Variedades recogidas
El caracol común o de huerta, ha sido sin duda el de consumo más habitual y en la mayoría de las localidades el único que se ha recogido. Sin embargo, en algunos municipios, sobre todo navarros, se han consumido varias especies de caracoles:
Así, en Sangüesa (N) diferencian entre uno gordo, marrón oscuro, que es el más abundante y prefiere terrenos de regadío, y otro algo más claro y más chato, pero más fino, que aparece igualmente en terrenos de regadío y secano.
En Viana (N), tienen por machos a los de una especie y por hembras a los de otra. Los machos son de mayor tamaño y más bastos, y las hembras de menos carne pero más fina. Ambos se crian
juntos en terrenos de huerta y en zonas de regadío, incluso en laderas de hollagas y olivares. Se recoge además otro caracol mucho más pequeño, de colores claros y carne muy fina, llamado cirigziella, pero es de escaso consumo por tratar-
se de una especie rara en la localidad. Por último, también se come la caracola grande que se cría abundantemente a la orilla de la alfalfa y en matas espinosas.
En Monreal (N) se cogen dos especies: los navarricos, pequeños, sabrosos y muy codiciados,
y los ordinarios.
En Lezaun (N) diferencian entre los negros, que son los de huerta; los de bojal, que hoy se les dice navarricos por influencia de Pamplona; y los judíos, rayados y más agrios, que salen entre brezo. A estos también se les llama navarricos.
En San Román de San Millán (A), a los más pequeños y de color claro les llaman caraquillas y son popularmente considerados como hembras.
En euskera el caracol recibe las denominaciones de barrazkilo en Abadiano (B) y en Goizueta
(N), barekarakoil en Uhart-Mixe (Ip), ka(r)akol
(Begoña-Bilbao, Zeanuri, Ajangiz-B, GoizuetaN), karakoil en Masparraute (Ip).