Modificaciones en la dieta cotidiana

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El régimen alimenticio que componía la dieta diaria, en consonancia con las alteraciones que se han producido en los modos de vida, ha experimentado una notable transformación con la generalización de nuevos alimentos y la regresión de otros.

En este orden de cosas hay que señalar el mayor consumo de verduras, en detrimento de la primacía que antaño tenían las legumbres.

A primeros de siglo las únicas verduras de consumo ordinario en la zona atlántica eran la berza y en menor medida el puerro. Actualmente la variedad de verduras cultivadas en huertos domésticos e invernaderos y que se consumen es muy amplia.

Mercado moderno. Gernika (B), 1988. Fuente:

La patata ha ido extendiéndose gradualmente al área atlántica. En sus comarcas rurales, a primeros de siglo, este tubérculo era casi desconocido siendo actualmente un alimento básico. Paralelamente ha ido remitiendo hasta su desaparición la castaña, que antaño era alimento cotidiano en la época invernal.

También se ha generalizado en las últimas décadas el consumo de arroz y de diversos tipos de pasta.

El pan que en sus diversas modalidades constituyó un alimento primordial durante la primera mitad del siglo ha perdido en gran medida aquel protagonismo, y el pan de maíz, artoa, ha caído en el olvido.

En cuanto al modo de condimentación se ha generalizado el uso del aceite de oliva y posteriormente el de otros aceites vegetales. Ha desaparecido prácticamente la utilización de las grasas de cerdo y de sebos, que antes, sobre todo en la Vasconia húmeda, era el modo exclusivo de condimentar.

La comercialización de los productos congelados repercutió primeramente en un mayor consumo de pescado, sobre todo de la merluza, al que han seguido otros productos también congelados como verduras y carnes.

Tienda de comestibles. 1987. Fuente: José Ignacio García Muñoz, Grupos Etniker Euskalerria.

Tradicionalmente sólo se contaba con la fruta propia del tiempo, pero las nuevas técnicas de maduración y conservación junto a la expansión del comercio permiten obviar aquella estacionalidad. En consecuencia se dispone de frutas de las más diversas variedades en cualquier época del año.

Con la leche ha ocurrido algo similar, viéndose favorecida por su actual sistema de comercialización. Este producto se ofrece en una amplia gama de calidades y cualidades; a ello hay que añadir la creciente y variada oferta de sus derivados como yogures, batidos, etc.

Es de destacar el gran incremento que ha experimentado el consumo de vino que, de bebida festiva, ha pasado a ser ordinaria. Lo mismo puede decirse de los licores de alta graduación, que se han generalizado como complemento de las comidas extraordinarias juntamente con el café.