El balanceo de la cuna

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Prácticamente en la totalidad de las localidades encuestadas la cuna, normalmente la de madera, se ponía en movimiento mediante unos balancines que se fijaban a las patas, bien uniendo las delanteras con las traseras o las dos delanteras y las dos traseras. Generalmente se accionaba con el pie. Este procedimiento se usaba en Apodaca, Bernedo, Valdegovía (A); Carranza, Markina (ankiaz ereitteku izeten zan), Muskiz, Nabarniz, Urduliz (B); Artajona (por lo que se denominaban cunas de balancín), Garde, Izurdiaga, Lekunberri y Monreal (N). En otras localidades se unían los balancines directamente a la cuna, por lo que este modelo era más bajo que el anterior (Berganzo, Mendiola-A; Abadiano, Busturia, Orozko-B; Beasain, Berastegi-G; Aoiz-N).

En Amézaga de Zuya (A) aunque se constata que las cunas antiguas eran fijas, posteriormente las que se balanceaban lo hacían por medio de una especie de hojalata en la base. Los balancines estaban en las patas de la cabecera y en las de los pies y para poner en movimiento la cuna había que asirla por su parte central.

En Moreda y Ribera Alta (A) tenía unos listones curvados que unían las patas delanteras con las traseras. Se ponía en movimiento con la mano o con el pie lo que permitía, en este último caso, realizar otras actividades como coser mientras se mecía al niño.

Cuna “Moises”. Apodaka (A). Fuente: Isidro Sáenz de Urturi, Grupos Etniker Euskalerria.

En Amorebieta-Etxano y Markina (B) se empujaba con la punta del pie de arriba abajo el extremo de una maderita que sobresalía de la cuna. Igualmente en Orozko (B), donde se mecía con un movimiento de vaivén impulsado por el pie. Casi siempre se ocupaba de esta labor la abuela. Señalan en este último valle que de tanto mecer la cuna los travesaños llegaban a desgastarse.

El mismo método se usaba en Bidegoian, Elgoibar, Getaria (G) y Garde (N). Añaden igualmente que de esta manera se podían realizar otras labores al mismo tiempo, como coser, hacer punto o pelar patatas (Markina-B; Goizueta-N). En Elosua (G) una informante recuerda que su madre solía tener la puntera de la abarca desgastada de balancear la cuna con el pie.

En Arrasate (G) también se ponía en movimiento mediante dos travesaños curvos pero los informantes recuerdan que se solía accionar con la mano.

Vitoria (A), 1930. Fuente: Archivo Municipal de Vitoria.

En Hondarribia (G) la cuna tenía atada una cuerda en la parte superior de la que se tiraba para ponerla en movimiento. Una de las informantes, por consejo de su madre, puso cuna fija a sus hijos para que no se acostumbraran mal con el movimiento. En Abadiano (B) se usaba una madera o un palo curvo clavado a la cuna para mecerla.

En Gorozika (B) como permanecía colgada de dos palos estaba continuamente en movimiento. Aranegui recoge de boca de los informantes de Gatzaga (G) que en los pueblos fronterizos de la vecina Álava se colocaba al niño en una especie de cesto que colgaba del techo y de esta manera se acunaba con su propio movimiento[1].

En Mendiola (A), Urduliz (B) y Viana (N) también las cunas de mimbre tenían unos travesaños curvos en la base para que se balancearan.

Como ya se ha visto aunque en la mayoría de las localidades encuestadas fue común el uso de cunas con vaivén, también fueron conocidas las fijas (Amézaga de Zuya, Salvatierra-A; Hondarribia-G; Izal-N).


 
  1. Pedro M.ª ARANEGUI. Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX. San Sebastián, 1986, p. 66.