Cunas de mimbre: El moisés. Ziazko kumak
La cuna de mimbre, zimentzezko o ziazko kumak, que generalmente recibía el nombre de moisés[1], fue en épocas pasadas símbolo de distinción por lo que en algunos pueblos sólo disponían de ella los más acomodados. Este es el caso de Mendiola (A), Aoiz, Garde y Obanos (N). Con el paso del tiempo su uso fue haciéndose común (Artziniega, Valdegovía-A; Abadiano, Carranza, Durango, Orozko, Urduliz-B; Beasain, Bidegoian, Getaria y Zerain-G).
En Artziniega (A) solían ser ovaladas y con los laterales levantados. Algunas eran fijas pero la mayoría podían mecerse por medio de unos tacos que salían de la cuna y que la madre accionaba con el pie. En Mendiola (A) eran ovaladas, con dos arcos de madera para ponerlas en movimiento o con ruedas; normalmente se compraban en la capital. En Valdegovía (A) aunque también las había ovaladas, la mayoría eran rectangulares.
En Urduliz (B) este tipo de cuna, ziezko moisesa, estaba forrado en el interior por una tela y tenía un pabellón del que colgaban unas corfinitas que servían para proteger al niño de las moscas, goittik, kortinatxuuk bota ta albotik bere bai, umeek lo egoten zireneen euliik joon eztakiezan.
En Zeanuri (B) se comenzaron a comprar cunas de mimbre, zimitzezkoak, en comercios de la ciudad por los años treinta. Tenían protegida la cabecera en forma de un arco abocinado. Podían ser balanceadas mediante unos travesaños curvos situados en su base.
En Orozko (B) hacia los años cuarenta empezaron a usarse cunas más altas que levantaban del suelo unos 60 cm. Las más comunes eran de mimbre y tenían patas rematadas por ruedas lo que permitía desplazarlas. Se forraban a menudo con unas telas vaporosas que se remataban con puntilla de bordado y recibían el nombre de faldones de la cuna. Muchas de ellas tenían pabellón. Consistía éste en un palo que iba encajado sobre el cabecero y a una distancia de unos 90 cm. se doblaba en ángulo recto hacia los pies de la cuna unos 40 cm. Se fruncía una tela como de dos metros de longitud y uno de ancho que se introducía por su parte media en el palo corto y caía sobre ambos laterales de la cuna. Con estas tiras podía cubrirse la parte superior de la cuna evitando que las moscas o la luz molestasen al bebé.
En Durango (B) era muy común tener al recién nacido en una cuna de mimbre, denominada moisés, en unos casos con capota y en otros sin ella. Se vestía con telas azules o rosas según se tratase de niño o niña y también con telas de motivos finos. Tenía un travesaño de madera que permitía moverlo con el pie a fin de mecer al niño. Otros tenían ruedas pequeñas mediante las cuales se movía de atrás hacia delante.
También en Aoiz y Obanos (N) existía el moisés, que usaban los más pudientes. Si estaba cubierto por un lienzo de encaje en lo alto de un barrote clavado en la cabecera se decía que era "con pabellón" (Aoiz). En esta misma localidad a principios de siglo tenían "caperuza", que era similar a la capota de los carritos actuales. En Obanos solia tener un palo en ángulo recto sobre el cabezal para colocar encima el pabellón, rematado en un lazo y una medalla con algún motivo religioso (hacia 1940). Este tipo de cuna se usaba hasta los siete meses.
En Abadiano (B) para construir estas cunas además del mimbre se usaba el sauce.
- ↑ El nombre de estas cunas deriva del canastillo en el que según la tradición judía Moisés fue abandonado en las aguas del Nilo.