Postulaciones y comidas colectivas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Noche de Santa Agueda

La festividad de Santa Agueda, Santayageda, Santágeda, Agate deuna, es el día 5 de febrero. La costumbre de voltear las campanas de víspera, que aún se mantiene en algunas iglesias, nos sugiere la consideración popular que tuvo en otros tiempos.

Una costumbre ligada a esta fiesta de Santa Agueda ha sido la postulación de alimentos. Antaño, cuadrillas de jóvenes o de niños, recorrían de víspera las casas del vecindario cantando la vida y martirio de la Santa, en coplas y versos al ritmo de golpes de palos o makillak y pidiendo alimentos. Así obtenían chorizos, tocino, huevos, jamón y nueces. Con el fruto de esta cuestación se proporcionaban una merienda o una cena.

En muchos pueblos esta costumbre sigue vigente, si bien ha ido perdiendo gradualmente el carácter de cuestación de alimentos que tenía antaño. Hoy en día «los coros de Santa Agueda» generalmente recogen aportaciones en metálico para fines benéficos.

En Apodaca (A) los mozos que habían participado en la postulación celebraban una comida y una cena especiales el día de Santa Agueda. El Ayuntamiento les proporcionaba una cántara de vino. Si en la postulación habían recogido mucho dinero sacrificaban una oveja para las citadas comidas.

En Moreda (A) este día se conmemora la fiesta de los quintos o mozos que pronto irán a cumplir el servicio militar. Era de su cuenta la ronda y cuestación por las casas. Antaño en este día, el Ayuntamiento delegaba todos los poderes del Concejo en los quintos que asumían los cargos de alcalde y concejales. Para la cuestación vestían capas negras y se acompañaban de la banda de música local.

En Zerain (G) esta cena era denominada Agate-deunaren afarie y en Ataun (G) Sorgin apari (cena de brujas).

En Elosua Bergara (G), en la década de los años cincuenta cuando postulaban cantaban:

Ate onek dun zulua
ba-nuan errezelua;
emenditxetik ikusitzen da
lukainka-aga osua,
Emaizu eman bear buzo,
bestela ezetz esaizu;
ate onduan otzak iltzera
amak ez gaittu bialdu.
Ya sospechaba yo
que esta puerta tiene un agujero;
de aquí mismito se ve,
la vara llena de longanizas.
Da[nos] si tienes que dar,
si no di[nos] que no;
no nos ha enviado la madre
para morirnos de frío ante la puerta.

En su recorrido pedían toda clase de frutos y alimentos. Uno de los mozos portaba en lo alto de un palo la imagen de Santa Agueda de color negro, tallada en madera, y la daba a besar en las casas que colaboraban con alimentos. Por la noche con lo que habían recogido preparaban una cena.

Antiguamente los mozos de Moreda recorrían las calles con un burro bien aparejado. Las mozas acostumbraban, el mismo día, preparar grandes roscas de pan adornadas con anises de diferentes colores. Cuando los mozos pasaban ante la puerta de la vivienda de sus novias, aquellas les arrojaban la rosca de pan desde el balcón a la calle. Cada mozo colgaba en un sitio bien visible del burro la rosca de su prometida[1].

En Cripán (A) en la década de 1930, cuando cada familia elaboraba pan casero, se tenía cuidado, sobre todo en las casas donde había jóvenes casaderas, de hacer el bollo de Santa Agueda, para obsequiar con él a los mozos[2].

En Lagrán (A), el día de Santa Agueda, cada moza presentaba a su prometido el rosco que éste había de depositar al pie del altar en el momento del ofertorio de la misa solemne. Finalizada ésta la Corporación Municipal, que ese día estaba constituida por los mozos del pueblo, cumplimentaba al párroco obsequiándole con el mejor rosco. Después de esta solemne función, aquellas salían con su música a transitar por el pueblo y los dos alguaciles de los mozos recorrían todas las casas para recoger lo que buenamente se les ofrecía: huevos, chorizos, pimientos y demás. Al banquete del mediodía asistían el párroco y el alcalde, para realzar la fiesta.

Entrada la noche se le devolvía la vara de la justicia al alcalde con toda solemnidad dándose por finalizada «la justicia de los mozos». El ayuntamiento les recompensaba con una cántara de vino.

En San Martín de Améscoa (N), este día de Santa Agueda los mozos salían por la noche a pedir por las casas para una merienda. Les daban huevos, tocino y chorizo. Durante la postulación los chicos recorrían las calles iluminándolas con pellejos y botas de vino ardiendo y cantaban:

Santa Agueda es una chica
de lo verde se enamora
por eso te pedimos
un choricito, señora.

Al terminar el recorrido los niños acudían a casa del mayordomo donde tenía lugar la cena. A cada uno le entregaban un huevo y un trago de vino de la bota, después de haberles obligado a bailar una jota.

En Allo (N) este día tenía lugar la fiesta anual de los monaguillos, que quedaban dispensados de acudir a la escuela. Por la mañana después de la misa, los ocho o diez monaguillos recorrían las calles en postulación. Las mujeres antes de darles la colación les hacían cantar:

Santa Agueda, gueda, gueda;
Santa Agueda del portal,
Coge al Niño y vete ajuar (sic)
Hasta que venga San Juan
Y le ponga la corona,
Y lo lleve a bautizar.
Santa Agueda es una niña
Que de verde se enamora;
Y por eso vamos pidiendo:
¡Un choricico, señora!

En una enorme cesta de dos tapas los monaguillos iban metiendo el fruto de la colecta: huevos, chorizos y en bolsa aparte guardaban el dinero. Por la tarde en la casa parroquial les preparaban una merienda con lo obtenido, consistente en tortillas con chorizo y grandes fuentes de natilla con galletas o bizcochos.

También en Murchante (N) celebran una cena el sacristán y los monaguillos el día de Santa Agueda. Hasta hace unos veinte años se llevaba a cabo una cuestación por las casas y con los alimentos obtenidos se preparaban la cena, a la que seguían diversos juegos. Todavía se mantiene la costumbre de pedir por las casas ese día.

Las Marzas

Una postulación de alimentos similar a la de Santa Agueda y también con ciertas características de Carnaval, tiene lugar cuando se cantan las Marzas el día primero del mes de Marzo. Esta costumbre está circunscrita actualmente al Valle de Carranza y a la Villa de Lanestosa (B), pero antaño se cantaban también en el valle de Arcentales (B). Todos estos municipios están en el extremo occidental de Bizkaia, en el límite con Cantabria.

Ese día los niños y los mozos salen a postular en cuadrillas, portando una cesta o serón donde van guardando lo que les dan en cada casa y una bolsa de tela para el dinero.

Uno de los marceros lleva un ramo de acebo o zarramasco adornado con rosetas y tiras de papel de colores y cencerros, de cuatro a ocho, atados a la cintura. Antaño la vestimenta del portador difería de la del resto de la cuadrilla por lucir colocados tanto en su parte trasera como delantera pieles de oveja. Por lo general estas eran las melenas que se colocaban sobre el yugo a las yuntas de bueyes.

En otro tiempo recogían huevos, chorizos, castañas, torreznos y otras viandas con las que celebraban una comida esa misma noche o el sábado o el domingo siguiente. Actualmente, lo normal es que la colecta sea en metálico.

El que se encargaba del acopio de los alimentos soportaba a su espalda un cuévano o cesto, a modo de mochila, que es típico de la zona montañesa de El Pas.

Una de las canciones de esta postulación reza así:

Marzo florido
será bien venido, (bis)
florecido Marzo,
será bien llegado. (bis)
A esta casa honrada
señores llegamos,
si nos dan licencia
las Marzas cantamos.
O las cantaremos
o las rezaremos,
mas con su licencia
cantarlas queremos (bis)
Por aquel bujero
relumbra un candil (bis)
chorizos y huevos
nos van a partir (bis).
Si nos dan chorizos,
no nos los den chizos (bis)
si nos dan huevos
no nos los den güeros (bis)
si nos dan castañas,
no nos las den garrias (bis).

Si daban:

«Esta casa sí que es casa,
éstas sí que son paredes,
aquí está el oro y la plata,
y la flor de las mujeres (bis).
Dios le dé mucha salud,
a la ama de esta posada (bis)
que «pa» dar limosna,
nunca ha sido mala (bis).

Y si no daban:

Balcones de hierro,
ventanas de alambre,
vámonos chavales,
que aquí rabian de hambre.

Las Pascuas

La versión femenina de las Marzas es la postulación denominada las Pascuas que tiene lugar en el Valle de Carranza (B) el domingo de Resurrección y antiguamente en la tarde del Sábado de Gloria.

Las Pascuas son cantadas por las niñas o chicas jóvenes de cada concejo, que ataviadas a ser posible con vestidos blancos y lazos en el pelo se agrupan en cuadrillas. El grupo lleva un ramo de remolorio, laurel, profusamente adornado con flores, papeles de colores y lazos. Al igual que los marceros llevaban una cesta o un serón donde guardaban los alimentos, huevos o embutidos que recogían por las casas, y una bolsa de tela para el dinero.

Las letras de las canciones que cantan son de carácter religioso aludiendo a la transición del luto de la Cuaresma a la alegría de la Pascua florida sin alusión a los alimentos que se colectan.

La postulación comienza por la mañana temprano, para poder recorrer todos los caseríos. Comían durante el recorrido, bien algo de lo que portaban, o bien lo que les proporcionaban en las casas. Al atarceder se reunían en una casa para, con todo lo recogido, darse una merienda.

Basaratostea

En varias comarcas de Bizkaia el domingo anterior al de Carnaval tiene lugar una salida al monte en la que participan niños, jóvenes e incluso adultos, formando grupos. Una vez escogido el lugar, se enciende una fogata. En Lezama (B) se empleaba para ello leña de roble. Cuando el fuego ha producido brasa suficiente se asan al calor de ella trozos de chorizo o de tocino.

Para ello se introducen estos trozos en largas varillas, generalmente de avellano, a las que se ha afilado una punta, a modo de un asador, burruntzi. En San Miguel de Basauri (B), en la matanza del cerdo, se separaba para ese día una ristra de chorizos sin introducirlos en manteca.

La merienda campestre de ese día recibe diversos nombres en Bizkaia: Txintxi-burrintzi (Orozko), Txintxi-burruntzi (Zeanuri, Lezama), Txitxi-burduntzi (Durango, Abadiano), Kanporamartxo (San Miguel de Basauri), Basatoste (Morga), Basaratoste (Busturia), Sasi-koipetsu (Gernika, Derio). En Lekeitio, según Azkue con este nombre de Sasi-koipetsu se designaba el Jueves Gordo.

Jueves de Lardero. Eguen Zuri

A las cuestaciones de alimentos que tienen lugar en fiestas fijas de este periodo (Santa Agueda, primero de marzo) hay que añadir las correspondientes a los días más significativos del Carnaval: Jueves de Lardero, Domingo y Martes de Carnaval.

En algunas zonas el Carnaval comenzaba el jueves inmediatamente anterior a la Cuaresma. Este día recibe diversos nombres: Jueves Gordo y Jueves de Lardero (común); Jueves de todos (Bernedo, Apellániz, Moreda-A); Día del Gallo (Allo-N); Otsabilko (Ataun-G); Ortzegun gizen (Dohozti-Ip); Gizakunde (Huici-N); Eguen-zuri (Durango, Abadiano-B, Elgoibar-G); Lerdo (Liginaga-Ip).

Este día era festejado sobre todo por los niños en edad escolar.

En Apellániz (A) niños y niñas salían juntos en grupo, estableciéndose diversas categorías y oficios: el disfrazado de obispo representando a San Nicolás, llevaba camisa con lazos, un gorro de cartón y una sotana vieja; el alcalde con vara; el panadero, con un saco para recoger panes. Las chicas tenían oficios de tesorera, huevera, mantequera. El resto, gitanos y gitanas iban disfrazados con bigotes, mantillas y prendas diversas.

En su recorrido antiguamente recogían huevos, chorizos, pan y dinero. Con todo ello se preparaban una buena merienda. En las coplas que cantaban durante la postulación había alusiones a alimentos.

Por las molestias que os causan
los mocitos de Lardero,
admitimos los huevos,
chorizos no está mal,
y un poco de tocino,
y algo más de guisar,
un buen pedazo de pan
y alguna pesetilla
que algo hemos de comprar.

En Moreda (A) los niños de la escuela tenían fiesta ese día y en la cuestación por las casas cantaban las siguientes letrillas:

Como Jueves de Lardero
Como Viernes de la Cruz
Como Sábado Santo
resucitó Jesús.
No venimos por ciruelas
ni tampoco por dinero
que venimos por chorizos
y huevos en abundancia.
El señor maestro nos ha mandado
que compremos un capón
para que le invitemos,
el día de la función.

Con lo que obtenían huevos, chorizos, pan y otros alimentos los niños se daban una merienda y chocolatada.

En Bajauri, comarca de Bernedo (A), los niños se pintaban y se disfrazaban poniéndose cucuruchos de papel adornados con cintas de colores. Mientras iban pidiendo por las casas cantaban la siguiente letrilla: [3]

«Jueves de Lardero
Viernes de la Cruz
Sábado de Pascua
Resucitó Jesús
Angeles somos
del cielo venimos
a por choricitos y huevos
para Jesucristo
que viene en el camino
lavándose la cara
con agua rosada.
Aquí estamos tres
cantaremos dos
una limosnita
por el amor de Dios.
Si nos diera uno
para el hijo suyo,
si nos diera dos
para el hijo de Dios,
si nos diera tres
para San Andrés,
si nos diera cuatro
para San Pablo
si nos diera cinco
para San Francisco
si nos diera seis
en el cielo os hallaréis.
El gallo que mal canta
si le dan trigo y avena
para que cucurruque mejor.
Tres palomitas en un palomar
suben y bajan al pie del altar
tocan a misa, a misa mayor
a besar la mano a la madre de Dios.»

Y también esta otra:

Buenas tardes tenga
la gente del pueblo (bis)
Chorizos y huevos
pesetas y a cinco
también recibimos. (bis)

En Apodaca (A) el Jueves de Lardero niños y maestros celebraban una comida en la cual tomaban como postre pastas elaboradas el día anterior en la propia escuela.

En Aramaio (A) este día de Eguen Zuri se ofrecía una chocolatada a los niños en su escuela.

En Allo (N) los niños y niñas del pueblo festejaban en esta fecha el día del Gallo con cuestación por las casas, rifa, fiesta infantil y comida en la escuela.

En Erbi (A) postulaban acompañados de un gallo y portando también una bandera. En Gordejuela (B) existía igual costumbre, los niños para la cuestación llevaban un gallo en una cesta y banderines en las manos.

En Zaldibar (B) el día de Eguen Zuri los niños entonan todavía durante la postulación:

«Eguen Zuri»-ko eguna
Jaungoikuak berak egiña
eskola-mutillak ibiltzeko
limosnatxu baten billa
Or goian-goian goldia
aren gaiñian belia
etxe onetako nagusi jauna
nekazari langillia
Poltsan baditut errial bi
bata bestearen egarri
etxe onetako etxekoandreak
Ama Birgiña dirudi
San Kasiano obispua
eskola maisu jakintsua
Jesukristoren fediagaitik
odola erran ebana
Emongo ba(do)zu emoizu
bestela ezetz esaizu
ate ondoko aiziak artzen
amak ez gaitu bialdu

(Ez badabe ezer emoten)

Etxeko andre mondrongo
ik ez don asko emongo
ik emotonan limosniagaitik
etzonan asko edango
Día de Jueves Blanco
dispuesto por Dios
para que los escolares
vayan pidiendo una limosnita
Ahí arriba arribita un arado
y encima de él un cuervo,
el señor de esta casa
(es) un labrador esforzado.
Tengo en la bolsa dos reales
el uno tiene sed del otro,
la señora de la casa
se parece a la Virgen (María).
El obispo San Casiano,
sabio maestro de escuela
(que) dio su sangre
por la fe en Jesucristo.
Denos si nos tiene que dar,
si no, díganos que no,
(ya que) no nos ha mandado la madre
a tomar el fresco de la puerta (del antuzano).

(Para los que no dan nada de dinero)

Señora de la casa mondrongo (= morcillona, brusca)
tú no darás gran cosa,
por la limosna que tú des
no se podrá beber mucho.

En Lezaun (N) los niños en edad escolar, iban en grupo postulando. Con independencia de la cesta para huevos cargaban con un asador donde introducían los chorizos, trozos de tocino y jamón que obtenían y con todo ello preparaban una comida.

En cada casa cantaban estas coplas:

Jueves, Jueves de Lardero
mañanica comeremos carnero.
Angeles somos
del cielo venimos
a pedir limosna
para Jesucristo
que viene en el camino
lavándose la cara
con agua dorada.
San Nicolás coronado
su cuerpo muy honrado.
La mujer de esta casa
será buena mujer,
nos dará un poco
de tocino viejo
que tenga buen pellejo,
que tenga buen comer
que los chicos de la escuela
lo hemos de comer.
¡Pin, pan, fuego![4].

En diversas zonas de Navarra, el Jueves de Lardero era una jornada eminentemente infantil y de cuestaciones para los pastores concejiles en algunas partes, según el dicho: «Jueves de lardero, chulas p'al dulero». El repertorio de coplas es muy rico. En Vidaurre[5] anunciaban la fiesta con estos versos:

Jueves de lardero,
no comerás carnero,
ni al otro, ni al otro
ni el jueves en ocho.
Jueves de lardero
no comerás carnero;
jueves de ceniza,
no comerás longaniza
Jueves, jueves de lardero,
jueves, jueves de compás;
mañanica no comeremos más carnero.

En Ataun (G) este día denominado otsabilko, grupos de niños y niñas iban de casa en casa pidiendo jamón, chorizo y huevos. Uno de la cuadrilla llevaba un asador donde ensartaban las rebanadas de jamón y chorizos que recogían.

Otro portaba un cesto donde colocaban los huevos recolectados. En cada puerta canturreaban lo siguiente:

Otsabilko, otsabilko, Ni basoa jun da otso aundi at ekarriko, ekarriko, Nei lukaika mutur bat emate'ez diñai Tripati aurrea burruntzie sartuko, sartuko.

(Otsabilko, otsabilko, Yo, yendo al bosque, un lobo grande traeré, traeré. A quien no me dé un trozo de longaniza, A través del vientre el asador meteré, meteré).

Las niñas, de instinto menos fiero, cambiaban la amenaza de las últimas palabras por esta otra:

Atek eta leiok ausiko, ausiko. (Las puertas y las ventanas, romperé, romperé)[6].

En Dohozti (Ip) este día denominado Ortzegun gizen, antaño los niños hacían cuestación por las casas, recogiendo nueces y otros comestibles. Tiempo ha que desapareció esta costumbre.

En Sara (Ip), en las cuestaciones de Jueves Gordo y de Carnaval se acostumbraba dar algo de cerdo (tocino, orejas, morcilla, chorizo) a los niños y a los mayores. Unos y otros, al presentarse en una casa exclamaban a gritos: «Iaute, Iaute, zingat t'arrautze» (Carnaval, Carnaval, tocino y huevo). Y las porciones de tocino, chorizo y morcilla las colocaban ensartadas en una lanza de madera llamada gerren.

En Vera de Bidasoa (N)[7], cantaban lo siguiente:

Pelegrino, pelegrino,
una limosnita
por amor de Dios...
Txinga'arrautze
bat ez pada bertze,
bertze, bertze...!
Tocino con huevo
si no es el uno el otro,
el otro, el otro...

En Liginaga (Ip) aunque el día más festejado era el Martes de Carnaval, Ihauti-astehartia, los chicos disfrazados y en cuadrilla visitaban las casas el jueves anterior, día llamado Lerdo, en demanda de chorizos, morcillas, huevos o dinero.

La petición de limosna la realizaban mediante gestos.

En Huizi (N) y sus contornos llamaban Gizakunde a este día de «jueves gordo». «El día de Gizakunde las niñas menores, al ver en la calle a un niño le alcanzan si pueden y le estrujan el cuello hasta que suelte nueces o alguna chuchería. A su vez el día de Emakunde los niños hacen lo mismo con ellas».

La cuestación del jueves gordo la efectuaban los niños menores. Cogían un burruntzi (asador), y antes de salir de casa, ensartaban en él la primera tajada (longaniza, lomo, carne de cerdo) e iban casa por casa, gritando: «Ziztor miztor emakunde»[8].

El día de Jueves Gordo en Elgoibar y otros pueblos de Gipuzkoa se acostumbraba acudir a merendar a las sidrerías. Lo más común era comer tortillas de chorizo y torradas o flan.

También ha sido tradicional que el día de Jueves Gordo postulasen los pastores. En Ullibarri Arana (A) hasta la década de los años cuarenta, eran el yegüero y el vaquero, el cabrero y el gorrinero, quienes ese día realizaban juntos la postulación, recogiendo viandas y dinero. A cada ganadero le entregaban una ración de pan. El pan recibía el nombre de harinada y al trozo le llamaban kaskopil.

A la comida en casa del pastor mayor, que era el yegüero, invitaban al alcalde, quien les obsequiaba en nombre del pueblo con dos cántaras de vino[9].

En Monreal (N), este día los pastores de la cabrería, boyería y dula vecinales salían a pedir alimentos por las casas diciendo: «jueves de Lardero! ¡Una chula pal dulero!». Cada pastor llevaba a su casa lo recogido: pan, legumbre, tocino u otras viandas.

También en Lezaun (N) el Jueves de Lardero pedían antaño los seis pastores que cuidaban del ganado del vecindario. Eran el cabrero, el lechonero, el vaquero, el yegüero, el boyero y el machero. Juntos salían por la mañana de la casa de uno de ellos portando varias cestas para las viandas, un pellejo para el vino, y la bolsa para el dinero.

Estos pastores vendían algunas de las viandas recogidas y compraban pescado, carne de ternera, etc. El Jueves de Lardero era un día festivo para ellos y comían todos juntos.

Según recogió Barandiarán en 1922 en algunos pueblos se celebraban antiguamente ciertos festejos los tres jueves anteriores al Carnaval. Todavía se conservaban sus nombres en Elizondo (N) por ejemplo, que revelan algo del carácter de estas fiestas.

El primero de los tres jueves se llamaba Izekunde, cuya fiesta consistía en que las mujeres festejaran a los hombres «hasta el punto de tener que llevarlos a las camas, por el estado de embriaguez a que solían llegar».

El segundo jueves se llamaba Emakunde. Este día los hombres se encargaban de poner en práctica con las mujeres lo que en el Izekunde habían hecho ellas con ellos.

El tercero se llamaba Orakunde. Este día se festejaban mutuamente hombres y mujeres con viandas y bebidas[10].

La costumbre de que las mujeres festejen a los hombres y viceversa existe también en diversas localidades de Vasconia los días de Año Nuevo y Reyes respectivamente, tal como fueron mencionadas anteriormente.


 
  1. CHASCO, José Angel. «Santa Agueda. Festividad de la Virgen Negra de Moreda» in Ohitura, III. Vitoria, 1985, pp. 114-115.
  2. MEDRANO, Nazario. «Contribución al estudio etnográfico de Cripán» in Anuario de Eusko Folklore, XVIII. San Sebastian, 1961, pp. 56-57.
  3. GONZALEZ, José Antonio. «Fiestas en la comarca de Bernedo» in Ohitura, II. Vitoria, 1984, pp. 81-107.
  4. GARMENDIA LARRAÑAGA, Juan. Carnaval en Navarra, San Sebastián, 1984, p.175.
  5. JIMENO JURIO, José María. «Coplas navarras de cuestación en castellano» in Anuario de Eusko Folklore, XXXIV. San Sebastián, 1987, p. 140.
  6. BARANDIARAN, José Miguel de. «Distribución geográfica de ciertas creencias y ceremonias relacionadas con fiestas populares» in Anuario de Eusko Folklore, II. Vitoria, 1922, p. 136.
  7. CARO BAROJA, Julio. La vida rural en Vera de Bidasoa, (Navarra). Madrid, 1944, p. 196.
  8. BARANDIARAN, José Miguel de. «Distribución geográfica de ciertas creencias y ceremonias relacionadas con fiestas populares» in Anuario de Eusko Folklore, II. Vitoria, 1922, p.137.
  9. GARMENDIA LARRANAGA, Juan . Carnaval en Alava. San Sebastián, 1984, p. 128.
  10. BARANDIARAN, José Miguel de. «Distribución geográfica de ciertas creencias y ceremonias relacionadas con fiestas populares» in Anuario de Eusko Folklore, II. Vitoria, 1922, p. 137.