Música y cantos durante la ceremonia
En tiempos anteriores los amigos de los novios y las amigas de la novia intervenían en los preparativos de la boda como se ha visto arriba. También participaban con sus cantos en la ceremonia de la iglesia.
En Izal (N) los cantos estaban a cargo de las amigas de la novia y de las mujeres del pueblo. A la salida de la iglesia tocaba la banda de música de la localidad.
En algunas parroquias eran las Hijas de María las que intervenían con sus cantos en la ceremonia de la boda. En Apodaca (A) cantaban la misa ayudadas por los cantores del pueblo que actuaban desde el coro. En Pipaón (A) procuraban, si era posible, cantar algun canto nuevo durante la ceremonia y si algún amigo sabía tocar el armónium lo tocaba durante la misa. En Abadiano (B) si la novia era de la asociación de Hijas de María, ésta se encargaba de pagar al organista.
En Moreda (A) el que el organista tocara el armónium o el órgano dependía de la relación de amistad que las familias de los novios tuvieran con él. Cuando se celebraba un matrimonio en el que uno de los novios estaba en periodo de luto se prescindía de la música incluso en la iglesia.
En Artajona (N) hasta la década de los setenta, la parte musical de la ceremonia estaba a cargo del organista, a quien en ocasiones acompañaba un coro y más recientemente una rondalla. Algunas cuadrillas tienen por costumbre intervenir en la ceremonia cuando el novio es componente de la misma; acompañan a las voces con un organillo eléctrico o con guitarras.
En Mendiola (A) es costumbre reciente que los amigos de los novios interpreten cantos durante la misa nupcial al tiempo que alguno de ellos toca un instrumento de cuerda.
El que los amigos de los novios participen en la ceremonia religiosa tocando instrumentos musicales o interpretando cantos es más frecuente en aquellas localidades donde existen coros o grupos de cantores formados por jóvenes. Los amigos del novio, y más frecuentemente las amigas de la novia, que pertenecen a estas agrupaciones consideran obligado obsequiarles con cantos que den esplendor a la ceremonia (Apodaca, Bernedo, Treviño-A; Durango, Lemoiz-B; Beasain-G; Aoiz, San Martín de Unx-N).
En Monreal (N) las familias ricas contrataban a un músico para que tocase el armónium o contrataban un coro para la función.
Actualmente en muchas iglesias los cantos corren a cargo de las personas que habitualmente se ocupan de tales tareas en la iglesia. A finales de los años ochenta han surgido grupos profesionales que cantan en las bodas previo pago de sus servicios (Durango-B; Artajona-N).