Comitiva ritual

La composición de la comitiva del bautizo ha estado sujeta a la categoría social de la familia del bautizado. Desde los bautizos en los que sólo asistían dos mujeres, la madrina con el niño y la acompañante, hasta los de familias pudientes que revestían gran solemnidad, con presencia de parientes y conocidos, se han dado numerosas variantes. En Hondarribia (G) señalan que la gente de posición económica desahogada alquilaba para el bautizo un landó blanco tirado por caballos acicalados con plumas blancas y conducido por un cochero con librea donde viajaban los padrinos con el niño, su padre, y algún otro familiar.

En Durango (B) antaño la comitiva del bautizo iba andando por la calle desde la casa natal hasta la parroquia. Estaba compuesta por la partera que llevaba a la criatura, los padrinos, en ocasiones el padre y algún niño o niña de la familia de ocho o nueve anos. La madrina y la partera salían de casa ya con mantilla puesta; el niño o la niña caminaba junto a ellas portando una vela y un paño blanco doblado que colgaba del brazo.

En Zeanuri (B) la comitiva era siempre reducida; estaba formada por la comadrona con el niño y los dos padrinos; él llevaba una vela y ella una toalla (kandelea eta eskupaiñue) que se utilizaba al final del rito. Cuando los niños veían esta pequeña comitiva que se dirigía a la iglesia.voceaban el acontecimiento gritando; Bautizue! Bautizue! ( ¡Bautizo! ¡Bautizo!) y se sumaban a ella en espera de las golosinas y monedas que repartiría el padrino después de la ceremonia.

En Zerain (G) la componían los padrinos, la nodriza, iñude, que llevaba en brazos al niño y el primer vecino, cuya misión era sostener la boina del padrino mientras este sostenía al niño entre los brazos durante el bautismo. Tambien iban en el grupo los hermanos del bautizando si tenían edad suficiente.

En Hondarribia (G) aparte de la madrina y el padrino formaba parte de la comitiva el padre de la criatura y todos o algunos de los hermanos del bautizando. Un niño o niña cercano a la familia llevaba una jarrita de porcelana o de plata con agua perfumada y una toalla de hilo con flecos (que se prestaban entre los vecinos) para que el sacerdote se limpiara las manos tras la ceremonia.

En Moreda (A) la comitiva estaba compuesta por la madrina, que era la encargada de llevar al recién nacido a "aúpas" hasta la entradilla del pórtico de la iglesia, el padrino, el padre y algún familiar. (Según algunos informantes era una mujer de la familia la que portaba al niño). Una niña solía llevar la sal, una vela y una toalla. A veces, se llevaba agua templada que era bendecida por el cura en la iglesia. También en Lezaun y Obanos (N) además de la jarra con agua, la toalla y la vela se llevaba un salero.

En Allo (N), en la comitiva que se formaba hasta la iglesia, una chica allegada a la familia llevaba agua en una bonita jarra que se guardaba en casa o se pedía prestada. Otras dos jóvenes portaban toallas de hilo con bordados, encajes o flecos, dobladas por la mitad y extendidas en el brazo izquierdo. El sacerdote, cuando terminaba de poner los óleos sobre la frente del neófito, se lavaba las manos con el agua ésta y se las secaba después con la toalla.

En Garde (N) la comitiva de antaño la formaban la comadrona que portaba la criatura, la nodriza que llevaba una vela y un niño o niña de la casa con una jarra de agua y toalla. A mitad de siglo, cuando desaparecieron las comadronas, la comitiva adquirió más boato. La criatura era llevada por la madrina, el padrino iba con la vela y se incorporaban los familiares más cercanos.

En Caparroso (N), a primeros de siglo, la comitiva estaba formada por la madrina, su acompañante y la comadrona que llevaba a la criatura; además una niña de 10 ó 12 años que llevaba una jarra con agua y una toalla, con objeto de que si en el trayecto de casa a la iglesia ocurriera algún accidente pudiera la comadrona bautizarla inmediatamente. Si esto no sucedía servía para lavarse en la iglesia el cura y la madrina después del bautizo. La madrina pagaba los derechos parroquiales y daba una gratificación a la comadrona y a la que llevaba la jarra.

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