Cultivo del champiñón
El cultivo de setas, en concreto del champiñón, ha estado muy localizado y en general, ligado al aprovechamiento de las bodegas en las áreas productoras de vino, cuando aquéllas quedaban vacías por abandono de la producción. Su cultivo se intentó en varias zonas y cuando los resultados fueron buenos se conoció una época de esplendor por sus óptimos rendimientos económicos. Al final se abandonó por problemas de rentabilidad, quedando su cultivo en manos de unas pocas personas o industrias especializadas que lo siguen explotando en la actualidad.
En Viana (N), a partir de los cincuenta, comenzó a criarse el champiñón con magníficos resultados en bastantes bodegas en las que ya no se almacenaba vino. Después de unos años de auge y debido al parecer a la competencia, se dejó esta producción doméstica y surgieron las empresas especializadas. Actualmente hay tres fábricas en la localidad, situadas fuera del casco urbano, que producen champiñón y otras setas en grandes cantidades.
En Obanos (N), aproximadamente desde 1955 se empezó a introducir en el pueblo el cultivo de champiñones en bajeras y bodegas de muchas casas. Esta producción daba importantes beneficios lo que hizo que se difundiera rápidamente acabando por incidir en la alimentación. Los ejemplares grandes o demasiado abiertos no se cotizaban bien y se consumían en casa. El exceso de producción hizo que bajara el precio y dejó de ser rentable. En la actualidad hay dos familias que se dedican industrialmente a la producción, empaquetado y venta de champiñón y otras setas de criadero.
En Lodosa (N) también ha sido tradicional el cultivo de champiñones en las muchas bodegas que hay en el pueblo.
Dejando Navarra, y ya en Álava, en concreto en Apodaca, hace unos veinte años se sembró el champiñón en una cuadra y en varias cuevas durante cuatro años. En Moreda aún se cultiva en las bodegas aprovechando el abono del ganado caballar.