscoa (N). “Opatuta daukat San Antoniori Urkiolara oiñez joatea” (J'ai promis à saint Antoine d'aller à pied à son sanctuaire d'Urkiola) dit-on à Zeanuri-B en cas de promesse.

Le vœu est formulé par le propre malade et, plus fréquemment, par un parent très lié à lui. L'intensité de la demande trouvait son expression dans la façon d'effectuer le pèlerinage au sanctuaire : à pied, déchaussé ou à genoux.

Les offrandes les plus communes étaient traditionnellement de l'huile pour la lampe votive, des cierges, des bougies et des fleurs pour les placer devant la statue sacrée, des pièces de monnaie à déposer dans le tronc et la commande de célébrer des messes dans le sanctuaire pour une somme donnée.

Si la guérison était obtenue, on remettait un témoignage en reconnaissance que le vœu avait été entendu et que la santé était revenue ; cet objet était l'ex-voto. Nombre de sanctuaires et de chapelles qui sont mentionnés plus bas ont conservé jusque dans les années soixante-dix du siècle dernier une chapelle ou un espace de l'église destiné à y déposer les ex-votos, de type béquilles, appareils orthopédiques, prothèses, vases ou inscriptions en marbre ou messages encadrés qui expriment le remerciement au saint pour la santé retrouvée.

La promesse de porter l'habit

Pour demander la guérison d'un parent malade, d'un enfant ou du mari, il a existé autrefois, surtout en ville, la promesse de revêtir un habit religieux pendant un certain temps. Cette promesse se faisait aussi pour que l'enfant attendu “viniera con bien” (arrive bien) ou pour remercier de sa naissance. Si la promesse était formulée par la mère ou la grand-mère, parfois c'était la fille ou la petite-fille bénéficiaire de la faveur qui devait l'accomplir une fois arrivée à majorité. L'habit était pris normalement pour un an et il était rare que la promesse exige de le porter toute la vie. Pendant la période de la promesse, les célibataires qui prenaient l'habit s'abstenaient d'aller au bal.

L'habit était un vêtement courant, confectionné généralement par la couturière locale. Il couvrait les jambes et les bras, cachait la poitrine et était dépourvu d'ornement, Il se portait avec une corde ou une ceinture en cuir à la taille. La couleur était celle de l'ordre religieux ou de la confrérie du saint auquel avait été adressée la promesse. Certains habits étaient complétés par l'insigne ou l'image de la Vierge ou du saint correspondant.

Les pèlerinages aux sanctuaires

Le recours aux saints en demande de santé a connu diverses phases tout le long du XXe siècle selon ce qu'indiquent nos enquêtes. La coutume de formuler des vœux ou des promesses et de se rendre en pèlerinage à des sanctuaires afin de retrouver la santé est restée fréquente jusque vers le milieu du siècle dernier ; actuellement ce sont les plus âgés qui y ont recours (Beasain-G; Murchante-N).

Les informateurs de Mendiola (A) relèvent pour leur part que la hausse de célébrité de grands sanctuaires comme Lourdes en France ou Fátima au Portugal s'est faite au détriment d'autres lieux de pèlerinage plus proches comme San Víctor de Gauna (A), San Antolín de Urbina (A) ou San Antonio de Urkiola (B) qui sont de moins en moins visités.

Cette tendance est également pointée par d'autres informateurs. À Eugi (N), ils accomplissent les promesses faites pour la guérison d'un malade en montant à pied à Orreaga (Roncevaux), soit un trajet de trois heures et demi, ou alors en allant à la chapelle du Santo Cristo de Burdindogi dans le village proche d'Iragi (N). À Aoiz (N), la coutume de monter à pied à Roncevaux ou d'aller au sanctuaire de Javier en suivant le cours de l'Irati reste en vigueur. Dans les deux localités, ils disent que ces derniers temps certains vont en pèlerinage au sanctuaire de Lourdes.


  1. Mot oparia in José Miguel de BARANDIARAN. Diccionario Ilustrado de Mitología Vasca. Obras Completas. Tome I. Bilbao : La Gran Enciclopedia Vasca, 1972.