Refacción a la conclusión de la misa
Tradicionalmente, uno de los actos festivos característicos de las fiestas de ermitas y cofradías era y lo es el ágape comunitario que tiene lugar tras la misa. En ninguno de éstos está ausente el vino que, en otros tiempos, tenía un carácter excepcional y festivo. En ocasiones, como se recoge en las diversas encuestas, el reparto de vino iba acompañado de pan y queso, o de la distribución de caldo, chorizo, galletas, etc. Antiguamente las nueces y las castañas eran componentes de este ágape colectivo. Más recientemente, en algunos lugares, se ha introducido la costumbre de obsequiar a los asistentes con caldo, chocolate y galletas.
Algunos Ayuntamientos, Concejos o Cofradías, contribuían con un pellejo de vino cuyo transporte hasta la ermita se realizaba con cierto ritual. El pellejo de vino, za(h)agi, se trasladaba en un carro adornado de ramas a modo de carroza. Para el reparto, en algunos lugares como la ermita de Santa Marina de Urdiain (N), tenían un vaso o taza de plata.