El combustible
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Los hombres eran los encargados de ir al monte a hacer leña para utilizarla como combustible, labaerrekin (Zeanuri-B).
En este último pueblo se empleaban como combustible las ramas menudas de las hayas que podaban, iñusi, los carboneros, iketzginek, cuando se dedicaban a hacer carbón vegetal. A la operación de ir al monte a acarrear esta leña se le conocía como errekinetan yoan. Hace cincuenta años, una carretada, burkada, de ramaje se podía comprar por cinco pesetas. Quien deseara contar con este combustible debía hacer el haz, kargilla, que era un brazal, besokada, de ramas, atado con mimbre, mimena. En cada hornada se consumían un par de haces, karguille pare bat.
La experiencia enseñaba a calcular la cantidad de combustible adecuada para que al quemarlo la bóveda del horno adquiriese el color blanquecino necesario para la correcta cocción del pan.
El proceso de calentamiento del horno se iniciaba con la combustión de un material que prendiese fácilmente, generalmente árgomas o ramas delgadas, abarrak, para a continuación añadir la leña.
Se detallan a continuación algunas formas de calentar el horno:
Zeanuri (B). Una vez que se prendía en la boca del horno un pequeño fuego hecho con puntas de rama, abar meeak, se agregaba una carga de combustible. Preferían que éste fuese ligero, ordinariamente ramas delgadas, a fin de lograr un fuego rápido, de mucha llama y poca brasa.
Lezama (B). Iniciaban el fuego con árgoma y depués añadían poco a poco la leña que solía ser de roble, castaño, nogal y más recientemente de pino.
Carranza (B). Se introducían en el horno uno o dos haces, coloños, de árgumas muy secas o también de monchinos (brezo). Para darles fuego se utilizaba un manojo de paja o chirlora (viruta de madera). Cuando se extendían las llamas se añadían astillas de rebolla (roble) de alrededor de un metro de largo. En las zonas donde había encinares se empleaba esta madera.
Elosua-Bergara (G). Se colocaban haces de trigo, lazta-asana, ramitas, zotzak, y ramas de haya, pagoadarrak, en el centro del horno, también cuatro maderas de haya de una longitud en torno a un metro, bringak, y después más maderos hasta unos treinta aproximadamente.
Obanos (N). Iniciaban el fuego con ollagas o ilagas, chaparros y abarras. Después añadían leñas grandes para terminar de calentar bien el horno.
Las materias vegetales empleadas como combustible en el horno han sido las procedentes de los árboles y arbustos que habitualmente crecen en el entorno de la casa. Se detallan a continuación:
Arboles
Roble : aitz en Ezkio (G); aretx en Ajangiz (B); agetx en Aramaio (A); aritz en Abadiano (B). Se aprovechaban las ramas y la leña. Se cita su uso en Galdames, Carranza, Alzusta-Zeanuri; Lezama, Ajangiz (B), Beasain, Mondragón, Ezkio (G), Aramaio, Gamboa, Narvaja (A).
Encina : arte (común). En Galdames, Carranza y Plentzia (B) (en esta última localidad era la madera preferida porque se tenía la convicción de que proporcionaba mucho calor), Ezkio (donde también se consideraba la mejor) y Mondragón (G), Aramaio, Apodaca (barda de encina), Amurrio (A), Aoiz, Lezaun, y Sangüesa (N). En Lodosa, Obanos, Artajona, Sangüesa (N) y San Román de San Millán (A) se ha utilizado el chaparro (encina baja).
Haya : pago (Ezkio-G, Abadiano-B); bago (Mezkiritz-N). Se empleaban ramas y leña. De esta clase de madera se dice que ofrecía la ventaja de desprender menos humo que otras (Aria-N). En Bernedo (A), donde también se servían de ella, no aprovechaban la de roble porque proporcionaba calor en exceso y quemaba el pan. Utilizada en Zeanuri (B), Beasain, Mondragon, Ezkio, Orexa (G), Gamboa, Aramaio, Bernedo, Amurrio, Agurain (A), Monreal, Lezaun, Aria, Mezkiritz (donde era la más requerida), y Améscoa Baja (N).
Borto. Se trata del madroño. Se valieron de él en Barakaldo, San Miguel de Basauri, Galdames (B) y Apodaca (A).
Castaño. En Galdames, Lezama y Ajangiz (B). Los de Goizueta (N), consideraban que se debía destinar a este fin leña que produjese buena llama pero que fuese limpia, por lo que se servían preferentemente del roble y del haya ya que según afirmaban el castaño ensuciaba el horno.
Pino: pinu (Abadiano-B). El empleo de este tipo de madera como combustible es reciente (Amorebieta, Zeanuri-B). Se ha aprovechado su leña y sus ramas. Se cita en Amorebieta, Lezama, Zeanuri (B), Artziniega (A) e Izal (N).
Olivo. Se ha utilizado la leña de la poda de los olivos (Sangüesa-N); oliveñas de olivo (Viana-N); olivastros (Allo-N); ramas de olivastro (San Mar-tín de Unx-N).
Abeto. Leña de ramas de abeto en Urzainki (N).
Arbustos
Argoma. Recibe múltiples nombres: ota (Abadiano, Zeanuri, Amorebieta Etxano, Ajangiz-B, Zerain-G); otaratz (Begoña-Bilbao-B); labarota (Andraka-Lemoniz-B); árguma (Carranza-B); hollaga/ollaga (Monreal, Viana, Obanos, Allo-N); ilaga (también en Obanos y en San Martín de Unx-N); olaga (Lodosa-N); aliaga (Sangüesa-N); aliaga (Artajona-N). La árgoma se tenía por uno de los mejores combustibles, porque proporciona mucha llama y calor con prontitud. Se utilizó en San Miguel de Basauri, Carranza, Zeanuri, Ajangiz, Begoña-Bilbao, Galdames, Trapagaran, Amorebieta-Etxano, Andraka-Lemoniz (B), Zerain (G), Monreal, Viana, Obanos, Allo, Lodosa, Sangüesa, San Martín de Unx y Artajona (N).
Brezo. (G)iñer (Amorebieta-Etxano, Orozko-B); iñarraki (San Miguel de Basauri-B); berezo (Galdames, Carranza-B); escobones (Artajona-N). Su aprovechamiento se cita en Amorebieta-Etxano, Galdames, Carranza, Trapagaran, San Miguel de Basauri, Abadiano, Ajangiz, Orozko (B), y Artajona (N).
Enebro. Llamado giniebro en Améscoa Baja (N). En Artziniega (A) se dice que utilizaban enebras.
Boj. En Aoiz y Mezkiritz (N).
Sarmientos. En Lodosa, Artajona, Allo (N); xarmendu en Ispoure (Ip); cepas viejas en Sangüesa (N) y gavijones de sarmientos en Viana (N).
Espino. En Narvaja y Gamboa (A). En Gamboa se valían de él excepcionalmente y a este propósito se decía: «El pan que cueces con espino, no lo des al vecino», ya que el pan cocido con esta clase de leña era muy apreciado por su calidad.
Otros arbustos aplicados a este menester han sido: el sisallo[1] y el romero en Mélida (N); el espliego, el arto[2], los artascos, los alzurrones y las untinas[3] en Artajona (N) y escobiles en Viana (N).
En definitiva, se han aprovechado gran cantidad de variedades de materias vegetales para calentar el horno, gama que, tomo en el caso de Viana (N), queda reflejada en la utilización de arbustos de todas las clases y restos de la poda de árboles.
En cuanto a la dimensión del material empleado, ha oscilado desde astillas o pequeñas ramas de árboles o arbustos, hasta ramas gruesas o leña cortada en tramos de diferente longitud.
También se han empleado astillas u otros desperdicios adquiridos en serrerías (Sangüesa-N).
En algunos caseríos de Artziniega (A) se empleó carbón vegetal, pues había gente que lo sabía hacer en las carboneras, pero no fue el caso más común. También en Ajangiz (B) lo emplearon para hacer la brasa al igual que en Lodosa (N).
- ↑ José María IRIBARREN, Vocabulario Navarro. Pamplona, 1984, p. 487, establece el significado de este término como «Planta esteparia, denominada Salsola vermiculata, que abunda mucho en la Bardena».
- ↑ En la obra citada, José María IRIBARREN, Vocabulario Navarro. Pamplona, 1984, p. 64, se define arto como «Endrino silvestre, arañonero».
- ↑ En la p. 532 de la misma obra, José María IRIBARREN, Vocabulario Navarro. Pamplona, 1984: «Nombre vulgar de la ontina en sus variedades llamadas Artemisia aragonensis y Artemisia herba alba».