Banquetes en los ritos de pasaje

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los rituales que marcan las transiciones en las sucesivas etapas de la vida, o el ingreso en una nueva categoría de edad, conllevan celebraciones que trascienden el propio grupo doméstico.

La costumbre de realizar banquetes vinculados a estos ritos de paso data de antiguo. A lo largo del tiempo, las autoridades tanto civiles como eclesiásticas dictaminaron normas para cortar los dispendios y abusos a que se prestaban tales actos.

A modo de ejemplo señalaremos que según Arin Dorronsoro:

Las Constituciones Sinodales de Pamplona del año 1590, para evitar esos abusos en «comidas de misas nuevas desposorios, bodas, bautizos, velos y entráticas de monjas o profesiones de frailes y en aniversarios mortuorios y meceras» ordenaron, bajo pena de excomunión, que sólo se permita asistir a las comidas de misa nueva a parientes hasta el cuarto grado y 8 clérigos, 12 sirvientes y los tamborileros y juglares. En los bautizos, desposorios y bodas pueden comer los padrinos y los parientes.
Asimismo las Ordenanzas del Fuero de Guipúzcoa (Título XXVII) el año 1643 autorizan la asistencia a misas nuevas de los parientes hasta el tercer grado. En las honras y cabos de año y los días tercero y noveno, no se dará de comer en casa del difunto más que a parientes hasta el tercer grado.
En las bodas se podrá invitar a parientes hasta el tercer grado y en los bautizos a los padrinos y otras seis personas[1].


 
  1. ARIN DORRONSORO, Juan de. «La labranza y otras labores complementarias en Ataun», in Anuario de Eusko Folklore, XVII. San Sebastián, 1957-1960, p. 85.