Komunio txikia eta komunio haundia. Comunión privada y comunión solemne
En nuestras encuestas la tradición de las dos comuniones, privada y solemne, se ha constatado mayoritariamente en localidades de Guipuzkoa y de Vasconia continental. No obstante hemos recogido algunos testimonios de esta práctica en Navarra y Bizkaia.
En Zerain (G) en la década de los 50 todavía se conservaba la costumbre de que los niños celebraran dos comuniones. La primera de ellas, komunio txikie, se hacía a los 7 años y la solemne, komunio aundie, a los 12. La preparación requerida para una y otra era diferente. Para la de la edad temprana la enseñanza principal se recibía en casa si bien se completaba en la escuela y en la parroquia. La comunión solemne requería una catequesis parroquial prolongada y se solía aprender el catecismo, dotriña, de memoria.
La comunión primera tenía lugar en la misa de la mañana, goiz-mezan, a las 7:30 h., y luego se asistía también a la misa mayor, meza nagusia. La comunión solemne coincidía con la anterior por lo que se refiere a las ceremonias religiosas. Al llegar a casa lo primero que hacía el niño que había recibido la comunión era cogerles la mano derecha a sus padres y tras marcarles la señal de la cruz con la mano, les besaba, aita ta amari esku-gaiñen kurutza egin eta bertan musu eman.
A partir de los 70 la primera comunión se hace a los 9 años. La enseñanza del catecismo en los últimos años es impartida por una religiosa. La ceremonia tiene lugar en la misa mayor dominical.
En Beasain (G) antaño se hacía la primera comunión a los siete años poco antes de ingresar en la escuela tras el aprendizaje del catecismo, kristau ikasbidea, en casa, generalmente de boca de los abuelos. Más tarde a la edad de 11 ó 12 años tenía lugar la comunión solemne, komunio aundie. A partir de los años ochenta se ha retrasado la edad en que se realiza la comunión a los 8 ó 9 años y se ha suprimido la solemne.
En Elgoibar (G) en los años 20 y hasta los 50 se hacían dos comuniones, la primera a los 7 años y la solemne a la edad de 12. Eran tiempos en que los estudios más importantes consistían en aprender bien la doctrina cristiana con la mirada puesta en la comunión solemne. "Para hacer la comunión solemne -señala un informante- tenías que aprender bien la doctrina, pues si no te dejaban para el año siguiente".
En Elosua (G) durante los años 20 y 30 la primera comunión, komunio txikia, se hacía con 7 años y con 10 la solemne, komunio aun-die. El primero de los acontecimientos tenía lugar de forma sencilla en compañía de la madre en la primera misa dominical; el segundo gozaba de una mayor solemnidad. A partir de los años 40 la primera comunión era única.
En Ezkio (G) por los años 30 y 40 se conocían dos comuniones. La primera, komunio txikia, se hacía con 7 años y la otra llamada solemne, komunio andia, con once o doce[1]. Una vez cumplida esta última obligación lo más probable era que los niños abandonasen la escuela para incorporarse de lleno al mundo del trabajo. A partir de los años noventa no hay una edad concreta para hacer la primera comunión pero se suele recibir entre los 7 y los 9 años.
En Hondarribia (G) antaño había dos primeras comuniones. La primera se hacía con 7 años un domingo o festivo. A los 12 años tenía lugar la comunión solemne, lenengo komunio aundia. La ceremonia era hacia las diez de la mañana y a ella asistían familiares y personas allegadas para acompañar a los comulgantes. A finales de los años 60 se realizaron las últimas comuniones solemnes en esta localidad. Hoy día (años 90) se recibe la primera comunión a los 8 años aproximadamente.
En Telleriarte (G) en los años treinta había dos comuniones. La primera denominada komunio txikie se hacía con 7 años y la comunión solemne, komunio andie, con 10. Después pasó a haber una única que se hacía alrededor de los 9 años. Hoy día la parroquia cuida de forma especial la preparación de la comunión.
En Oiartzun (G) en la década de los 20 al cumplir el niño la edad de siete años, alguna mujer mayor del entorno como la abuela, la madre o una hermana lo llevaba a la iglesia a que se confesara. Después, en el momento señalado por el párroco, se presentaba ante él para que le examinara sobre si estaba o no preparado para recibir la comunión pequeña, kumunio ttikia. Una vez hecha esta primera comunión cada familia lo volvía a llevar a comulgar con mayor o menor frecuencia según sus propios hábitos. Pasados algunos años se celebraba la primera comunión mayor, kumunio aundia[2].
También en otras localidades guipuzcoanas se ha recogido una tradición similar. En Bidegoian antiguamente la primera comunión se hacía con 6 ó 7 años en la misa mayor y la comunión solemne a los 11 ó 12. Hoy día (años 90) se hace a la edad de 8 ó 9 años. Igual se ha constatado en Berastegi donde se recuerda que a los 7 se hacía la comunión pequeña y a los doce la "comunión mayor" y ambas se celebraban en primavera. En Getaria (G) del mismo modo a los siete años se celebraba la primera comunión y la solemne a los 11.
En los años 60 Rodríguez de Ondarra recogió así esta tradición y el propio rito de la primera comunión y la primera confesión en la localidad guipuzcoana de Gaztelu: La confesión y primera comunión sencilla se hacía a los 7 años y casi a la terminación de la cuaresma, ingresando a los niños y niñas en el Apostolado de la Oración. El día escogido solía ser un primer viernes y los primeros viernes del año dichos niños y niñas seguían comulgando, anunciándolo el domingo anterior para que la víspera los niños fueran a confesarse.
Cuando los niños tuvieran los 10 años cumplidos y estuvieran preparados entre otras disciplinas en doctrina cristiana hacían la primera comunión solemne. Solía tener lugar en domingo, en la primera misa, a la terminación de la cuaresma.
El ritual se desarrollaba de la siguiente manera: Se colocaban en bancos los niños a un lado y las niñas al otro, vestidos con el escapulario del Apostolado de la Oración. Después de rezar el Confiteor para la comunión y abierto el sagrario subían todos al presbiterio donde se les entregaban sendas velas encendidas. Se renovaban las promesas del bautismo y recibían la comunión.
Por la tarde, después de las Vísperas y el Rosario, se hacía la admisión de los niños en la Cofradía del Carmen y se les entregaban los cuadros recordatorios tras bendecirlos. A las niñas también se les daba las cintas como aspirantes a la Congregación de las Hijas de María[3].
En Andoain (G) a los siete años hacían la comunión pequeña, komunio txikia y a los 11-12 la comunión solemne, komunio aundia, que era la importante. En estos actos los hijos eran acompañados generalmente de las madres[4].
En Irún (G) la primera confesión se hacía antiguamente a los siete años de edad y continuaban haciéndolo en adelante; la primera comunión con 12. Para la confesión antes se iba en compañía de la madre o de una hermana, es posterior la costumbre de ir con la maestra[5].
En Sara (L) la primera comunión solemne se hacía a la edad de 10 u 11 años. Todos los veranos señalaba el cura el día en que los niños habían de hacer su primera comunión, komunione ttikia, y la comunión mayor, komunione haundia. Al acto de la solemne se le rodeaba de gran pompa y la ceremonia religiosa era muy concurrida y con muchos cantos. El niño renovaba personalmente las promesas que en su nombre hicieran los padrinos en su bautismo y dejaba como ofrenda una vela en la iglesia. En la localidad navarra de Garde, hasta la década de los sesenta, los niños llevaban también una vela para comulgar que era la misma de su bautizo.
En Donoztiri (BN) la primera comunión, komunione ttikia, se hacía a los siete años y la comunión solemne, komunione aundia, a los diez. También en Iholdi (BN) la primera comunión, la communion privée, tenía lugar a los 7 años mientras que la segunda, denominada communion solennelle, se recibía con 12. En Donibane-Garazi (BN) se ha recogido que la primera comunión se hacía en torno a los 10 años y la solemne, grande communion, unos años más tarde.
En Sangüesa (N) antaño para los 7 u 8 años se hacía la primera comunión y hacia los 12 era costumbre recibir la segunda comunión o comunión solemne. En ésta comulgaban todos los niños juntos y renovaban las promesas del bautismo.
Aunque en Bizkaia apenas hemos encontrado datos sobre la tradición de las dos comuniones, en la localidad costera de Lekeitio, antiguamente, se hacían la primera comunión, komuniño txikie, y la comunión solemne, komuniño aundie.
- ↑ El sacerdote examinaba a los niños sobre sus conocimientos del catecismo, dotrina. A quienes de ellos respondieran adecuadamente a las preguntas formuladas, el cura les entregaba una pequeña cartulina colorada que el domingo siguiente debían presentar en misa. Al acercarse a recibir la comunión el monaguillo les canjeaba por otra de color blanco con la que justificaban la obligación de comulgar al menos una vez al año, urte artako jaun artzea beterik zegoela. Esta costumbre que han recordado los informantes de la localidad guipuzcoana de Ezkio fue común, en los años 20 y 30, a otros territorios y lugares de Euskalerria por lo que respecta al cumplimiento pascual de los niños y de los adultos.
- ↑ Manuel de LEKUONA. "La religiosidad del pueblo. Oiartzun" in AEF, IV (1924) p. 20.
- ↑ Pedro RODRIGUEZ DE ONDARRA. "Costumbres religiosas y datos históricos concernientes a la parroquia de Sta. M.ª de la Asunción, en Gaztelu (Guipuzcoa)" in AEF, XXI (1965-1966) pp. 43-44.
- ↑ Francisco de ETXEBARRIA. "La religiosidad del pueblo. Andoain" in AEF, IV (1924) p. 57.
- ↑ Nicolás ALZOLA. "Personen bizitzari buruz ale batzuk Irun'en" in AEF, XXI (1965-1966) p. 11.