Encendedores

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los elementos más antiguos para encender la pipa o el cigarrillo fueron la piedra de pedernal, su(h)arri (Arráyoz-N, Andraka-Lemoniz, Zeanuri-B, Dohozti-Ip), txisparri (Andraka-Lemóniz-B, Dohozti-Ip); una pieza de acero llamada eslabón, surdoki (Arráyoz-N), erlaboi o burriñetxo (Zeanuri-B), eslaboi (Andraka-Lemoniz-B); y la yesca, i(g)eska (Zeanuri, Abadiano-B) o kardo (Arráyoz-N).

La piedra de pedernal se obtenía en determinados lugares del monte. El eslabón era una plaquita de hierro acerado de forma arqueada, con dos agujeros en medio por donde se introducían los dedos índice y corazón de la mano derecha.

La yesca se obtenía a partir de un hongo que crecía adherido al tronco de los árboles. El más estimado era el que se encontraba en hayas. Una vez arrancado del tronco se procedía a su preparación. Primeramente se cocía en agua, luego se secaba en el horno o junto al fogón y por último se golpeaba con una porra (Zeanuri-B). Otra variante muy similar era cocer el hongo en el horno y después extraerle la miga que tiene dentro, que es muy blanda, siendo ésta la que se empleaba (Arráyoz-N).

Para encender, se cogía el eslabón con una mano y con la otra se sostenía la yesca junto al pedernal. Al golpear la piedra con el hierro, saltaban las chispas que prendían la yesca. El trocito de yesca se ponía sobre el tabaco de la pipa y chupando se comenzaba a fumar.

Cuando no se disponía de un eslabón apropiado se utilizaba un trozo de hierro: lima o similar.

La yesca también fue sustituida por distintos materiales: una mecha que podía estar hecha con un pedazo de trapo viejo (Andraka Lemóniz-B) o con tiras de lana (Viana-N), un trozo de yesca de hilo que formaba un cordón (Portugalete-B), una simple mecha que se colocaba sobre el pedernal (Artajona-N), y a veces una mecha que iba metida en un tubito metálico como en los mecheros. Se sacaba la mecha del tubo y tras hacer saltar la chispa cogía fuego y se encendía el cigarro. Después se metía la mecha de nuevo en el tubo y se tapaba con una especie de botoncito para que no se desprendiese el trozo de mecha quemada, que era lo que cogía fuego (Galdames-B).

Con posterioridad se comenzó a utilizar el mechero de mecha conocido como chisquero o txiskero y en algunos puntos de Navarra y Alava también como jodevientos, por considerar que funcionaba mejor cuando había aire ya que avivaba la mecha encendida. En Portugalete (B) se conocía popularmente como contra viento y marea. Este encendedor constaba de una mecha larga introducida en un tubo metálico y una ruedecita dentada que al rozar con una pequeña piedra de pedernal que también llevaba incorporada, hacía saltar la chispa que prendía la mecha. Para encender el cigarrillo, una vez liado y puesto en los labios, se sacaba el chisquero, se extraía un poco de mecha del tubo, y se daba un golpe seco en la ruedecita con la palma de la mano. Se soplaba la mecha parcialmente encendida, y, aplicándola a la punta del cigarrillo, se succionaba varias veces consecutivas.

Para apagar la mecha se ocultaba en el tubo y se tapaba el extremo con el dedo durante un instante. Sin embargo este procedimiento era poco seguro ya que con frecuencia se guardaba mal apagado y se prendía la ropa. Para obviar este problema, algunos hombres tenían la precaución de ponerle en el extremo superior, asido con un pequeño gancho, un botoncito redondo para garantizar su apagado total. Luego se envolvía el resto de la mecha sobre el propio chisquero, y se guardaba en el bolsillo.

Con posterioridad se emplearon los mecheros de gasolina que a su vez han sido sustituidos por los de gas butano. Ambos siguen utilizando piedra para provocar la chispa.

Las cerillas, mistos, fósforos, posporoak (Zeanuri-B), poxpoluak (Aramaio-A), se han conocido y utilizado desde muy antiguo.

Cuando el fumador se encontraba en la cocina junto al fuego bajo también utilizaba brasas o tizones, ilintia, para encender cigarrillos.