Carnavales. Ihauteriak
El Carnaval propiamente dicho comprende el Domingo de Carnaval y los dos días siguientes, Lunes y Martes anteriores al Miércoles de Ceniza. Arriba se han descrito ciertas anticipaciones a estos días como el Basaratoste y el Jueves de Lardero protagonizados sobre todo por los niños. En cambio eran los jóvenes los que efectuaban las cuestaciones del Domingo y Martes de Carnaval y se celebraban cenas con las viandas recogidas.
En Eugui (N) hasta la década de los anos treinta, durante estas fiestas de Carnaval se preparaba arroz con leche de burra. Los mozos la recogían por las casas del pueblo y las mayordomas se encargaban de prepararlo. Luego los vecinos lo tomaban en la plaza, cada uno con la cuchara que había portado.
También en esta misma localidad niños y jóvenes pedían por las casas cantando:
- «Ihaute koskote
- txerri txarra hil dute
- txingerra pixke eman digute».
- Carnaval koskote
- han matado el cerdo pequeño
- nos han dado un poquito de tocino.
Las costumbres carnavalescas cayeron en desuso en Eugui en la década de los anos cuarenta. A partir de 1985 se han recuperado tras varios años de olvido. Actualmente, los jóvenes acompañados de acordeón recorren la población pidiendo tocino, longanizas, huevos y dinero, con lo que organizan una merienda en la posada del pueblo.
En Arráyoz (N) los jóvenes celebraban el Carnaval hasta el año 1936. Previa una cuestación de alimentos por las casas, ellos mismos cocinaban en la posada o en cualquier otro lugar del que pudieran hacer uso. Los alimentos que recogían eran siempre derivados de cerdo, amén de huevos y queso. También solicitaban dinero.
Durante la cuestación era número obligado el que, en la casa donde residía alguna muchacha casadera ésta obsequiase a los chicos con piper-opil.
Actualmente se siguen celebrando los carnavales y sus cuestaciones, pero la costumbre del piper-opil ha desaparecido. Las comidas y cenas de los mozos se preparan en restaurantes o posadas. En la cuestación actual solamente se recoge dinero y no alimentos como antaño.
En Aria (N) en la década de los años treinta, en las fiestas de Carnaval, Igautriak, los mozos disfrazados subían de uno en uno a las casas a pedir huevos. Mientras tanto otro mozo disfrazado, zarratrako o muzizarko beztituz, pasaba por el gallinero a comprobar si quedaba algún huevo para robarlo. A los mozos que no iban disfrazados se les daba tocino, longanizas, etc. Con lo recogido preparaban meriendas hasta agotar los víveres. En ellas sólo participaban chicos y tenían lugar en casa del mayordomo, prigorea, o encargado de organizar la fiesta. Actualmente se celebra una cena en el comedor del pueblo y pueden participar en ella cuantos deseen.
En Allo (N) el sábado previo al Carnaval, las mujeres se afanaban en preparar las ensarinadas o ensaimadas, tortas de pan, típicas de estos días. Las había de tres clases: de manteca, de chinchurras y de aceite. El Domingo de Carnaval, hasta la década de los años sesenta fue costumbre recorrer el pueblo postulando. Salían los mozos en grupos, revestidos y precedidos de música. Cada cuadrilla iba provista de una gran cesta en la que ponían las ensarinadas y huevos que recogían. Así mismo iban provistos de un palo en el que colgaban las longanizas y chorizos. Visitaban las casas de las mozas que frecuentaban el baile y a éstas no les quedaba más remedio que ofrecerles algún presente. Con todo lo recogido preparaban una gran merienda. El martes al atardecer se disfrazaba la juventud.
En Izurdiaga (N) las cuestaciones de Carnaval las realizaban los quintos o mozos que debían prestar al año siguiente el servicio militar. Recorrían todas las casas del pueblo, llamando a sus puertas. Cuando respondían desde dentro, aquéllos les increpaban: «María, jateko urdai pizket» (María, (danos) un poco de tocino para comer). El ama de casa les obsequiaba con un presente: chorizo, huevos, jamón, tocino y pan. Con todo lo recogido se daban una merienda.
En Aoiz (N) a partir de 1985 se ha intentado recuperar la costumbre de festejar el Carnaval. Se disfrazan y los jóvenes piden por las casas, huevos y txistorra (longaniza). Luego en los locales de la sociedad cultural se guisa y se come todo lo recogido.
En Viana (N), durante los Carnavales, el domingo llamado de Piñata, es costumbre que salga la murga, cuadrilla de jóvenes que disfrazados recorren la ciudad cantando letrillas satíricas relacionadas con sucesos locales. El almuerzo de los componentes consiste invariablemente en huevos fritos con chorizo. Antes en las colectas por las casas les facilitaban sobadillas y chorizo; hoy se les entrega dinero en metálico.
En Bernedo (A) y otros pueblos de su comarca, los mozos celebraban o bien la festividad de Santa Agueda o ésta de Carnaval. En ambos casos postulaban por las casas recogiendo pimientos, huevos, chorizos, etc. Los mozos de los pueblos que celebraban con más entusiasmo la fiesta compraban un carnero «a escote» y se lo comían entre ellos. En otros casos, preparaban un guiso de patas y orejas de cerdo.
En Ispoure (Ip) por Carnaval, Ihautiriko, cinco o seis hombres jóvenes desfilaban con varios músicos del pueblo por las casas el sábado anterior al Domingo Gordo. Este día tenía lugar la cuestación por todas las viviendas. Los jóvenes no iban disfrazados, pero vestían xamarra negra. Las morcillas, salchichas, huevos, jamón y vino recogidos lo colocaban en cestas portadas por dos asnos. Con estos alimentos preparaban la cena, esa misma noche, en una taberna.
En Urepel (Ip) en fiestas de Carnaval, Iñaute, los mozos que fueran los mejores bailarines del pueblo marchaban en cuadrillas a efectuar la cuestación por las casas de la localidad. Pedían arroltza eta xingar (huevos y carne magra). Uno de ellos llevaba una cesta para huevos, otro un gerren o asador de hierro para carne. Con lo que recogían realizaban una cena en la noche del Martes de Carnaval, Atheihaute Atsian.
En Zerain (G), los jóvenes organizados en cuadrilla y especialmente vestidos para la ocasión, mozorro jantzita, se dirigían a los caseríos deteniéndose especialmente allí donde habitaban chicas jóvenes. Al llegar delante de la puerta tocaban música de acordeón, filarmónica o pandero, invitando a participar a los de la casa y en ese mismo lugar bailaban emparejados.
Al término del baile les obsequiaban con huevos y en algunos casos además con chorizo. Al anochecer, con todo lo recogido, celebraban en la taberna una afari-merienda a la que se le denominaba Iñauteriko-afarie.
En Zarauz (G), según una descripción del año 1922, eran los espatadantzaris y los dantzaritxikis los que realizaban la cuestación al tiempo que bailaban sus danzas. El Lunes de Carnaval, Astelen Iñaute o Astelenita, bailaban delante de los caseríos y recogían huevos. El Martes de Carnaval, Astearte-iñaute o Asteartieta, danzaban por las calles. En primer lugar marchaba un joven que portaba en sus manos un palo largo rematado en hierro afilado semejando una espada; del pie del hierro colgaban cintas de mil colores. En ella introducían los panes y chorizos que acopiaban en la cuestación. Se recogían dinero y alimentos. En los conventos era común que les proporcionasen pan y chorizos[1].
En Salcedo (A) los que tomaban parte en la fiesta del Martes de Carnaval eran los jóvenes que pertenecían a la Sociedad de los Mozos. En la década de los años veinte estos hacían una cuestación por las casas tocando guitarras, almireces, cubiertos y cucharas de madera. Ante la puerta de cada casa cantaban para que la dueña bajara con el obsequio. Si se demoraba, dos mozos subían y le insistían hasta obtenerlo. Si lo que les daban era poco, a hurtadillas, mientras los demás cantaban fuera, se introducían en el gallinero para llevarse los huevos que encontraran. Las mujeres solían tener cuidado de retirar ese día los huevos de la puesta antes de la ronda de los mozos.
Los cantos de la postulación iban dirigidos al señor cura, al alcalde o al regidor del barrio. El dedicado a la mujer de la casa decía:
- La patrona de esta casa
- Es una buena mujer,
- Pero mejor lo sería
- Si nos diese de comer[2].